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Regatas y Belgrano dejaron atrás las diferencias y compiten juntos en el Litoral

Regatas y Belgrano son dos de las instituciones deportivas más importantes de la ciudad bonaerense, con una rivalidad histórica. Pero pensando en el futuro de la ovalada, se fusionaron para disfrutar hoy de un presente promisorio y que presagia mejores temporadas por venir

En San Nicolás se logró algo histórico, no sólo para el rugby y el deporte en general, sino también para toda la sociedad argentina. Regatas y Belgrano son dos de las instituciones deportivas más importantes de la ciudad bonaerense, con una rivalidad histórica. Pero pensando en el futuro de la ovalada, se fusionaron para disfrutar hoy de un presente promisorio y que presagia mejores temporadas por venir.

Para jugar al rugby se necesitan una pelota, dos equipos y un árbitro. En San Nicolás, la guinda está, la Unión de Rugby de Rosario manda los referís, pero la existencia de sólo dos clubes en una ciudad que no supera los 200 mil habitantes hace difícil la captación de jugadores para ambas instituciones.

El cuello de botella cada año se hacía más evidente. Cada temporada, a los dos clubes se les hacía titánica la tarea de conformar un plantel superior y ni hablar la línea de juveniles. Pero de a poco fueron relegando terrenos y comenzaron a jugar en categorías de ascenso en los torneos organizados por la URR.

A principios de la década del 90 en Belgrano se produjo una gran división en el rugby del club de calle Pellegrini (el predio está sobre la autopista Rosario-Buenos Aires), pues muchos de los jugadores eran socios de Regatas pero fanáticos de la ovalada y despuntaban sin tapujos su vicio en el club rival.

A raíz de esas diferencias, un grupo numeroso armó los bolsos y se fue a Regatas para fundar el rugby en el club de la Ribera, que tiene su predio ovalado en la isla y que para acceder hay que tomar el famoso “vaporeto”. Toda una aventura para aquellos que van por primera vez y ni hablar cuando se trata de los más chicos.

Los años transcurrieron y la realidad no mejoró, sino que empeoró. Desde la URR, en varias oportunidades, buscaron acercar a los clubes y hasta se realizaron varias reuniones en la Municipalidad de San Nicolás. Pero la unidad del rugby nicoleño se iba a consagrar cuando, sin terceros, el acercamiento tenía que ser natural.

La división de los noventa quedó allá a lo lejos. Lo llamativo es que los integrantes del rugby de ambos clubes en muchos casos son amigos y hasta compañeros de colegio.

A principios de este 2019, un llamado de la URR ante el nuevo escenario de tres niveles de competencia en el Torneo del Litoral sedujo al rugby nicoleño, pero un solo club no podía afrontar dicha empresa.

Sin presión, ni pedido de nadie, llego el día del tan ansiado café. Un dirigente por club, una mesa y una charla para hablar del futuro, ya que ambos tenían muy en claro que seguir divididos era firmar la sentencia de muerte del rugby en la ciudad del norte de la provincia de Buenos Aires y distante a apenas 70 kilómetros de Rosario. Y a ese café inicial le siguieron otros muchos, en los que el diálogo dio como resultado numerosos puntos en común. La fusión estaba muy cerca.

Pautas claras de trabajo desencadenaron que desde un principio se debía hablar de un solo equipo. Porque la fusión no era sólo para el plantel superior, porque para poder participar del Regional hay que tener toda la línea de juveniles completa (M15, M16, M17 y M19). Si bien la misión no era imposible, había que construir buenos cimientos capaces de sostener el proyecto pensando en el futuro y en los años por venir.

Hasta la elección de la nueva camiseta (donada por la Municipalidad para todos los equipos) fue sencilla: un color neutro, los dos escudos y los colores de ambos clubes presentes por igual.

La posibilidad de jugar un nivel de competencia del Litoral produjo el click, pero lo que más les importó a los dirigentes fue poder darles a los chicos una mejor competencia. Y fueron los más chicos los que dejaron en evidencia a los más grandes, ya que las distintas divisiones juveniles no tuvieron ningún prejuicio y hubo una inmediata unión producto que la mayoría son compañeros de colegio o incluso amigos de la vida, que por distintas circunstancias jugaban en clubes diferentes.

Hoy Regatas & Belgrano de San Nicolás ha logrado clasificar a las semifinales del Torneo de Segunda División, pero más allá del resultado deportivo, vale destacar la recuperación de jugadores que se habían alejado por diferentes motivos. Es más, actualmente el plantel superior supera los 60 integrantes.

La sociedad argentina vive desde hace mucho tiempo con una grieta que la divide. Dos sectores que no pueden convivir, dos posturas políticas que han hasta fracturado familias y terminado con amistades de toda la vida. Los integrantes de Regatas y Belgrano que hicieron posible la fusión, siendo rivales de toda la vida, no son extraterrestres, sino personas que viven en Argentina.

¿Cómo es posible qué ellos lograron un punto de encuentro y de acuerdo pensando en el futuro y los representantes, aquellos que tienen la facultad delegada por el pueblo, no pueden hacerlo? En San Nicolás, en la ciudad de la Virgen, hay un claro y contundente ejemplo para tomar en cuenta.

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