El juicio oral y público a represores por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura continuó en la mañana de ayer con el abogado de oficio Silvio Galarza Azzoni, quien prosiguió con los alegatos de defensa de dos de los imputados, Juan Daniel Amelong y Jorge Fariña. Al igual que en las dos jornadas anteriores, el letrado insistió en que las pruebas recolectadas durante el juicio no son suficientes para condenar a sus defendidos.
En la jornada de ayer –que duró poco menos de una hora y media– continuó el juicio oral y público a los represores Pascual Guerrieri, Jorge Fariña, Juan Amelong, Walter Pagano y Eduardo Constanzo. El abogado Silvio Galarza Azzoni hizo una valoración de los testimonios de los testigos y querellantes sobrevivientes del Centro Clandestino de Detención (CCD) que funcionó en la ex Fábrica Militar Domingo Matheu, Adriana Arce, Olga Moyano, Juan Rivero y Ramón Verón.
El defensor insistió en que “no cuestiona la buena fe de los testigos, que no discute la existencia y materialidad de los hechos que por otro lado ya fueron probados en la causa 13 (Juicio a las Juntas), ni tampoco desconoce que estos cuatro sobrevivientes del terrorismo de estado hayan permanecido secuestrados en el CCD que funcionó en la ex Fábrica Militar”.
Sin embargo, aclaró que entiende “que la prueba colectada no es suficiente para que los jueces alcancen el grado de certeza que se necesita para concluir que sus asistidos son responsables de esos hechos y dictar sentencia condenatoria”.
Galarza Azzoni insistió una y otra vez “con las reglas que deben tenerse en cuenta al momento de valorar estos testimonios”. En ese sentido, el letrado dijo que “en todos los casos se advierte un marcado interés porque el resultado de la causa sea una condena”, agregando que, “el gran impacto emocional de los hechos y las condiciones en las que las víctimas se encontraban durante su cautiverio puede haber afectado su percepción sobre los ocurrido”.
En otro tramo del alegato, el abogado manifestó que “si bien los cuatro sobrevivientes que declararon en el juicio nombraron” a sus defendidos (los imputados), “no les asignaron un rol ni especificaron que hechos habrían cometido en su perjuicio”. Lo que beneficia a sus asistidos, interpretó.
Además, Galarza Azzoni volvió a valorar el relato dado por el coimputado Eduardo Constanzo en sus declaraciones indagatorias, “para insistir en los motivos económicos o de enemistad con sus defendidos”. El sentido de este tramo de Galarza Azzoni pretendió restarle valor probatorio a las declaraciones de Constanzo contra los demás imputados.
La audiencia se reanudará el próximo jueves 25 a las 9.30, con la continuación de los alegatos de Galarza Azzoni.