El pronunciamiento, que retoma principios centrales de la Doctrina Social de la Iglesia, llama a que cualquier modificación del régimen laboral argentino parta del diálogo y del respeto por la dignidad humana.
Un llamado al bien común y al rol de la política
La Pastoral Social cita al papa Francisco para destacar que la “sana política” es la que piensa a largo plazo, ordena las instituciones y pone el foco en el bien común por encima de intereses sectoriales. En esa misma línea, remarca que el empleo no debe entenderse solo como un ingreso, sino como una fuente de dignidad, identidad y desarrollo personal y comunitario.
“El trabajo es la posibilidad de hacer brotar las semillas que Dios ha puesto en cada uno”, señala el documento, advirtiendo que sin empleo no hay integración social posible.
Empleo, derechos y un mensaje directo al Gobierno
Para la Iglesia rosarina, la desocupación constituye una “calamidad social” y el Estado debe generar condiciones que permitan la creación de trabajo genuino, sin desentenderse de su rol de garante del bien común.
Entre los derechos laborales que considera irrenunciables, menciona:
- Remuneración justa
- Descanso y límites horarios
- Condiciones que protejan la salud
- Seguridad social
- Prestaciones por maternidad
- Derecho a la sindicalización
El documento subraya un principio clave: “El trabajo no es una mercancía y el salario no es un precio”. Y exige que cualquier discusión salarial contemple tanto la productividad como la dignidad del trabajador y su familia.
Sindicalismo, huelga e informalidad: advertencias y límites
La Pastoral Social reconoce la legitimidad de los sindicatos y la huelga como herramientas de defensa, aunque advierte sobre los riesgos del corporativismo y los abusos. La medida de fuerza, subraya, debe ser “pacífica, proporcionada y responsable”.
Además identifica cuatro “heridas sociales” que deben estar en el centro del debate laboral:
- La informalidad
- El desempleo juvenil
- La feminización de la pobreza
- La situación de los migrantes
“Las reformas no pueden imponerse”: pedido de diálogo
El mensaje final enfatiza la necesidad de un diálogo sincero entre Estado, trabajadores y empresarios. Para la Iglesia rosarina, una reforma laboral sin consenso amplía el conflicto social en lugar de resolverlo.
El texto, que se inscribe de lleno en uno de los debates más sensibles de la agenda nacional, coloca a Rosario nuevamente en el centro de la discusión pública con un pronunciamiento firme que cuestiona el rumbo del Gobierno y reivindica la dignidad del trabajo como eje irrenunciable.
