Un fenómeno ya conocido en los últimos años volvió a hacerse notar en las entidades bancarias a partir del nuevo endurecimiento de la Argentina en los controles para la compra de dólares: el de la demanda de cajas de seguridad. De la mano de esta situación, anunciaron que a partir de junio llegarán nuevos aumentos en el alquiler de estos cofres. A fin del año pasado, la demanda fue tal gracias a las medidas impuestas por la Afip que los precios ya habían aumentado un 50 por ciento.
En la Argentina hay un total de 700 mil cajas de este tipo, pero la incertidumbre económica que atemoriza a los ahorristas, el miedo a la inseguridad y las nuevas restricciones que incentivan al dólar “blue” generaron la necesidad de buscar un mayor resguardo para las pertenencias.
El panorama por el que se transita hoy en día es el de grandes bancos con un mercado totalmente saturado, donde hay hasta seis meses de espera para alquilar una de estas cajas. Ante la crisis de confianza y la realidad de que las tasas de interés para los depósitos a plazos fijos en dólares son muy bajos, entre un 0,3 por ciento y un 0,5 por ciento anual, los ahorristas prefieren mantener las divisas extranjeras en las cajas fuertes.
A partir de este boom surgieron nuevas alternativas: cajas de seguridad para ser instaladas en las casas con un sistema especial de monitoreo. Este sistema se basa en tener un registro de todas las aperturas y cierres que tuvo el usuario de la caja. “Cada miembro de la familia tiene su propia clave y en caso de que el cofre quede abierto o haya signos de que intentaron forzarlo, se le avisa al cliente por teléfono o mensaje de texto”, explicó Amorina Gil, gerente de la división alarmas residenciales de Prosegur, la empresa que las comercializa en el país.
En los últimos meses hubo un aumento en los robos en barrios privados y countries, donde los movimientos de los residentes están más controlados. Por eso allí se concentra la mayor parte de los clientes. Hoy, el 60 por ciento de las cajas monitoreadas se destina a domicilios particulares, mientras que el restante 40 por ciento corresponde a pequeños comercios. Estas cajas tienen un costo de instalación y luego un abono mensual de 69 pesos por mes. Mientras que el precio en los bancos varía según el tamaño y la entidad. Por ejemplo, una caja chica puede ir desde 380 pesos hasta 560 pesos por trimestre. Sin embargo, en algunas entidades tiene un cobro anual. En este caso, según los bancos consultados, las medianas salen 2.200 pesos con IVA incluido, y también las hay grandes (3.300 pesos) y extragrandes (5.800 pesos).
Según las estadísticas del Banco Central, se comprueba que los depósitos totales en moneda extranjera bajaron en los últimos meses, por lo que se puede asumir que los billetes están plácidamente “durmiendo” en las cajas fuertes.