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Reconquista: denuncian mala praxis en el Hospital Central

Cuatro agentes de salud fueron separados de sus cargos por el Ministerio provincial. Investigan si se negaron a realizar una cesárea.

El Ministerio de Salud de Santa Fe decidió separar en forma previsoria de sus cargos a cuatro agentes de salud, el médico de guardia Ariel Goldberger, la partera Débora Dagatti y los enfermeros Jorge Debárbora y Noemí Scarel, implicados en un confuso hecho ocurrido en el Hospital Central de la localidad de Reconquista.

El caso que culminó en un sumario administrativo paralelo a una causa judicial en curso se produjo cuando Julieta Oviedo, un joven de 25 años del barrio Villa María Dolores de dicha ciudad, que estaba ya en la última etapa de su embarazo, se presentó en la guardia del efector con claros y evidentes síntomas de parto.

Según su propio relato, imploró por horas que se le practicara una cesárea, “mientras mordía hasta las sábanas en su desesperación”, pero la partera de turno le habría respondido que “éstas no son horas de cesárea”.

Pese a  su estado, en primer lugar se intentó conducirla en ambulancia a su domicilio, pero ante sus gritos desgarradores recibió unos calmantes para que pasara la noche y quedó internada con la expectativa de que al día siguiente le realizaran la intervención en la que daría a luz a su hijo.

Caja de cartón

A la mañana siguiente, fue revisada por la obstetra Mariela Ramírez, quien alarmada por el caso ordenó urgente ir a cirugía. Pero ya era demasiado tarde, el bebé de 3,600 kilogramos estaba sin vida, tras 13 horas de agonía compartida con su madre.

Cuando la familia quiso ver a la criatura, denunciaron que se lo mostraron dentro de una caja de cartón. Indignados por la muerte y los malos modos, los familiares de Julieta dieron aviso a la policía, que inició actuaciones de forma inmediata, con toma de declaraciones, con la conducción del juez Correccional de Reconquista, Jorge Galbusera, que ordenó la autopsia, y dio inicio a una causa por presunta mala praxis. Vísceras del feto fueron enviadas al laboratorio de la Corte Suprema para ser analizadas, en el marco de la investigación judicial.

Impiedad

La malograda madre responsabilizó en forma directa por el deceso de su bebé a la partera, que la confrontó permanentemente y que no la hizo ver por otro profesional ya que estaba convencida de que exageraba el dolor y que a esa hora de la noche no le harían la cesárea.

La joven agregó en su relato que la partera habría intentado movilizarla caminando hacia el quirófano, pero que una enfermera se opuso e insistió para conducirla en silla de ruedas, porque “estaba mareada y podía caer y lastimarme”.

Al volver a su casa, ubicada en el zona sur de la localidad de Reconquista, lamentó la pérdida de la criatura y aseguró que “fue una muerte que se podía haber evitado”.

Desde el Hospital Central, la única voz escuchada fue la del representante de la comunidad en el Consejo de Administración. “Prima facie parece que hay una responsabilidad muy importante”, sostuvo Raúl Medina.

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