Vecinos, familiares y colegas homenajearon esta tarde al fotógrafo José Luis Cabezas, al cumplirse 14 años de su secuestro y asesinato a manos de un grupo de policías bonaerenses y de civiles vinculados a Gregorio Ríos, guardaespaldas del empresario Alfredo Yabrán.
Durante el acto realizado el monolito que recuerda al fotógrafo, Gabriel Michi, compañero de Cabezas, homenajeó al reportero gráfico y criticó el accionar de la justicia, ya que «a pesar de las condenas ejemplares que recibieron los asesinos, éstas no se cumplen».
«Lamento que los asesinos estén libres porque son un peligro para todos, incluso para muchos vecinos de Pinamar, que los tienen transitando sus calles», afirmó el periodista.
Por su parte, Alejandro Belvedere, titular de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA), resaltó el compromiso con la información que tienen los reporteros gráficos y trabajadores de prensa.
Durante el verano de 1996, José Luis Cabezas había sido destinado junto al periodista Gabriel Michi para realizar la cobertura de la temporada en las playas de Pinamar.
Fue allí que el reportero fotografió al empresario aeropostal Alfredo Yabrán, quién hasta ese entonces era un hombre desconocido por la opinión pública argentina.
Yabrán había concedido entrevistas a la revista Noticias, en donde trabajaba Cabezas, pero sin dejarse sacar fotos.
El empresario sostenía por entonces que sacarle una foto era “pegarle un tiro en la cabeza”. Días más tarde, la revista publicó en su portada las imágenes obtenidas por Cabezas.
Un año después, en la madrugada del 25 de enero de 1997, a la salida de una fiesta organizada en la casa del empresario Oscar Andreani, el reportero gráfico fue interceptado por Retana, Auge, González y Braga, integrantes de la banda denominada “Los horneros”.
El cuerpo de Cabezas apareció maniatado y calcinado, en lo que se conocería desde allí en más cómo “La Cava” de Pinamar. El 2 de febrero del 2000, la Cámara de Apelaciones de Dolores, Condenó a Gregorio Ríos a prisión perpetua, por ser el instigador del crimen.
Ese mismo año, “Los horneros” fueron condenados a prisión perpetua por el homicidio.
Por otro lado, los ex policías bonaerenses Aníbal Luna, Gustavo Prellezo y Sergio Camaratta, fueron sentenciados a reclusión perpetua.
Alfredo Yabrán se suicidó en la aldea San Antonio, Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos, el 20 de mayo de 1998, cuando se dio a conocer una orden de captura en su contra.