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Recorre Argentina en bicicleta para «salvar el suelo» y concientizar sobre su preservación

Diego Colombo lleva recorridos en su bicicleta 1.300 kilómetros de los 3.000 previstos en su travesía desde el sur del Gran Buenos Aires hasta la provincia de Santa Cruz para llevar un mensaje sobre la necesidad de conservar el suelo a los alumnos de escuelas que encuentra en su camino

Nahir del Buey/Télam

Diego Colombo lleva recorridos en su bicicleta 1.300 kilómetros de los 3.000 previstos en su travesía desde el sur del Gran Buenos Aires hasta la provincia de Santa Cruz, con el propósito de llevar un mensaje sobre la necesidad de conservar el suelo a los alumnos de escuelas que encuentra en su camino, a quienes busca incentivar para ser «agentes de cambios» en la preservación del medio ambiente.

Colombo tiene 37 años, estudió Comunicación Social, paisajismo y jardinería, vivió en distintas partes del mundo y se considera un «viajero» y «ambientalista».

«Fui integrante de la ONG Greenpeace como donante, pero no encontraba la manera de poder participar más activamente en las problemáticas ambientales», contó a Télam mientras realizaba un alto en la ciudad de Neuquén.

En diciembre pasado, se unió como voluntario al movimiento global «Salvemos el Suelo», que fomenta reformas políticas para regenerar, proteger y preservar los suelos.

«Su creador, Sadhguru, realizó un viaje en moto para promover esta iniciativa desde Londres hasta la India, en base a eso nace mi idea», rememoró sobre la travesía que inició el 26 de febrero proyectando pedalear en 60 días unos 3.000 kilómetros desde la localidad bonaerense de Banfield, de donde es oriundo, hasta el Glaciar Perito Moreno.

Con el Google Maps en la mano, Colombo calcula que ya hizo unos 1.300 kilómetros, casi la mitad del recorrido, y aunque organizó una ruta y tiene un tiempo estipulado por las condiciones climáticas «nada es tan fijo».

Con respecto al objetivo del viaje, señaló que es para «concientizar» y «poder llegar a los individuos» para de esa manera exigirle a los gobernantes que tomen una decisión acerca de la conservación del suelo.

Por eso, su travesía incluye la entrega de semillas para huertas a quien se cruza en su camino, así como charlas en los colegios que le abren sus puertas.

«Los pibes cada vez están más metidos en temas de ambiente, son quienes les enseñan a sus padres hoy en día, por eso desde mi lugar busco incentivarlos a que actúen, a que se sientan parte y que sepan que pueden ser agentes de cambio», explicó Colombo.

A los más chicos les propone un plan de acción que va desde confeccionar una carta en favor del cuidado ambiental dirigida a las autoridades municipales hasta hacer compost casero en la propia escuela.

Con una bicicleta prestada, algunos ahorros, ropa de abrigo, una carpa, aislante, agua y comestibles como latas de atún, avena o frutos secos, Colombo ya pasó por las localidades bonaerenses de Lobos, Roque Pérez, General Alvear, Tapalqué, Olavarría, Líbano, Villa Ventana, Las Grutas y Bahía Blanca.

Su trayecto siguió por La Adela, en la provincia de La Pampa, y luego las ciudades de Rio Colorado, Choele Choel, Chimpay, Villa Regina, en Río Negro; hasta llegar a Neuquén, un recorrido que tuvo percances como la rotura de su bicicleta, que lo dejó varado «en caminos completamente de tierra, en el campo y de noche».

Sus descansos nocturnos ocurren donde puede; ya durmió en estaciones de servicio, campings, casas de amigos o voluntarios, bancos de plaza, casetas de turismo, garajes, en alojamientos compartidos o en un hostel.

Pero a pesar de los obstáculos, Colombo destacó que además de «plantar una semilla en la gente», su viaje es «un llamado de acción a los gobernantes». Por eso lleva una carta impresa para juntar firmas, que a su regreso tiene previsto presentársela al ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, u otra autoridad del área.

«Buscó lograr una política a nivel nacional y llegar a los productores que también son responsables de lo que pasa en el ambiente, porque muchas veces por inercia o desconocimiento utilizan prácticas que no son sustentables y que son perjudiciales para ellos mismos», describió en diálogo con Télam.

«Si degradas la tierra que te da un sustento en algún momento te vas a quedar sin tenerlo, por eso existen manuales de manejo sustentable del suelo con más de 200 páginas; la premisa más básica es aumentar el contenido orgánico de los suelos productivos a un mínimo de 3 por ciento, lo que solucionaría los problemas que tenemos por el cambio climático, pérdida de biodiversidad, las sequías y erosión del suelo», continuó.

De este modo, remarcó que el movimiento busca trabajar con el productor, «no estar en contra de él», implementando políticas de cambios favorables de bajo costo como no realizar monocultivos y forestar, ya que «un suelo muerto es muy difícil de recuperar».

A lo largo de su travesía, Colombo fue recibido por autoridades comunales como Angela Mugnolo, integrante del Área Ambiental de Tapalqué; Sergio Daich, coordinador del plan local de acción contra el cambio climático de Villarino; Verónica Villalba, subsecretaría de Medio Ambiente de Río Colorado; Laura Juárez, directora de Medio Ambiente de General Roca; Marcelo Orazi, intendente de Villa Regina; y Hugo Curzel, director de Ambiente y Desarrollo Sustentable de esa localidad.

«A futuro me gustaría poder seguir difundiendo mi mensaje. Es algo que me gusta, me motiva comunicar las cuestiones ambientales y haciéndolo viajando un poco más», dijo el joven que no descarta la posibilidad de ampliar su travesía por Latinoamérica.

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