Representantes de empresas inmobiliarias negaron que los alquileres en Rosario, tanto para uso comercial como residencial, hayan registrado un aumento desorbitante en el último año y calificaron de “casos aislados” aquellos inmuebles en los que se registraron subas superiores al salario medio que, en líneas generales, ronda el 25 por ciento anual. De este modo respondieron a la denuncia efectuada días atrás por la Asociación de Empleados de Comercio (AEC), que había alertado sobre el cierre de negocios, producto de los incrementos “casi usurarios” en los contratos de locación.
“Si el alquiler es el único factor que determina si el local debe permanecer abierto o cerrado, el resto de las variables no coinciden para que el negocio vaya para adelante”, argumentaron desde las agencias.
La Cámara de Empresas Inmobiliarias de Rosario (Cadeiros) y el Colegio de Corredores Inmobiliarios de Rosario (Cocir) desestimaron que los arrendamientos hayan registrado un aumento fuera de lo común y pidieron manejar el tema “con prudencia”, alegando que aquellos que dispusieron valores que exceden a la media lo hicieron “por su propia cuenta” y en contra de las recomendaciones del sector.
“En lo general no veo, de ningún modo, una conducta irracional. Hay muchos propietarios y, por tanto, igual cantidad de comportamientos individuales. Las cámaras inmobiliarias establecen parámetros en cuanto a los precios de los contratos, pero los que terminan definiendo el valor del inmueble son los propietarios”, explicó a El Ciudadano el titular de Cocir, Javier Grandinetti.
En esa misma línea, el presidente de Cadeiros, Carlos Rovitti, analizó: “No observamos desproporciones en el mercado locativo. El alquiler ha quedado siempre por detrás del índice inflacionario. Podrá haber algunas situaciones en lo particular pero, en general, los precios se están manejando dentro de los parámetros normales”.
Los dirigentes rechazaron así las acusaciones realizadas el por el secretario general del sindicato mercantil, Luis Battistelli, quien habló de un incremento desmedido en los alquileres, sobre todo comerciales, que –según afirmó– se reflejan en la no renovación de múltiples contratos y en la consecuente pérdida de múltiples fuentes de trabajo.
Dos realidades
A modo de preámbulo, los entrevistados trazaron diferencias entre los números que se manejan para comercios y residencias.
En el primer caso, el precio se encuentra estrechamente ligado a la actividad económica, mientras que para las viviendas se tienen en cuenta otros factores como el déficit habitacional y la capacidad de alquiler de la población demandante, que se suman al estancamiento en la transferencia de inquilinos a propietarios, otro de los factores de mayor impacto a la hora cotizar una propiedad.
En lo que refiere a locales comerciales, los representantes de inmobiliarias aseguraron que la renta mensual no es el único componente a tener en cuenta a la hora de realizar un análisis del mercado. “La composición de los costos de cualquier negocio, cualquiera sea el rubro, depende de múltiples elementos. Evidentemente, si el alquiler es el único factor que determina si el local debe permanecer abierto o cerrado, el resto de las variables no coinciden para que el negocio vaya para adelante”, consideró Rovitti.
En tanto, Grandinetti, quien se desempeña además como presidente de la Federación Inmobiliaria de la República Argentina (Fira), estableció que, en lo que refiere a comercios, cuando el nivel de la actividad económica registra una merma similar a la de los últimos meses es necesario repactar muchos convenios, que van siempre en sintonía con los la clase de productos que se comercializan y/o producen en esos locales.
Criterios dispares
De acuerdo con lo establecido por la ley provincial 23091, el importe de los alquileres varía de acuerdo al índice de actualización elaborado oficialmente por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) y de las provincias en base a la evolución de los precios al consumidor y salarios.
En ese sentido, Grandinetti aclaró que los aumentos desmesurados que se denuncian pueden ocurrir por dos motivos: porque el contrato venía atrasado en cuanto al resto y ahora se adecuó al mercado o porque realmente existe una pretensión desmedida por parte del propietario.
“En lo que refiere a locales comerciales tenemos una muy amplia variedad y cada uno tiene una impronta diferente que impacta en el valor. Por ello es que no se puede unificar criterios de tasación en alquileres”, completó Rovitti.