Empezar a andar. Emprendedores que trabajan en el Centro de Convivencia Barrial (CCB) del barrio Molino Blanco y que depende del Distrito Sur, celebraron la firma un convenio de trabajo que permitirá el desarrollo y crecimiento en el reciclado de residuos electrónicos.
En efecto, en el CCB, enclavado en el sur del sur rosarino, funciona, desde 2014, el programa de reciclado de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (Raee), el cual firmó un convenio entre la Municipalidad de Rosario y Njambre (ver aparte), con la meta de convertirse en una empresa social.
La tarea del CCB es recibir los residuos electrónicos e informáticos domiciliarios que la Municipalidad recolecta en forma gratuita los últimos viernes y sábado de cada mes y procesarlos.
En este sentido, Antonio Lugo, coordinador del programa explicó que “aquí se recibe el material, se clasifica y se selecciona lo que pueda servir”. Y agregó: “Una parte se utiliza para armar nuevos equipos y el resto se limpia, se manda a moler y con ese producto molido se desarrolla un material reciclado que se vende y genera ingresos”.
Todos los jóvenes que trabajan en este proyecto realizaron una capacitación intensiva de Reciclado de Residuos Informáticos que se dicta en el CCB y que fue el puntapié inicial del proyecto de trabajo.
En este marco, Lugo señaló que “todo esto lo inició el ingeniero Eduardo Rodríguez con un curso de reparación y reciclado de PC, a partir de un convenio de la Municipalidad con el Cecla (Centro de Capacitación Laboral para Adultos)”. “Rodríguez es el profe que todavía da el curso de reciclado y un poco el padre de todos los chicos”, dice Lugo.
Hacia la empresa social
En este marco, para el programa y todos los actores involucrados, la concreción del convenio con Njambre es fundamental y el principio de un paso fundamental hacia la concreción de empresa social.
La historia reciente señala que el pasado 28 de abril fue un día clave para los recicladores de Molino Blanco, ya que la intendenta de Rosario Mónica Fein y el secretario de Economía Social, Nicolás Gianelloni, firmaron el acuerdo tripartito con Njambre y el CCB.
Así, el compromiso es, en el plazo de un año, convertir el espacio en una empresa social basada en el reciclado de residuos informáticos y electrónicos, generando un modelo de negocio sustentable que cuide el medio ambiente y cree condiciones de trabajo dignas.
Esto significa la posibilidad de ampliar el espacio físico pero sobre todo de emplear más jóvenes de manera continua.
“Eso es el objetivo de la institución. Para nosotros es una apuesta muy fuerte porque queremos que los chicos salgan del curso y puedan formar parte de una empresa social, darles una permanencia y estabilidad. Queremos llegar a tener al menos diez pibes laburando”, remarcó Horacio Garbulla, coordinador general del CCB.
Por su parte, Lugo precisó que “la idea es acaparar todo el reciclado de residuos informáticos domiciliarios que recolecta la Municipalidad y que todos esos beneficios queden acá”.
Además, planean ofrecer el mismo servicio a gran escala, para empresas y comercios, y contar con una molienda propia que les permita no tener que tercerizar parte del proceso de reciclado.
“Los chicos han descubierto capacidades y virtudes que no pueden quedar sin explotar. Desde acá hacemos todo para que no se alejen. Por eso, en el mientras tanto, buscamos llevar la mayor cantidad de potenciales emprendedores al programa Rosario Emprende y acompañarlos en ese proceso”, cuenta Garbulla.
El desarrollo del programa de reciclaje de Raee es sólo una de las aristas en las que se trabaja en el CCB de Molino Blanco desde el 2014. Allí también se dictan capacitaciones en panadería y panificación, carpintería, electricidad domiciliaria, además de las de reciclaje y operador de PC. “Además, hay talleres de graffiti y pintura, ajedrez, artes urbanas (circo) y clases de gimnasia”, enumera Garbulla.
Y agregó: “Estamos muy bien y tanto los talleres como las capacitaciones están al ciento por ciento. Cada capacitación tiene alrededor de 15, 16 personas”.
En este marco, el coordinador general del CCB señaló: “Todos funcionan en el marco del programa provincial Nueva Oportunidad para que los chicos reciban una beca y trabajamos con la Secretaría de Economía Social para lograr la inserción laboral después de la formación. Los cursos relacionados a la informática son los que más marcan la identidad del espacio. Ahí los chicos tienen el incentivo de que durante el taller se arman su propia computadora”.
Finalmente, Garbulla remarcó: “El desafío es importante, nosotros queremos que crezca. Que este sea para el barrio el lugar donde estén los pibes”. Una definición conceptual de cara a un futuro complejo.