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Reconquista: imputaron a tres hombres por abuso sexual grupal

El hecho sucedió en la madrugada del 25 de diciembre. Para los acusados fue una orgía consentida

Luciano M. G; Michael N. G,  y Matías A. T.; fueron imputados por el delito de abuso sexual con acceso carnal, agravado por el número de partícipes, delito que se reprocha con pena de 8 a 20 años de prisión, les comunicó la fiscal Georgina Díaz en la audiencia en la que informó al tribunal todas las evidencias que tiene como para haber ordenado la detención que rige desde el 30 de diciembre de 2024; y las medidas pendientes de prueba, lo que quiere garantizar manteniéndolos privado de libertad, que es lo que solicitó y la jueza Norma Senn decidió, sin oposición de los abogados defensores: Federico Gasparutti y Floriana Marconi.

La denunciante, una mujer de 28 años, vecina de los imputados, no concurrió a la audiencia y ya se avisó que va a declarar mediante Cámara Gesell. Lo mismo sucederá con su hija de 11 años, que parte de la madrugada acompañó a su madre en el lugar del hecho.

Por esta causa ya fue detenido con anterioridad e imputado, en prisión preventiva, Rubén O.R., anfitrión del encuentro de vecinos en la madrugada del 25 de diciembre de 2024, en su casa del Barrio Viar Belgrano de Reconquista, donde fue la juntada que terminó con el abuso, según la denunciante; y en una orgía consentida y provocada por la misma denunciante, según los imputados, quienes reconocieron que en el lugar también estuvieron sus amigos Hernán G. y Leo M., pero que no participaron del sexo grupal porque decidieron retirarse. También se aclaró que Luciano presenció todo, pero solo como espectador.

La jueza penal Norma Senn declaró legal todas las detenciones, acogió la imputación de la fiscal y dispuso la prisión preventiva, con la posibilidad de que, una vez producidas las pruebas pendientes, la defensa pueda solicitar nueva audiencia para revisar la medida cautelar más gravosa que es la privación de la libertad vigente. Mientras tanto y a pedido de las partes, solicitará al Ministerio de Seguridad el envío de dispositivos electrónicos por si eventualmente se decide algo en ese sentido, tal vez ya la semana próxima, a partir del 8 de enero, siempre sujeto a que se aseguren las pruebas pendientes, como la extracción de sangre de los sospechosos, para cruzar con los flujos recogidos en la denunciante; y la rueda de reconocimiento de personas, para que la denunciante confirme si las cuatro personas detenidas son quienes ella acusa. De todas maneras, ninguno de los imputados negó haber estado en el hecho denunciado. Lo que niegan es haberla violado.

Imputación

La representante del Ministerio Público de la Acusación sostuvo en la audiencia que la denunciante fue penetrada por boca y vagina sin consentimiento; y que la lesionaron en mama izquierda, piernas y vulva, al ser sometida sobre una cama de dos plazas en la vivienda de Rubén R., ubicada en calle 48 al 2595 del Barrio Viar Belgrano de Reconquista, entre las 3 y las 16 horas del día de Navidad.

La denunciante declaró que le impidieron salir de la casa, que estaba bajo efectos del consumo excesivo de alcohol, y que no consintió el acto. Señaló la fiscal que existe consumo problemático de alcohol y de estupefacientes en al menos algunos de los imputados.

Imputó el artículo 119, tercer párrafo, con el agravante del inciso «D», por la cantidad de partícipes coautores, lo que se reprocha con prisión de ocho a veinte años de prisión.

Entre las evidencias que tiene, la Dra. Díaz mencionó la denuncia, informes médicos que constatan las lesiones, el acta de secuestro de la ropa interior entregada por la víctima, numerosos testimonios, comunicaciones por WhatsApp, acta de allanamiento al lugar donde fue el hecho, acta de secuestros de pruebas (entre ellos el colchón y una colcha) análisis químicos de un nylon, informes socioambientales, informe técnico de criminalística con croquis del lugar del hecho y fotos… y avisó que siguen produciendo mayores evidencias.

Defensa

La defensa cuestionó la calificación legal por considerarla «errónea», porque «no existe delito», debido a que lo que ocurrió esa madrugada fue «una orgía gestada por la pretensa víctima», conforme le han referido los imputados.

El abogado Gasparutti definió a la orgía como «una reunión de personas en la que se practica sexo sin moderación y generalmente se consumen alcohol y otros estimulantes. Es lo que han hecho de manera consentida con la señorita los detenidos».

Cuestionó a la denunciante porque su declaración acusatoria en cuanto a que, por ejemplo, declaró que los que dice que la abusaron «son chicos del barrio, pero no los conozco», siendo que son vecinos de toda la vida.

Declaró que a las 3 de la madrugada se fue a su casa porque estaba «mareada» y no fue así. Se fue a llevar a su hija que le pedía ir a dormir y salió por la ventana para que no la vea su familia y; y regresó para la «orgía» que ella había organizado; y no a buscar el cargador de su celular, porque lo había llevado y regresó con él.

Por un lado dice: «No me acuerdo de nada», pero por otro lado describió la habitación y los muebles; que uno la agarraba de las piernas, otro de los pelos, otro de los brazos y otro la penetraba; y se acuerda que en su casa tomó champagne y con los muchachos cerveza y vino. También recuerda que le tenían apoyada la cabeza contra la cama y pensó que había perdido el diente postizo. «No nos cierra que hay cosas que se acuerda y otras no», dijo Gasparutti a la jueza que para entonces lo interrumpió para explicarle que no era el juicio, sino la audiencia imputativa.

Fue entonces cuando pidió que se le brinde a los imputados el derecho a expresarse; y así ocurrió. Michael y Luciano y Matías  dieron sus versiones del suceso, coincidentes; y ninguno negó ni haber estado en la escena, ni el acto sexual, con la salvedad de que Luciano solamente fue espectador. Remarcó que como era el único que no participaba de la orgía, a pesar de que la joven le insistía; pero «yo no quería, no me gustan esas cosas. Quiero que ella diga la verdad porque nos conocemos todos, también nuestros padres y hermanos. No se por qué está generando esto, no lo entiendo, es horrible, es muy feo, es muy injusto lo que está haciendo esta chica. Ojalá esto se solucione lo más pronto posible», rogó a la jueza.

Según los imputados, cada uno pasó nochebuena en familia y luego del brindis, durante la madrugada, fueron uno a uno llegando a la casa de Rubén  R., quien había quedado solo en su casa (vive con su madre).

Tomaron cerveza y fernet, pero ni siquiera terminaron una botella. Aseguran que todos estaban lúcidos, también la denunciante. (nadie mencionó el consumo de estupefacientes, más allá de que se sabe que algunos son consumidores o lo fueron).

La juntada comenzó en la vereda y siguió dentro del living comedor de la casa de Rubén . La nena de la denunciante (tiene 11 años) estaba insoportable porque pedía a cada rato que la lleven a dormir. Michael  detalló que hasta llegó a decirle: «Sos mala madre, tengo sueño y no me llevás a dormir». Fue cuando la madre accedió llevarla a dormir y ellos siguieron escuchando música.

Una discusión se centra en el por qué regresó la dama sin su hija. Ella dice que es porque se olvidó el cargador del celular; y que fue cuando la sometieron. Ellos dicen que miente, que ella se llevó el cargador, habiéndose negado a prestárselo a Michael, porque ella lo necesitaba; y que «a los 30 ó 40 minutos volvió con otra ropa más deportiva y más liberada», decidida a provocar la orgía. Arrancó con temas sexuales, les preguntó si ellos hacían orgías y desde su celular les mostró videos de que ella estuvo con otras personas. «Nos seducía. Nos mostraba y nos contaba lo que ella hacía. Volvió con intenciones de provocarnos». Les contó que tenía una fantasía para cumplir con ellos y se sacó la remera para empezar a tocarlos y besarlos, estando todos lúcidos. Nunca la notaron alcoholizada.

Que fue ella quien les preguntó si todos estaban de acuerdo en pasar a la pieza; y que ellos le preguntaron por segunda vez si no tenía problemas en tener sexo grupal, a lo que ella por segunda vez contestó que «estaba todo bien»; y pasaron a la habitación, donde ella acomodó dónde debía estar cada uno, ella dirigió las acciones; incluso pidió una pausa. «En un momento quiso frenar el acto y frenamos». Pidió agua, prendió un cigarrillo, luego se arrodilló y pidió que se arrimen, porque quería ver cómo quedaban todos los penes en su boca.

Dijo Michael que, si él hubiera notado que estaba ebria o mareada, no hubiera ni empezado, ni seguido. Hasta le preguntó si podía eyacular dentro de ella y le contestó que si, que a ella le gustaba.

Terminada la orgía, se saludaron por sus nombres, un beso y ella les pidió: «Ojalá que se repita». Todo normal.

Cuando se enteraron a la tarde de su denuncia «por los vecinos» y que supuestamente no se acordaba de nada, se sorprendieron y empezaron a mensajearse entre ellos porque no entendían por qué los denunció.

Ninguno de los imputados cayó en contradicción, todos alineados con el mismo relato, todos remarcando que estaban lúcidos, igual que ella; y sabían lo que hacían; y la pusieron en evidencia a ella por decir que no conocía a todos, siendo que «nos conocemos todos»; remarcó Luciano , el único espectador: «Yo no la penetré».

Remarcó que ella insistía en hacer la orgía, los animaba a hacerlo, que todo quedaría entre ellos. «Todo quedará acá». Ella siempre propuso todo desde que volvió de hacer dormir a su hija. Ella indicaba lo que tenía que hacer cada uno, se proponía a enseñarles cómo tener sexo con una mujer: «Yo les voy a enseñar».

Estimó que la orgía duró no más de 90 minutos y que ella «siempre estuvo normal, bien».

Igual que todos, Luciano dijo que de haberla visto mal, «yo no haría eso, yo ni nadie de nuestros amigos. Nunca fuimos de hacer estas cosas, de este tamaño, de esta magnitud, es algo muy feo. La pasamos muy mal cuando nos enteramos que teníamos que ir detenidos por algo que nunca hicimos, algo que en todo momento propuso ella».

Indicó que como él era el único que no participaba de la orgía, ella le insistía; y «yo no quería, no me gustan esas cosas. Quiero que ella diga la verdad, porque nos conocemos todos, también nuestros padres y hermanos. No sé por qué está generando ésto, no lo entiendo, es horrible, es muy feo, es muy injusto lo que está haciendo esta chica. Ojalá esto se solucione lo más pronto posible».

La declaración de Matías  también estuvo en consonancia con sus amigos. Repitió lo mismo que dijeron sus dos amigos, que ella propuso la orgía y ella la comenzó. Confirmo que Luciano estuvo, pero no participó del acto sexual; y que Hernán y Leo  se fueron antes de la orgía. No quisieron participar ni quedarse.

Ratificó que se conocen «de toda la vida, nos criamos en el barrio».

Fue quien agregó un dato: que al concluir la orgía (que fue en el dormitorio, sobre una cama de dos plazas) se sentaron en el comedor y ella le pidió al dueño de casa para quedarse a dormir allí, porque no quería tener problema con los abuelos porque se había escapado. Quería esperar que los abuelos salgan para meterse sin que se den cuenta de que se escapó.

La aparente teoría defensiva es que la joven denunció que fue forzada al acto sexual y que no la dejaron salir porque se armó un escándalo porque la familia descubrió que había amanecido en la casa del vecino, donde estuvo hasta la tarde.

Lo que sigue

Martes 7 de enero de 2025, será la rueda de reconocimiento (para que la denunciante reconozca a quienes estuvieron en el hecho) y se hará extracción de sangre a los imputados para cruzar información genética con los flujos hisopados en la víctima.

En fecha a confirmar, la denunciante y su nena declararán en Cámara Gesell; y queda pendiente también abrir los teléfonos celulares de la víctima y de los imputados.

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