Más de medio centenar de policías se desplegó ayer en el barrio Triángulo, ubicado en la zona oeste de la ciudad, en el marco de la reconstrucción de un triple homicidio que en abril de este año puso fin a un cumpleaños familiar. La medida judicial, que duró casi seis horas, fue presenciada por el juez que investiga la causa, Gustavo Pérez de Urrechu, la fiscal Lucía Aráoz, quien tomó nota de las distintas versiones que dieron los testigos, los cinco acusados del fatal ataque a tiros y sus abogados defensores.
La trágica pelea que se intentó reproducir ayer en el lugar de los hechos y que dejó tres muertos y un herido se desencadenó en la madrugada del pasado 11 de abril en Liniers al 4200, cuando estaba terminando una fiesta de cumpleaños que había comenzado la noche anterior en la casa de la familia Vallejos.
Alrededor de las 5.30 de ese día, cuando el epílogo era inminente, y ya se había retirado gran parte de los invitados a la velada, un descomunal ataque a tiros terminó con la vida de José Vallejos, de 42 años, su hijo Mauro de 18 y su yerno Paulo Herrera, de 32, conocido como Baba. Eduardo, otro de los cuatro hijos de Vallejos y novio de la cumpleañera, fue alcanzado por uno de los proyectiles pero logró salvar su vida.
Las mujeres de la casa fueron las principales testigos de la balacera, que le adjudican a un grupo de vecinos con los que esa noche habían discutido dos miembros de la familia en cercanías de un quiosco del barrio, confiaron fuentes del caso.
Según la versión que brindaron, un rato después de la pelea los agresores volvieron en auto y motos y tras llamar por su nombre a los hermanos, apodados Manzanita, arremetieron con más de 30 disparos.
Un día después, la Policía arrestó en la ciudad de Coronda, en el departamento San Jerónimo, a cinco hombres que si bien no contaban con antecedentes penales, “ni nada sospechoso”, se presume que huían de Rosario tras el triple asesinato e intentaban refugiarse en las islas frente a la localidad santafesina, dijeron los voceros.
Entre ellos se encontraba un muchacho de 30 años apodado Cuatro, quien fue señalado por familiares de las víctimas como el principal responsable del ataque. También fue apresado su hermano Gustavo, de 26, y su primo Jorge M., de 21, conocido como Chuchi. Al quinteto lo completan Jesús A., un remisero de 40 años apodado Tina, y Juan A. conocido como “Juan sin hambre”, ambos con domicilio en cercanías de la casa donde se produjo la balacera.
Todos fueron imputados de homicidio calificado y se abstuvieron en su momento de declarar, confiaron fuentes judiciales. También quedaron a disposición de la Justicia un Peugeot 504 color celeste y dos motos, presuntos vehículos en los que habrían huido los agresores.
La reconstrucción de ayer fue ordenada por el juez Gustavo Pérez de Urrechu, a cargo de Instrucción de la 13ª Nominación, quien investiga el triple homicidio perpetrado en zona oeste. En el lugar también estuvieron presentes los abogados defensores de los cinco acusados, que fueron trasladados con una fuerte custodia policial, y bajados de a uno al predio en que se llevó a cabo la reconstrucción.
Uno de los voceros dijo que la casa familiar en donde se sucedieron los homicidios fue desocupada para la realización de la medida judicial, y que entre los testigos estaban las parejas de los tres asesinados, una de ellas con varios meses de embarazo.
El operativo, a cargo de la Inspección Zona 8ª, comenzó a las 8 y contó con la participación de personal del Comando Radioeléctrico, de Tropas Antitumulto, ante la posibilidad de que se produjeran incidentes, y de Criminalística, que filmó y fotografió todas las etapas de la medida judicial. Cerca de las 13.30, se dio por finalizada la jornada y los cinco detenidos fueron llevados nuevamente tras las rejas.