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Regresó el tren a la estación y un grupo lo hace volver a la memoria

Los Amigos del Riel movieron su museo con piezas del ferrocarril y Mundo Tren sus miniaturas. Y otras entidades aportaron.

La muestra “Llevame a ver un tren” se inauguró el miércoles pasado en la sede de la Secretaría de Cultura y Educación, ubicada en avenida Aristóbulo del Valle y Callao. La actividad fue una forma de dar una bienvenida anticipada al tren y celebrar la rehabilitación de la línea ferroviaria Rosario-Buenos Aires. La exposición es una reseña de la historia del ferrocarril en Rosario contada a través de imágenes inéditas y objetos que fueron aportados por la Escuela de Museología, el Club Museo de la Ciudad, la Asociación Rosarina Amigos del Riel, el Ferroviario Club Central Argentino, la muestra Mundo Tren y la Secretaría de Servicios Públicos. Durante la exhibición, que estará abierta hasta el próximo domingo 15, se sucederán diferentes intervenciones, además de que protagonistas y estudiosos de la historia ferroviaria ofrecerán charlas y visitas guiadas. La entrada es libre y gratuita y abre de lunes a viernes de 8 a 20, y sábados y domingos de 10 a 18.

Ángel Ferrer, miembro fundador de la Asociación Amigos del Riel, no escondió su emoción a la hora de hablar del proceso de lucha y trabajo que implicó la puesta en marcha del tren Rosario- Retiro. “Es una alegría poder tener una perspectiva positiva después de tantos años de amargura”. Ferrer expresó a El Ciudadano que es una buena nueva porque se va a ir recomponiendo lo que durante tantos años se fue destruyendo.

Destacó que sólo hay que tener “paciencia”.

“Es un proceso que va a llevar años si es que hay continuidad, y como corresponde, se tendrá que seguir desarrollando a lo largo de los años coordinado entre las distintas empresas ferroviarias, y a su vez, con los demás medios de transportes.

El integrante de la ONG subrayó que el ferrocarril no tiene que funcionar solo, sino con la interrelación que hay hoy con otros medios de transporte para que se aproveche cada uno de ellos, con la mejor capacidad que tienen, tanto los medios terrestres, fluviales y automotor.

“Los ferrocarriles hacen al conjunto del transporte. El 1º de abril tendríamos la primera rehabilitación, mejorando la vía para hacer la circulación más rápida entre Retiro y Rosario. Tienen que rehabilitarse los servicios locales con cabecera en Rosario, como lo hubo toda la vida, además de las conexiones interurbanas de larga distancia, Las localidades cercanas a la ciudad necesitan urgente un transporte frecuente y seguro entre Rosario y sus pueblos”, concluyó Ferrer.

Un poco de historia

En 1863 comenzaron las obras de construcción del Ferrocarril Central Argentino (FCCA) junto a las barrancas del río Paraná. Aún hoy perduran algunas de sus instalaciones, las más antiguas del país de ese tipo.

En 1868 comenzó a construirse la Estación Rosario Central, junto al edificio de oficinas frente a la avenida Wheelright donde luego se erigió la característica Torre del Reloj.

Hoy, en esos edificios preservados y restaurados, desarrollan sus actividades el Centro Municipal de Distrito Centro “Antonio Berni”, y el espacio lúdico-educativo La Isla de los Inventos.

Las obras concluyeron en 1870, cuando se inauguró el Ferrocarril Central Argentino, que unió Rosario con la ciudad de Córdoba, 396 kilómetros al noroeste. Esa fue la primera línea que se construyó fuera de la provincia de Buenos Aires, y fue en su momento la más larga de la Argentina y la primera en unir dos provincias, conectando la región Litoral con el centro del país.

En 1883 comenzó a funcionar el Ferrocarril Oeste Santafesino (FCOS) con capitales preponderantemente rosarinos. Su constructor fue Carlos Casado de Alisal. Su estación cabecera, galpones de carga, talleres, patio de maniobras y muelles se encontraban en el actual parque Urquiza. Conectaba Rosario con Casilda y un poco más tarde con las colonias de los departamentos de Caseros y General López.

Dos años más tarde, y con la puesta en marcha del Ferrocarril Buenos Aires y Rosario (FCBAYR) se estableció el primer vínculo férreo entre ambas ciudades. Se trató, en realidad, de una prolongación de la línea que llegaba hasta Campana. Este tren comenzó a desviar parte del tráfico que los anteriores ferrocarriles volcaban en el Puerto de Rosario hacia el de Buenos Aires. Su principal estación fue Rosario Norte, conocida popularmente como Sunchales.

El Ferrocarril Central Argentino inició en 1886 el traslado de sus talleres a los terrenos ubicados sobre la actual avenida Alberdi. Para esta fecha también se construyeron dos bloques habitacionales –El Batten Cottage y el Morrison Building– para dar alojamiento al personal destacado allí: al lugar se lo conoce aún hoy como el Barrio de los Ingleses.

Dos años más tarde comenzó a prestar servicios la segunda línea que enlaza Córdoba con Rosario a través de la ciudad de San Francisco, el Ferrocarril Córdoba y Rosario (FCCYR). Su estación de pasajeros, patio de maniobras y galpones se construyeron en los terrenos ubicados sobre 27 de Febrero, entre Alem y avenida San Martín, años después conocido como Estación Central Córdoba y también como Rosario Sur.

La Compañía Francesa Five- Lille se hace cargo en 1891 de la administración del Ferrocarril de Santa Fe (FCSA) y construye una línea que une Rosario con la capital provincial. Establece su estación principal, patio de maniobras, y cargas en la calle Vera Mujica, entre Córdoba y Santa Fe. Este complejo se inauguró en 1892 como Estación Rosario-Sante Fe o La Francesa. En 1900 el Ferrocarril Central Argentino adquirió el Ferrocarril Oeste Santafesino y poco tiempo después, de común acuerdo con la Municipalidad, levantaron las vías sobre avenida Pellegrini.

En 1906 se realizó una segunda conexión con Buenos Aires por el ferrocarril Compañía General de Ferrocarriles de Buenos Aires (CGBA) pasando la línea por Pergamino y Mercedes. Un año más tarde, comenzó a prestar servicios la parada de barrio Arroyito, ubicada en la vía principal del Ferrocarril Buenos Aires y Rosario sobre la actual avenida de la Travesía, entre Génova y Juan B. Justo, destinada a captar el incipiente tráfico urbano de pasajeros. Un año después las empresas del Ferrocarril Central Argentino y Ferrocarril Rosario-Buenos Aires y Rosario, se fusionaron y comenzaron a identificarse por el nombre de la primera.

El Ferrocarril Rosario-Puerto General Belgrano (FCRPB) comenzó a funcionar en 1910.

Las líneas férreas se tendieron hasta las cercanías de Bahía Blanca, cruzando el sur santafesino y la totalidad de la provincia de Buenos Aires de norte a sur. El desarrollo del sistema llevó a un grupo de empresarios rosarinos a emprender, en 1911, la construcción del Ferrocarril Rosario-Mendoza (FCRM). La empresa fracasa y la construcción se detiene en Fuentes, población del departamento San Lorenzo.

Entre 1915 y 1931 se ejecutaron obras para asegurar el desenvolvimiento operativo de las compañías existentes, duplicación y relocalización de vías férreas, ampliación de los talleres, creación de paradas que resolvieron el incesante incremento del tráfico suburbano y construcción de nuevos depósitos y paradas de cargas. El Ferrocarril de Santa Fe inicia en 1927 la construcción de un nuevo edificio destinado al transporte de pasajeros construyendo la Estación Rosario en la esquina de Cafferata y Santa Fe. Los trabajos concluyeron en 1929.

Un año más tarde y hasta 1947 comenzaron a consolidarse los estudios para redimensionar y racionalizar los numerosos accesos ferroviarios a Rosario a través de distintas soluciones: desde el establecimiento de líneas en trincheras o viaductos sobreelevados, a la concentración de los movimientos de cargas de pasajeros en grandes puntos neurálgicos desde donde se partía a diferentes destinos. La situación mundial y nacional hizo que la mayoría de estos proyectos ya iniciados fueran suspendidos y retomados años después o nunca.

Luego, ya en 1948, se inició el proceso que nacionalizó todas las empresas de capitales franceses e ingleses que operaban en territorio argentino. La reconfiguración hizo que se establecieran nuevas líneas de acuerdo a su localización y la medida de trocha. El Ferrocarril Central Argentino y el Ferrocarril Rosario-Puerto Belgrano quedaron agrupados bajo la denominación Ferrocarril Nacional General San Martín (FCGSM) en la región de Cuyo, el Ferrocarril General Roca (FCGR) en el sur y el Ferrocarril Domingo Faustino Sarmiento (FCDFS) en el área pampeana. Todos bajo la órbita de la Empresa de Ferrocarriles del Estado Argentino (EFEA), luego Ferrocarriles Argentinos.

En 1976 todo el sistema ferroviario comienza a sufrir una reducción acentuada durante la dictadura militar. En este período comenzó el paulatino levantamiento de kilómetros de vías y la clausura de ramales, dejando de circular la mayoría de los trenes de pasajeros.

En un contexto de inversiones las consecuencias a mediano plazo, fue el deterioro de la infraestructura férrea. Como epílogo de esta época, durante 1992, en apenas un año, Ferrocarriles Argentinos fue virtualmente desarticulado. El gobierno nacional a cargo de Carlos Menem concesionó de manera completa la red ferroviaria de carga. Los servicios metropolitanos (Buenos Aires) de pasajeros fueron entregados a una nueva empresa pública: FEMESA que en poco tiempo concesionó cada línea a distintos consorcios privados. La responsabilidad sobre los servicios interurbanos de pasajeros fue transferida a los estados provinciales, quienes no continuaron con el servicio. La cancelación masiva de servicios llevó al surgimiento de cientos de pueblos fantasmas que previamente vivían del ferrocarril como fuente de trabajo, abastecimiento y medio de comunicación.

La vuelta del tren

La necesidad de integrar las economías y mejorar la accesibilidad de los costos en el transporte de los productos, posibilitó la planificación del retorno del servicio ferroviario. Con la firma del decreto 1683/05, el gobierno nacional inició la renovación de vías y estaciones y la adquisición de locomotoras y vagones usados para comenzar la recuperación del sistema férreo nacional. Tres años después se crearon a través de la ley nacional 26352/08, dos sociedades del Estado con el objetivo de reorganizar la actividad.

La Administración de Infraestructuras Ferroviarias y la Sociedad Operadora Ferroviaria.

En el ámbito local, en 2010 la ciudad firmó el pacto de la Movilidad, un documento revalidado por actores públicos, privados y la sociedad civil que fijó criterios comunes sobre la movilidad deseada en la ciudad y las acciones necesarias para alcanzarla. El primero de los objetivos fue desarrollar un sistema integrado de transporte, de calidad e inclusivo que fomente el transporte ferroviario y corredores exclusivos de transporte público y en particular al eléctrico.

Finalmente en agosto de 2014 se inician los trabajos para la renovación de vías entre Rosario y Retiro.

Señal y cuadrante

Se empleaba en sitios donde era imposible instalar una señal del tipo convencional para señalar maniobras, cambios de vía y más. De fabricación inglesa en las primeras décadas del siglo XX. Es de la colección de Amigos del Riel.

Dispositivo fechador para boletos

Permite estampar por bajo relieve en el reverso del boleto expendido, para indicar su fecha de emisión (el boleto podía tener validez durante esa jornada o en más, pero debía aclararse en el mismo boleto). Los fabricantes fueron previsores al diseñar la máquina, pudiendo fechar boletos hasta el 31 de diciembre de 9999. Es de fabricación inglesa, de las primeras décadas del siglo XX y como muestra el boleto, funciona. Es de Amigos del Riel.

Báscula portátil

Usualmente dispuestas en dependencias específicas o andenes, posibilitaban el pesaje de los equipajes y bultos de encomiendas que se enviaban en el ferrocarril, para controlar y detectar excesos. Había modelos de mayores dimensiones y pesos, tanto móviles como fijos para ser empotrados en el piso. Esta es de fabricación inglesa y data de las rimeras décadas del siglo XX.

Randazzo y Fein recorrieron los avances de la Estación Sur

Florencio Randazzo, el ministro del Interior y Transporte de la Nación, se quedó a pasar la noche del viernes en Rosario, y ayer a primera hora visitó las obras junto a la intendenta Mónica Fein, de lo que será el nuevo Apeadero Sur que recibirá a partir de abril al renovado tren que conectará Rosario con Retiro.

Randazzo adelantó ayer que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner vendrá a Rosario a principios de mayo para dejar inaugurada la finalización de la obra de la Estación Rosario Sur. Además, aclaró que la formación tendrá tres coches para primera clase y que el resto será pullman.

“Estamos muy contentos porque es el inicio de un proceso de reparación histórica, de recuperación de parte de la memoria de estas ciudades que habían perdido el tren y las ilusiones y esperanzas”, sostuvo el ministro.

“El viaje inaugural realizado ayer desde Retiro hasta aquí fue muy emocionante. Pudimos ver materializado lo que alguna vez soñamos y parecía muy lejano”, celebró Randazzo.

El ministro dijo que “estas obras son posibles cuando hay esfuerzo y compromiso junto con la decisión de la presidenta, un equipo del Ministerio del Interior que me acompaña y la colaboración de todos aquellos que más allá de sus visiones partidarias entendieron que es fundamental la puesta en valor del servicio ferroviario”.

“Este es un tren que es de larga distancia y es emblemático porque une las dos ciudades más importantes de toda la Argentina con 280 kilómetros de vías nuevas, 11 obradores y 22 empresas trabajando, con coches cero kilómetro, con una estación que va a ser un emblema de la zona sur”, enfatizó el funcionario.

El precandidato a presidente por el oficialismo estimó que cuando la estación esté en pleno funcionamiento, se trasladarán unos 700 mil pasajeros en el año generando un gran alivio sobre el corredor de la Ruta 9.

“Hay una inversión histórica para Santa Fe. Estamos haciendo obras por mil millones de dólares. Esto tiene que ver con la responsabilidad que me dio la presidenta de recuperar los ferrocarriles. Bajaremos costos de productores, pequeñas y medianas empresas y daremos sustentabilidad a un modelo de desarrollo económico. Nosotros defendemos una fórmula (Perotti-Ramos), pero esto no tiene que verse con una óptica política”, concluyó el ministro Randazzo.

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