La Justicia provincial rechazó el recurso de queja presentado para evitar la prescripción de la causa contra Sebastián Pira por el homicidio de Celeste Haiek y Daniela Caruso, ocurrido en marzo de 1997. Ante esto, la fiscal de Cámara Cristina Rubiolo presentó esta semana un recurso extraordinario federal, para elevar el caso a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Pira, quien en ese entonces tenía 21 años, manejaba el automóvil de su padre a más de 100 kilómetros por hora y embistió a las jóvenes en Salta y Oroño, arrastrando a una de ellas en el parabrisas durante casi una cuadra. La otra joven murió en el acto. Pira se dio a la fuga y se presentó varios días después junto a un abogado, en la comisaría 3ª, ubicada a tres cuadras del lugar de los hechos. Cuando fue citado a declarar, no se presentó y desde entonces está prófugo.
El sobreseimiento por prescripción de la causa había sido confirmado el 15 de agosto del año pasado por la Sala 3 de la Cámara de Apelación en lo Penal de los Tribunales de Rosario, integrada por Georgina Depetris, Otto Crippa García y Guillermo Llaudet Maza.
La decisión de la Cámara confirmaba el fallo del juez de instrucción Gustavo Pérez de Urrechu, que había declarado terminada la causa en febrero de este año, y Pira ya no podrá ser juzgado por este caso.
Pero ante esto, la fiscal de Cámara Cristina Rubiolo había presentado a comienzos de septiembre del año pasado un recurso de inconstitucionalidad ante la Corte Suprema de la Provincia por la prescripción de la causa contra Pira.
El 14 de mayo pasado, la Corte Suprema de Justicia provincial rechazó el recurso de queja, por lo que esta semana, la fiscal de Cámara, Cristina Rubiolo, presentó un recurso extraordinario federal para llevar el caso a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en base a la Ley 48.
La tragedia por la que Pira se mantiene evadido de la justicia ocurrió en la madrugada del 2 de marzo de 1997. Según las pericias y los testigos que declararon en la causa, conducía un automóvil a una velocidad (estimada) superior a los cien kilómetros.
La crónica policial indica que esa madrugada, María Celeste Haiek y Daniela Caruso salieron de bailar del boliche Código K, ubicado sobre bulevar Oroño. Las dos jóvenes cruzaban juntas por el bulevar cuando fueron atropelladas en la esquina de Salta por un Ford Galaxy que era conducido por Sebastián Pira, quien por entonces tenía 20 años y circulaba a casi 130 kilómetros por hora. Las embistió con tal fuerza que María Celeste voló por los aires y cuando cayó, ya había fallecido. En cambio, a Daniela la embestida del coche le fracturó una pierna y la levantó hasta hacerla caer sobre el capó. Pira continuó su marcha casi cien metros con la chica aferrada al limpiaparabrisas, mientras zigzagueaba para desprenderse de ella. Cuando estaba llegando a la esquina de calle Balcarce frenó bruscamente y así Daniela cayó sobre el asfalto. Entonces, el conductor reinició la marcha y la arrolló, provocándole la muerte.
Tras matar a las dos chicas, Sebastián Pira se dio a la fuga. Recién se presentó en la comisaría 3ª –ubicada a tres cuadras de donde ocurrió el hecho– algunos días después, acompañado por su padre (quien resultó ser el dueño del Ford Galaxy) y un abogado. Con el caso tomando alcance nacional, Pira fue excarcelado, pese a las protestas de los familiares de las víctimas.
A fines de 1997, Sebatián Pira fue procesado por el homicidio culposo de María Celeste Haiek por el juez Correccional Nº 8, Edgardo José Bistoletti (ya fallecido), mientras que por las características que tuvo la muerte de Daniela Caruso, el conductor del Galaxy quedó acusado de homicidio simple con dolo eventual por el juez de Instrucción Osvaldo Barbero.
Antes de quedar detenido por este último delito, a fines de 1997, Pira escapó del país. Tenía 72 horas hábiles para presentarse en Tribunales, según una notificación que salió del Juzgado un día viernes. Pero el joven nunca se presentó.
De Holanda a Israel
Sebastián Pira estuvo prófugo casi tres años, hasta que el 28 de marzo de 2000 Interpol lo apresó en el aeropuerto de Schipol, Amsterdam (Holanda), cuando planeaba abordar un avión con destino a Tel Aviv, Israel.
Como la detención se produjo en Holanda, Argentina pidió su extradición. Mientras se realizaban los trámites, a Pira se le concedió el arresto domiciliario, ya que tenía residencia en Rotterdam. Cuando se emitió la autorización para trasladarlo a nuestro país, el conductor del Galaxy que provocó dos muertes en 1997 fue citado por un fiscal holandés, pero faltó a la cita.
Nuevamente había desaparecido y hasta el día de hoy no ha sido encontrado. Desde ese momento, al pedido de captura argentino se sumó el holandés, pero Sebastián Pira sigue sin aparecer.