Uno de los momentos mas importantes de la vida de un joven es cuando está aprendiendo a manejar, la edad ya se lo permite, se siente mayor, y en camino a la independencia.
En este tramo tan especial de su vida, el padre debe pensar qué lección profunda le puede proporcionar para afrontar los nuevos desafíos de la vida. Aprenderá de sus instructores qué reglas de manejo son correctas y cuáles son incorrectas. Pero hay lecciones de vida que tratará el padre de impartirle para los nuevos caminos que deberá transitar.
Las describo a continuación:
1. En el apuro por llegar a destino, hijo, no manejes demasiado rápido. Además de no percibir la belleza del paisaje que te rodea, la velocidad no te dejará ver importantes señales que proveen dirección y guía.
2. Pero tampoco debes manejar tan lentamente que por causa de ello te desvíes del objetivo y llegues a olvidar tu destino.
3. Comprende que no estás solo en el viaje. Da lugar y sé considerado con aquellos que comparten la ruta.
4. El descuido, aunque sea momentáneo, puede causar un daño incalculable a ti mismo y a los que te rodean.
5. A pesar de tus esfuerzos, recuerda que hay aún puntos de poca visibilidad en tu campo visual. Comprende esto para darles la consideración que requieran.
6. Y finalmente, no importa cuán profundamente estudies las reglas de manejo, nada es comparable con el test real que ofrece la ruta.
En la vida, como en el manejo, procede con prudencia, sin perder jamás de vista el objetivo y las prioridades.
