El ex titular de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, afirmó hoy que el acuerdo con la empresa Sol Líneas Aéreas fue un “excelente negocio” y rechazó la afirmación del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, en el sentido de que esa operación le hacía perder un millón de pesos diarios a la compañía estatal.
El ministro “comete un gran error, está mal asesorado o actúa de mala fe, ya que contabiliza los egresos del acuerdo de código compartido con Sol, pero no los ingresos de Aerolíneas, que superaban el millón de pesos mensuales”, afirmó Recalde en declaraciones a las radios Del Plata y Diez.
“Las únicas que se benefician (con la quiebra de Sol) son las líneas privadas que vuelan en el país, por ejemplo Lan”, dijo el ex funcionario.
Recalde evaluó que “la decisión del gobierno de (Mauricio) Macri es dejar de crecer” y advirtió que la empresa estatal “analiza suspender la incorporación de aviones, lo cual es una especie de vaciamiento lento y paulatino, ya que si no se reemplazan las aeronaves actuales por otras más modernas la empresa se va a ir achicando”.
El ex titular de AA recordó que los acuerdos con compañías subsidiarias son habituales en el mundo y mencionó los casos de Iberia, Lufthansa, American Airlines y Delta.
Mediante el convenio, Aerolíneas podía vender asientos propios y de Sol, y viceversa; luego se hacía un clearing para distribuir lo recaudado.
Según Recalde, “Aerolíneas decidió crecer por dos vías: trayendo más aviones y asociándonos con esta empresa más pequeña, que llegaba a destinos donde no estamos o no tenemos la oferta suficiente, como Villa Gesell, Villa María, Río Cuarto, Mar del Plata, y este año pensábamos incluir a Concordia”.
“Además de alquilar las horas de vuelo a Sol, estaba el compromiso de la empresa de invertir en la flota de aviones más modernos, eficientes y menos costosos, que quedó a medio camino ya que recién incorporaron dos de las seis naves previstas”, añadió el ex funcionario.
Añadió que al suspenderse el acuerdo Aerolíneas no puede seguir creciendo en sus destinos y su red, pierden los trabajadores y el país, al reducir su conectividad.
Recalde consideró que “este contrapunto se da entre dos modelos de país y dos visiones del Estado: nosotros buscamos llegar a cada vez más ciudades con más frecuencias; esta gestión busca achicar el costo fiscal de una empresa a la que ven sólo como comercial sin importarles si queda gente o ciudades afuera”.
El ex titular de AA señaló por último que “no hubo todavía despidos masivos, pero sí caza de brujas de aquellos que tenían afinidad con la anterior administración, algunos con antigüedad de 25 años”.