Según cifras que surgen del proyecto de Presupuesto 2019 y se pueden consultar en la página web del Ministerio de Hacienda de la Nación, varios programas que dependen de la Secretaría de Cultura sufrirán recortes. Una de las grandes afectadas serán las Bibliotecas Populares. Desde la asociación que las reúne en Rosario emitieron un duro comunicado por eso. “Mientras que en 2018 se estipularon 155.402.028 pesos, el año que viene se asignarán 40 millones menos: 115.741.094 pesos. Eso significa un recorte nominal del 25 por ciento y real al 40 por ciento. Creemos que los representantes de las Bibliotecas Populares debemos pedir a los diputados de cada provincia que soliciten un adicional”, señala el escrito, que hasta es benévolo: con inflación el recorte puede escalar a 53%, más de la mitad .
Iván Cotica es uno de los bibliotecarios del espacio cultural Constancio C. Vigil desde que reabrió sus puertas en 2014, tras casi 40 años intentando recuperar sus bienes. “Hay un marcado recorte en el dinero que el gobierno destina a la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), que es el organismo que colabora con los subsidios”, contó.
Cotica explicó que la mayoría de las bibliotecas están registradas en la Conabip (organismo que brinda los subsidios anuales) en tres categorías: A, B y C. La primera es para las más antiguas, con más personal y más grandes; la segunda (en la que entra la Vigil) son para las que tienen salones de lectura y cumplen con programas de extensión cultural y educativa. La última incluye a las que recién comienzan y tienen menos material bibliográfico.
La Vigil tiene una sala para jóvenes y adultos, una sala de lectura infantil y una de lectura silenciosa: registra alrededor de dos mil socios y más de cuarenta mil libros.
“Este año recibimos dos subsidios. Uno de 68 mil pesos que se designa para los «gastos corrientes» y el otro de 27 mil para comprar material en la Feria del Libro en Buenos Aires. Nosotros deberíamos estar en la categoría A pero nos faltan algunas horas de atención al público”, explicó el bibliotecario de la Vigil.
La Biblioteca Popular de barrio Tablada está abierta de lunes a viernes, de 16 a 20 y los sábados, de 10 a 13. Es decir, 23 horas semanales.
Cotica se lamentó por la situación y dijo que este panorama se veía venir. “El recorte ya lo estamos sintiendo. El dinero va a ser menor y si a eso le sumamos la inflación vamos a estar muy complicados”, dijo.
La biblioteca tiene gastos mensuales muy elevados: cuenta con cuatro bibliotecarios, una sala de teatro y se brindan talleres y actividades permanentemente. En total suma unas 20 personas.
El bibliotecario remarcó que los gastos operativos mensuales de la Vigil rondan los 500 mil pesos y su principal fuente de ingreso es el alquiler de una parte. Además de las rifas.
“Se sabía que iba a pasar esto desde que empezó a gobernar (Mauricio) Macri pero no de una forma tan acelerada. Estamos retrocediendo a pasos agigantados. Esto es una decisión del Estado. La mejor forma de enfrentar esta situación es difundirla”, concluyó el bibliotecario.
La historia
Fundada en 1944 por los vecinos de Tablada como parte de una sociedad vecinal e independizada en los cincuenta tras constituirse como asociación civil, la Vigil alcanzó su mayor actividad en los 60 y 70: contó con jardín de infantes, nivel primario y secundario, escuela de música, arte y teatro, tuvo su propia editorial y hasta desarrolló la Universidad Popular, pero en 1977 fue cerrada por la dictadura.
Con el regreso de la democracia se constituyó la Asamblea por la Recuperación –conformada por viejos socios, hijos de socios y estudiantes–, que en 2004 consiguió la expropiación del edificio y en 2013 se hizo con la llave del lugar.
Su impronta ideológica de raíz popular y sus vínculos con el barrio y con la ciudad en general, como ha ocurrido en el pasado, orienta hoy su labor cotidiana.
En ese vínculo entre el ayer y el mañana, que aparece en cada comentario, parece estar la clave de su crecimiento actual.
Juntos y unidos
Este sábado se realizará un encuentro en la Biblioteca Vigil de 10 a 19, donde estarán presentes las bibliotecas populares de Rosario y la región: uno de los objetivos es redactar un comunicado por el recorte presupuestario que sufrirán en 2019. También habrá una feria de libros de editoriales rosarinas, con descuentos para estudiantes y docentes. La entrada es libre y gratuita.