La difusión de resultados no oficiales que anticipan un claro triunfo del “sí” en el referendo sobre la Constitución del Egipto posrevolucionario profundizó la creciente división en el país, donde la oposición no islamista ya impugnó el proceso y denunció “fraude”.
De acuerdo a resultados difundidos por los Hermanos Musulmanes y la prensa estatal, el voto afirmativo se impuso en la segunda jornada del referendo constitucional de forma aún más clara que en la primera.
En esta oportunidad, el apoyo se elevó por encima del 70 por ciento, lo que deja un resultado acumulado entre las dos fases de cerca del 64 por ciento, en esta consulta en la que –según la normativa vigente– no se requería de mayoría especial para ratificar el borrador elaborado con los votos de las fuerzas islamistas y rechazado por la oposición laica.
La cofradía musulmana a la que perteneció el presidente egipcio, Mohamed Mursi, hasta que llegó al poder, informó que el “sí” se impuso en 16 de las 17 provincias en las que se efectuó anteayer la segunda fase de la consulta.
La única en la que ganó el “no” fue Menufiya (norte), según los Hermanos Musulmanes, cuyos datos apuntan a una victoria holgada del “sí” en el resto de las provincias, entre las que se encuentran Giza, que abarca parte de El Cairo, Suez (este) y Luxor.
La primera vuelta se celebró hace una semana en otras diez provincias, entre ellas El Cairo y Alejandría, y en ellas ganó el “sí” con casi el 57 por ciento de los votos, siempre según resultados no oficiales.
Los primeros resultados oficiales se conocerán recién hoy.
La consulta ciudadana no solo consolida el poder islamista en medio de la conflictiva transición democrática que vive Egipto, sino que permite además vislumbrar más tensión, luego de que el Frente de Salvación Nacional (FSN), que aglutina a gran parte de la oposición no islamista, denunció la existencia de “fraude” y anunció que impugnará los resultados.
Anteayer, en medio de las denuncias de irregularidades en el proceso eleccionario, el vicepresidente egipcio Mahmud Meki, un renombrado magistrado conocido por su lucha a favor de las reformas durante el depuesto régimen de Hosni Mubarak, renunció a su cargo.
En una rueda de prensa en El Cairo, varios dirigentes del FSN explicaron que van a impugnar los resultados y que el FSN considera que el triunfo del proyecto de Carta Magna se debe al “fraude, las violaciones y las irregularidades detectadas” durante las votaciones.
En un comunicado leído durante la conferencia, la coalición señaló que presentó estas irregularidades ante la Fiscalía General y advirtió que tratará de cambiar esta Constitución a través de “medios democráticos”.
“El referéndum no es el fin del camino, sino sólo una de las batallas sobre el futuro de Egipto para cambiar su identidad y volver a la opresión”, dice la nota.
Durante la rueda de prensa, el excandidato presidencial izquierdista Hamdin Sabahi subrayó que van a continuar su “lucha pacífica para lograr la caída de la cuestionada Constitución”.
Por su parte, el dirigente comunista Abdel Ghafar Shokr denunció que, debido a las grandes irregularidades que impidieron a muchos electores sufragar, la Justicia “debe anular el plebiscito”.
En la misma línea, el presidente del partido izquierdista Tagamu, Refat al Said, dijo que “la Constitución es inválida” y que su votación fue “falsificada”.
“Continuaremos nuestra lucha contra este papel llamado Constitución para impedir que se utilice contra el bien del pueblo y contra la democracia”, subrayó Al Said.
El FSN había pedido el voto para el “no” en el referendo porque opina que la redacción del borrador de la Constitución “estuvo monopolizada por los islamistas” y que el texto “recorta derechos y libertades, además de abrir la puerta a una interpretación islamista de la ley”, entre otras críticas.