El entrenador de Gremio, de Porto Alegre, Renato Gaúcho, dirigió a su equipo en Paraguay ante Guaraní, por la ida de octavos de final de la Copa Libertadores, ataviado por la camiseta número 10 del seleccionado argentino en homenaje a Diego Maradona.
Luciendo la camiseta de Maradona, quien fuera un eximio delantero que integró el seleccionado de su país justamente en el Mundial de 1990, cuando Argentina lo eliminó con aquel recordado gol de Claudio Caniggia tras una magistral jugada previa de Diego, Renato Portaluppi no tuvo inconvenientes en ponerse la albiceleste.
«Es que para mi, Maradona nunca va a morir», afirmó Renato, quien aseguró que Diego había sido su «amigo», una relación forjada no solamente por ser figuras y de la misma generación (el brasileño tiene 58 años), sino por la misma visión que ambos tenían del fútbol en general y del futbolista en particular.
Inclusive en la temporada 2008-2009, cuando dirigía a Fluminense (entre idas y vueltas lo condujo en cinco oportunidades) y vino a la Argentina para enfrentar a Boca Juniors, le reveló al diario brasileño O Día sobre algunos pormenores de esa amistad.
«Maradona es tan amigo mío, que frecuenta mi casa cuando viaja a Brasil. Pero quiero verlo llorando de tristeza con Fluminense clasificado para la final de la Libertadores», bromeó en aquel momento, sabiendo de los sentimientos de Diego para con el «xeneize». Hoy el que lloró fue él, porque ese amigo se fue.