“Antes de la pandemia iba mucho a Rosario, es un lugar donde, más allá de gustarme mucho, tengo una gran conexión con el público, nos entendemos muy bien y además este fin de semana será como una escapada, un descanso que me quiero tomar ahí, ir al río, comer algo rico. Así que estaré de viernes a domingo disfrutando de la gente y los lugares de allá”, adelantó Señorita Bimbo sobre este fin de semana que la traerá a la ciudad y donde este sábado, desde las 20, presentará su nuevo show, Juntas por primera vez, junto a Vanesa Strauch en el patio del Centro Cultural Güemes (Güemes 2808). Las entradas cuestan 600 pesos y están a la venta en http://entradaplay.com
En diálogo con El Ciudadano, la actriz y comediante compartió que parte de su espectáculo tiene que ver con lo experimentado durante la pandemia, sobre todo en la época del aislamiento, y también la carga emocional que le generan la redes sociales, en especial el odio que destilan los usuarios, famosos o público en general, simplemente porque es gratuito. “Si no viviera de esto ya hubiera cerrado todo y me hubiera ido a cultivar papas. No soporto, no tengo ganas ni por qué aguantar tanta maldad. Ojalá me criticaran por mi trabajo, porque de eso también se aprende, pero la mayoría sólo aparece en las redes para bardear y eso a mí no me gusta”, aseguró contundente.
María Virginia Godoy, verdadero nombre de Bimbo, tiene un carácter arrasador. A sus 40 años se siente una mujer libre, que vive de lo que le gusta hacer y se reinventa a cada rato para no aburrirse. Bimbo luchó siempre contra los mandatos sociales, incluso dentro de su misma casa y desde muy chica. Sus padres, la actriz y cantante de tangos Virginia Luque y el locutor radial Lionel Godoy, siempre fueron dos estrellas y ella tuvo que aprender a querer a las personas que estaban detrás del brillo y el glamour. Se enteró de que “la trajeron desde el norte”, de manera ilegal, un tema que pretende investigar más adelante, y a los 16 años la internaron en una clínica para adelgazar, donde conoció a Alicia Brusso y desde allí comenzaron sus pasos por la actuación.
Bimbo aprendió a quererse a sí misma, al punto de integrar el elenco de Sex, la obra de erotismo y sexualidad que presentó José María Muscari vía streaming durante los meses de aislamiento preventivo y obligatorio por el covid-19. En su Instagram se presenta como “Bruja gorda, cannabica y antiespecista” y tiene su programa de radio, Furia Bebé, junto a Malena Pichot, de lunes a viernes de 16 a 18 por la radio online Futurock.
“Estoy feliz de volver después de un año y con un nuevo espectáculo. La verdad es que nos pasó un año por encima y en el medio, yo como muchos, descubrí que muchas cosas dejaron de tener sentido, como lo material. En un momento, Vanesa me invitó a su show, yo la invité a uno mío y de ahí surgieron ideas nuevas para presentar juntas. Amo a Vanesa, es una gran compañera y comediante, así que estoy feliz de haber unido fuerzas con ella”, expresó sobre su vuelta a la ciudad.
El show de este sábado será en un espacio a cielo abierto por decisión de la misma Bimbo quien, en conjunto con Asfalto Producciones, fue quien gestionó su propia fecha. “No tengo manager ni asistente, ni nada de eso, yo solita llamo a la gente para avisarles que no estoy ni muy ocupada ni soy muy cara”, dijo entre risas. Sobre el espacio a cielo abierto, la actriz señaló: “No estamos haciendo funciones en lugares cerrados por una decisión propia, para cuidarnos. Mi papá está muy grande y la verdad es que yo no estuve ocho meses encerrada en mi casa para hacer un show y contagiarme o contagiar a alguien del público. La verdad es que me da paranoia estar en un teatro, pero como a Rosario vamos en auto, es diferente. Así que vamos a seguir con esta modalidad de no encerrarnos. Sé que hay gente que está en otra y no le importa nada el que tiene al lado; yo no soy así”.
Las personas como son
El humor de Bimbo no es un don divino ni una casualidad. Su singular sentido del humor surgió a partir de la necesidad de defenderse del mundo. “Ser gorda es ver el mundo desde otro lado, es tener ideas diferentes porque todo de lo que está afuera nada te puede pertenecer. Me tuve que hacer cargo de cómo trataba a mi cuerpo, porque sufrí mucho abuso. Es abusivo obligar a un niñe a hacer dieta. Ni hablar del miedo que sentía de salir a la calle, no porque me podían violar como ahora, sino porque me gritaban cualquier cosa. Los 90 fueron difíciles para los adolescentes en ese sentido”, expresó.
Por otro lado, afirmó que ver lo gracioso de las situaciones cotidianas fue algo que trabajó desde muy chica, “para sobrevivir a una familia difícil”. “Soy una hija apropiada, fui una niña gorda que se paraba en una realidad en la que no encajaba, en la que no existían mujeres gordas exitosas ni atractivas. Hoy, de adulta, puedo ver qué ridículo es todo eso y sé muy bien lo difícil que es vivir”.
En la misma línea, recordó: “María Marta Serra Lima cantaba boleros, le cantaba al amor, no al deseo. Pero claro, la gente decía que una gorda como ella no se podía enamorar, o que nadie se iba a enamorar de ella, por eso el romanticismo eterno. En la vereda de enfrente estaba Valeria Lynch, pero ella era flaca y sexy, y entonces tenía «permitido» hablar de deseo”.
Y celebró que hoy existan modelos plus size, las chicas jóvenes que muestran su cuerpo, se quieren, se cuidan y eso ayuda a las nuevas generaciones. “Verse en otras ayuda muchísimo”, destacó. Por eso mismo, apenas recibió la propuesta de actuar en Sex, no lo dudó. “El contenido en sí no era el que me interesaba, porque nunca subí fotos hot porque no me interesa, pero fue algo espectacular, único en el mundo. A través de esa obra se pudo hablar del sexo para hablar de lo humano. Fue un viaje personal tremendo y consideré que era importante que haya un cuerpo gordo hablando de erotismo y sexualidad. Eso me cambió la cabeza”, relató. Y agregó: “Siento la responsabilidad de dar un mensaje al otro trabajando frente a una cámara o un micrófono. Yo me gestiono mi trabajo, mis fechas, porque por años esperé que me llamaran y no pasó, así que si con algo que diga o haga le puedo abrir la cabeza a una nena o nene de 14 años para que despierte, bienvenido”.
Atrapada en la red
La cuarentena de Bimbo fue intensa dado que al vivir sola encontró en las redes sociales una pequeña ventana para comunicarse con el mundo exterior pero también descubrió el caldo de cultivo del odio y por eso decidió cerrar su cuenta de Twitter. “Soy del siglo XXI y viví en otro mundo donde las cosas se veían distinto: las peleas eran reales, por motivos importantes. Sólo tengo Instagram y super filtrada, no recibo las notificaciones, no me llegan mensajes y se convirtió en un espacio muy hostil, para otros muy canchero, no es para todos, si no tuviera que vivir de esto la cerraría y me iría a cultivar papas”, apuntó.
Y aclaró: “Mucha gente lo valora, el contacto con mis seguidores es muy interesante, pero las críticas que llegan son para bardear siempre a mi persona, la cual no conocen. Así que prefiero poner distancia. La gente se piensa que las cuentas que no tienen candado (de acceso público) son libros de quejas de restaurant”.
“En algún momento me gustó que me miren y ahora te cambio todo por una casa con pasto, cultivo y vivir de otra cosa. Hay perores trabajos, lo sé. Pero uno trabaja con las emociones y no para todos es sencillo –continuó–. Es muy fácil criticar a los demás si no tenés tu cara y tu nombre en la cuenta. Son gajes del oficio pero hace diez años atrás la gente iba o no iba a verte. Ahora te quiere o te tiene que contar qué piensa de vos, con niveles de violencia tremendos”.
Reinventarse para no aburrirse
Bimbo es una chica inquieta, siempre generando actividades o ideas nuevas para sus espectáculos, ya sea en vivo o virtuales. Es así como aplica desde chica el verbo que se puso de moda frente a la pandemia: reinventarse. “Me aburro y siempre hago algo más para encontrarle el sentido a las cosas y a lo que me divierte, ya sea pasar música, armar cosas medio cantando, reinventarme para no morir de aburrimiento. Pero bueno, muchas cosas cambiaron, como hacer radio desde mi casa, me animé a otro lenguaje con Sex el año pasado; es ver las cosas desde otro punto y reírse de eso, es algo natural en mi”, dijo la actriz que también aseguró que no es de las personas que “extrañan una normalidad que no era normal”.
“Sacando lo feo de estos meses en tema economía, enfermedad y muertes, me gustó estar conmigo misma, aunque fue heavy al vivir sola; en cada casa fue una tormenta, a todos, de una manera u otra, esta pandemia nos cambió”, definió finalmente.