El día a día en Cliba
Gustavo Gómez nació en San Javier, pero desde hace 40 años vive en Santa Fe. Reside en el barrio Guadalupe y trabaja en Cliba desde hace 14 años. Su participación en el sindicalismo viene de la mano de su vínculo con Gustavo Almada, delegado de la empresa y actual dirigente de nuestro gremio. La lucha emprendida hace tiempo dio sus frutos y hoy se plasma en una realidad concreta: la posibilidad de representar a los compañeros por mejores condiciones laborales dentro de la empresa.
El “Lorito”, como lo apodan sus compañeros, arranca todos los días a las 4:30 para salir a las 6 a hacer el recorrido por dos barrios del sur de la ciudad. Levanta ramas, yuyos y escombros durante toda la mañana hasta la descarga en el volcadero. Fanático de Colón, tiene cuatro hijos y uno en camino. Compensa el sacrificio de sus horas de trabajo mirando deporte para distenderse.
La experiencia en Urbafé
El compañero Gustavo Colnaghi tampoco es santafesino de nacimiento. Oriundo de Margarita llegó a la capital provincial a los cuatro años junto a sus padres y once hermanos. Previo a incorporarse al sector, fue barman en un bar del mítico integrante de Midachi, Miguel Del Sel. Trabaja en la recolección desde hace 30 años, cuando la empresa se llamaba 9 de Julio, siguiendo los pasos de su suegro que le permitió acceder a este puesto. Las primeras dos décadas estuvo “corriendo” el camión hasta que, limitado por los problemas de rodillas, codos y tobillos, producto de lo intenso de la actividad, la propia empresa lo trasladó a la actividad del barrido.
Es interesante y muy gráfico cuando relata acerca de qué es lo que lo motivó a acercarse al sindicalismo: “En la época de Beroiz, había una liga de fútbol. Me invitó mi suegro y me gustó cómo se integraban, la solidaridad que había entre todos. Por ejemplo, si un compañero se estaba haciendo una casa el resto colaborábamos y lo ayudábamos. Querer ayudar a un compañero, siempre, en todo sentido, es algo muy gratificante”, nos relata Colnaghi.
Hoy es delegado en la empresa. Tiene tres hijas, dos hijos y dos nietos. Pasar tiempo con ellos, con su mujer y colaborar llevándolos a las distintas actividades es el pasatiempo que elige para sus horas de ocio.
El presente y el futuro sindical
Sobre cómo lo conoció a Juan Chulich, Colnaghi señala que fue cuando se acercaron a los compañeros de Cliba, quienes ya tenían un diálogo con este sector, a partir del vínculo con Almada, actual vocal de nuestro sindicato.
Desde la conformación del nuevo gremio, ambos señalan que permitió tener una representación más acorde a lo que esperaban. Y tienen la expectativa que en el futuro se pueda seguir trabajando para hacerlo crecer y mejorar para beneficio de todos los compañeros.
Para el trabajador de Urbafé sería importante “que se puedan incorporar nuestros hijos y que les den la oportunidad que nos dieron a nosotros. Esto es algo que se transmite ya que uno ha dejado la vida en la profesión”. Por su parte, Gómez expresa que “de a poquito vamos mejorando pese a que somos un gremio nuevo. Vamos a llegar lejos seguramente”.
Ambos son exponentes de una rama muy importante de nuestra actividad. El orden y la limpieza urbana están bajo su responsabilidad. Y tienen su espacio dentro del Sindicato de Choferes para dar contención a nuestros afiliados.