Los especialistas destacaron la importancia de tomar medidas que contribuyan a disminuir el riesgo de desarrollo de resistencia antimicrobiana (RAM), un proceso mediante el cual diversas bacterias y hongos, principalmente, dejan de responder a la acción de los medicamentos que las combaten. La resistencia antimicrobiana se puede propagar de persona a persona o entre personas y animales, incluso a través de alimentos de origen animal.
Si bien la comunidad médica y la propia Organización Mundial de la Salud vienen advirtiendo sobre este tema desde hace tiempo, la preocupación creció ante la presencia de cepas de una bacteria conocida desde hace casi un siglo y medio, denominada “Klebsiella pneumoniae” que se mostraron indemnes ante la administración de todos los antibióticos tradicionales y de última generación accesibles en el país. La situación se presentó en varios pacientes internados en un centro en la Ciudad de Buenos Aires y pudo ser combatida solo con cócteles de antibióticos de uso no habitual.
Un estudio reciente publicado en la revista científica The Lancet, identificó que en 2019 4,95 millones de fallecimientos en el mundo estuvieron asociados a la resistencia antimicrobiana, mientras que 1,27 millones fueron atribuidos directamente a RAM. La propia OMS ya había advertido que la resistencia antimicrobiana es una de las 10 principales amenazas frente a las que se encuentra la humanidad, y que el uso indebido y excesivo de los antimicrobianos es el principal factor que determina la aparición de patógenos fármacorresistentes.
“Entre otras medidas, se recomienda no solo evitar la automedicación de antibióticos, utilizándolos solo cuando son prescriptos por un profesional de la salud y haciéndolo en las dosis y tiempos recomendados por el médico, sino además evitar presionar a los profesionales de la salud para que nos receten antibióticos cuando tenemos cuadros gripales, que son virales y no precisan de estos medicamentos. Es importante saber que la mayoría de las infecciones que vamos a tener en nuestras vidas son de origen viral y no requieren antibióticos que funcionan en las bacterias, pero no en los virus”, señaló la Dra. María Inés Staneloni.
Staneloni, quien es médica especialista en Medicina Interna, Infectología y Control de Infecciones y ex Jefa del Comité de Control de Infecciones del Hospital Italiano de Buenos Aires, añadió: “Además, todas las acciones que eviten infecciones resultan en un menor uso de antimicrobianos y menos bacterias resistentes en la comunidad. Varias de estas medidas fueron muy difundidas durante la pandemia, como la higiene de manos, la vacunación según el calendario y ventilar ambientes”.
“Por otra parte, en los hospitales todos debemos sumarnos y apoyar a los programas de optimización del uso de antimicrobianos y programas de control de infecciones para evitar la emergencia y diseminación de las bacterias multirresistentes, desde el personal de limpieza, enfermería, médicos, técnicos, farmacéuticos, microbiólogos, jefes de servicios, pacientes y familiares. La RAM es un enemigo invisible que aumenta la mortalidad de los pacientes y necesita de la acción coordinada de todos a través de estos dos programas para lograr detenerla, sabemos que es posible”, expresó la especialista.
Si bien las “superbacterias” pueden estar presentes en todos lados, es en los hospitales donde suelen encontrarse con mayor frecuencia, sobre todo en pacientes que reciben tratamiento para otras afecciones; suelen ser las responsables de agravar los cuadros de esas personas. Las cepas identificadas de la bacteria Klebsiella pneumoniae que se mostraron resistentes a los antibióticos fueron confirmadas como pertenecientes al clon híper-epidérmico 258 (ST 258), observándose una estrecha relación evolutiva entre los 3 aislamientos.
“Hoy la medicina se enfrenta con enfermedades para las cuales en determinadas ocasiones ya no se cuenta con antimicrobianos efectivos. Entre otras, encontramos algunas neumonías, diarreas, infecciones urinarias, del torrente sanguíneo y de transmisión sexual”, afirmó el Dr. Fernando Pasterán, Especialista en Microbiología, Profesional Adjunto del Servicio de Antimicrobianos del Instituto INEI-ANLIS Dr. Carlos Malbrán, y Vicedirector de INVERA (Investigación en Resistencia Antimicrobiana).
A partir de la sanción en nuestro país de la Ley de Prevención y Control de la Resistencia a los Antimicrobianos (n° 27.680), todos los medicamentos antimicrobianos deben expenderse bajo receta archivada, lo que contribuye a una mejor regulación del uso de estos productos. Con esta nueva legislación, la receta de antimicrobianos (original y duplicado) deberá incluir información completa del médico que prescribe y el diagnóstico por el cual lo hace.
“Esta situación que se ha producido a partir de la resistencia en nuestro medio evidenciada por varias cepas de la bacteria Klebsiella pneumoniae, tiene que ser un llamado a toda la población para que cada uno desde su lugar contribuya con acciones y conductas saludables a disminuir el riesgo de la proliferación y fortalecimiento de estas superbacterias”, concluyó el Dr. Pasterán.
Acerca de la Klebsiella pneumoniae
Comúnmente llamada «K Pneumo», esta bacteria identificada en 1882 se volvió cada vez más resistente a los antibióticos, desarrollando resistencia tanto a los tradicionales como a los de amplio espectro (denominados carbapenems). Las enterobacterias resistentes a los Carbapenems son extremadamente difíciles de tratar. Cuando adquiere este tipo de resistencia a antibióticos de amplio espectro como los carbapenems se denominan “superbacterias”.
Entre sus potenciales amenazas se encuentran la neumonía, infecciones en heridas, sepsis, meningitis e infecciones del tracto urinario. Una forma de luchar contra esta bacteria es mantener las manos bien limpias, usar alcohol en gel al 70% o utilizar agua y jabón para el lavado de manos.
Otras Bacterias y Hongos que hoy amenazan la salud mundial
Streptococcus pneumoniae: comúnmente llamada “Neumococo”, esta bacteria es generalmente encontrada en el tracto respiratorio y puede causar infecciones que pongan en riesgo la vida de las personas. Han desarrollado resistencia a muchos antibióticos comunes. Potenciales amenazas: Neumonía, infecciones en oídos, sepsis e infecciones de la sangre. Una forma de luchar contra esta bacteria: Conversar con el médico de cabecera para mantener el calendario de vacunación al día con las vacunas para el neumococo.
Acinetobacter baumannii: se la llama A. baumannii”, esta bacteria es frecuentemente encontrada en ámbitos hospitalarios, donde podría causar enfermedades que pongan en riesgo la vida. Ha desarrollado alta resistencia a múltiples antibióticos. Potenciales amenazas: Neumonía, sepsis e infecciones en heridas. Una forma de luchar contra esta superbacteria: Lavar las manos con frecuencia con agua y jabón por un mínimo de 20 segundos, mantener los ambientes limpios.
Escherichia coli: se trata de una de las bacterias presentes en los intestinos con mayor frecuencia. Puede causar infecciones serias y se ha vuelto resistente a muchos antibióticos, incluyendo los importantes antibióticos dentro de la clase carbapenemes. Potenciales amenazas: Infecciones del Tracto Urinario, infecciones abdominales, intoxicaciones por alimentos, infecciones de la sangre y sepsis. Una forma de luchar contra esta superbacteria: Lavar las manos con frecuencia con agua y jabón por un mínimo de 20 segundos, en especial en la manipulación de los alimentos o después de ir al baño.
Pseudomona aeruginosa: comúnmente llamada “P. Aeruginosa”, es una bacteria que puede ser altamente resistente a muchos antibióticos y que puede causar infecciones con riesgo de vida. Generalmente, las infecciones ocurren en ámbitos hospitalarios o en aquellas personas que tienen sistemas inmunes más débiles. Potenciales Amenazas: Infecciones del Tracto Urinario, sepsis y neumonía. Una forma de luchar contra esta superbacteria: Utilizar antibióticos de acuerdo a lo prescripto por el médico tratante.
Aspergillus fumigatus: se trata de un hongo invasivo que puede producir una enfermedad severa y progresiva con alto impacto en aquellas personas con su sistema inmune debilitado, con tasas de mortalidad superiores al 88%. Potenciales amenazas: Infección que usualmente se manifiesta en pulmón como aspergilosis pulmonar invasiva antes de expandirse a otros órganos del cuerpo. Una forma de luchar contra este hongo: Asegurarse de que los pacientes inmunocomprometidos se encuentren en ambientes protegidos para reducir la exposición al hongo.
Rhizopus oryzae (order Mucorales): es la principal responsable de la mucormicosis, una enfermedad fúngica seria e invasiva. Generalmente ocurre en personas con sistemas inmunes debilitados o con diabetes mellitus no controlada. La tasa de mortalidad es elevada. Potenciales amenazas: Las infecciones comienzan en las vías respiratorias superiores antes de invadir los vasos sanguíneos, lo que termina diseminando la infección a otras partes del cuerpo. Una forma de luchar contra este hongo: Asegurar que los pacientes inmunosuprimidos se encuentren en ambientes protegidos para reducir su exposición al hongo.
Stafilococco aureus meticilino resistente: es una bacteria generalmente encontrada en todas partes alrededor del mundo. Se ha vuelto resistente al antibiótico meticilina y a la mayoría de los β-lactámicos, y los factores de riesgo incluyen recientes hospitalizaciones, con cirugías previas o usos de catéteres. Esta infección también puede transmitirse en forma comunitaria. Potenciales amenazas: Neumonía adquirida en ámbitos hospitalarios, bacterias en la sangre, infecciones de piel y, en algunos casos, neumonías necróticas fatales. Una forma de luchar contra esta superbacteria: adecuado lavado de manos, utilizar antibióticos de acuerdo a lo prescripto por el médico tratante y una adecuada higiene personal.
Clostridiodes difficile: se trata de una bacteria que puede encontrarse en cualquier lado y que es muy persistente ya que sus esporas están presentes en el suelo, superficies y objetos de la casa y hospitales, en los sanitarios, heces de humanos y comida contaminada. En el pasado, era más frecuente encontrar focos de infecciones en ámbitos hospitalarios, pero en la actualidad, han aumentado los casos por fuera de estos ámbitos. Potenciales amenazas: Los síntomas comunes podrían incluir diarrea más de tres veces por día, dolor abdominal, fiebre, náuseas y falta de apetito. Esta bacteria afecta desproporcionadamente a los adultos mayores y siempre ha sido un peso de salud pública importante para las personas mayores de 65 años.
Una forma de luchar contra esta superbacteria: Lavar las manos con frecuencia con agua y jabón por 20 segundos por lo menos, utilizar antibióticos de acuerdo con las recomendaciones de los médicos tratantes, limpiar los baños con hipoclorito de sodio (lavandina) y aislar a aquellas personas infectadas para limitar su expansión.