La comisión de jueces a cargo de proponer reformas para la primera y la segunda instancia del fuero federal trasladó a la Corte Suprema de Justicia una serie de pedidos de fondos e inversiones en infraestructura provenientes de las cámaras federales de todo el país. Estos requerimientos se enmarcan en el plan de Ricardo Lorenzetti de promover una serie de reformas que tengan origen en el Poder Judicial. La semana pasada, un grupo de jueces de cámara de tribunales orales federales propuso juicios unipersonales para acelerar los expedientes. La oralidad y la publicidad de las audiencias animarán los próximos debates sobre estos temas.
El grupo encargado de trasladar ideas y pedidos lo integran los camaristas de la Casación Penal Ángela Ledesma, Gustavo Hornos, Ana María Figueroa, Juan Carlos Gemignanni y Liliana Catucci. Para elaborar su informe, mantuvieron una serie de contactos con las cámaras del interior, cuyos resultados ya están en poder del secretario de Gestión de la Corte Suprema, Alfredo Kraut.
Productividad judicial
Los pedidos de las cámaras son los habituales: edificios, contratos e insumos. El problema es que en ciertos despachos administrativos de la Corte Suprema impera la idea de que ciertas jurisdicciones tienen una productividad muy por debajo de la esperada. La respuesta de estos camaristas suele ser que al tratar sólo temas federales el volumen más importante de expedientes queda destinado a las justicias provinciales.
De Federal a provincial
Por eso, en las oficinas del administrador de la Corte, Héctor Marchi, hay quienes alientan la idea de que la Justicia federal del interior debería pasar lentamente a la órbita de los estados provinciales. Preceptos federalistas útiles para funcionarios con una visión absolutamente conservadora del gasto.
Gente de confianza
Ante estas solicitudes es cuando queda en evidencia la influencia de Marchi en la Corte y su sintonía absoluta con Lorenzetti. En cierta ocasión este contador tuvo una divergencia con Kraut, el otro funcionario de confianza del presidente del máximo tribunal. En un cónclave reservado, este último expresó críticas para con el administrador de la Corte. Lorenzetti escuchó en silencio para luego aclararle a Kraut: “Nunca olvides que lo que le decís a él, en realidad me lo estás diciendo a mí”.
Internas de toga
Las internas también han dominado la comisión que llevó el informe a la Corte, en especial desde que la jueza Catucci decidió formular un paper por su cuenta ya que tenía fuertes diferencias con el resto de sus colegas al momento de proponer reformas. La acompañó en esta posición la camarista Figueroa.
El giro de esta última jueza no deja de sorprender. Llegó a la Casación desde el ministerio de Justicia con el apoyo de sectores del Gobierno y luego se ubicó en el grupo de Luis Cabral, jefe del gremio de jueces y fue la primera en trabar la llegada de Alejandro Slokar (que era preferido por el secretario de Justicia Julián Álvarez) a la presidencia de dicha Cámara. Le escena que corona la saga se desarrolló el 20 de diciembre en la misa navideña que ofició el obispo castrense en la capilla ubicada frente a los tribunales federales porteños de Comodoro Py a la cual asistió Figueroa en compañía de Catucci y de Eduardo Riggi.
Un momento reflexivo útil para reunir jueces con uniformados.
Oralidad en entredicho
Figueroa y Catucci no coinciden con sus colegas en incrementar la oralidad de los procedimientos de la Casación, así como también la publicidad de éstos. El resto de la comisión defiende esta idea como una vía para acelerar el trámite de los expedientes y así lo han transmitido a la Corte.