El estado australiano de Victoria prohibió hoy que las personas que deben aislarse por sus propios medios hagan ejercicios fuera de su casa y anunció multas más onerosas para aquellos infectados que sigan yendo a trabajar, en medio del mayor rebrote en el país desde el inicio de la pandemia.
El jefe de Gobierno de Victoria, el premier Daniel Andrews, dijo que más de 500 soldados adicionales y equipos médicos harán visitas aleatorios a domicilios en Melbourne y el resto del estado para asegurar que las personas que deben estar aisladas cumplan con el requerimiento.
Andrews dijo que tomó la decisión luego de que 800 de 3.000 personas que debían permanecer aisladas, ya porque estaban aguardando el resultado de un test o ya habían dado positivo para coronavirus, se habían saltado la medida, y que de reincidir podrían afrontar multas aún mayores.
El premier dijo que ya no se tomará como válida la excusa de que alguien que debía estar aislado en su casa se había ido a hacer ejercicio.
“Es difícil hacer cumplir esto si la gente tiene una excusa válida y si algunos la usan para tratar de justificar otras decisiones», dijo Andrews, citado por BBC.
Victoria registró ayer 439 nuevas infecciones por coronavirus, con lo que la región acumula 12.376 infecciones de los casi 18.800 casos confirmados en Australia desde el inicio de la pandemia.
Asimismo, 11 personas murieron por el virus en el mismo lapso, todos ellos en geriátricos, que se han convertido en focos de infección.
Esta situación se da particularmente en Melbourne, la mayor ciudad del estado, donde en una sola residencia de ancianos se han registrado más de un centenar de casos y todo su personal fue puesto en cuarentena por primera vez en Australia.
Los muertos en Australia por el coronavirus ya suman 232.
Melbourne, la capital del estado de Victoria y con cinco millones de habitantes, fue reconfinada el 9 de julio por seis semanas para intentar controlar el brote de Covid-19, que se atribuye a fallos de seguridad en la cuarentena de los viajeros internacionales.
A raíz de la alta transmisión local y el incremento de casos de origen desconocido, Andrews declaró el domingo el toque de queda nocturno en Melbourne y el estado de desastre en todo el estado del sureste de Australia a su cargo para conferir mayores poderes a la policía.
La semana pasada, Victoria se convirtió en el primer estado del país en hacer obligatorio el uso de tapabocas en ciertas circunstancias.