El detenido represor Miguel Etchecolatz solicitó volver a ser integrante de la Policía Bonaerense como efectivo retirado, se informó este domingo.
El hombre, de 89 años y seis veces condenado por delitos de lesa humanidad, presentó un escrito ante la Justicia en el que considera que su exoneración «constituye una flagrante violación al derecho de defensa».
El reclamo, que podría llegar hasta la Corte Suprema de Justicia, surge a partir de su apartamiento de la fuerza de seguridad, que se oficializó el año pasado luego de que la administración de María Eugenia Vidal en la Provincia detectara que Etchecolatz seguía inscripto en la nómina de uniformados retirados, como si se hubiera jubilado.
Tras este hallazgo, el ministro de Seguridad Cristian Ritondo decidió apartarlo de la fuerza, medida que se hizo efectiva el 8 de agosto del 2017.
Según trascendió, el ex comisario presentó un escrito apelando esta decisión, en la que pregunta, además, «qué acciones» ha realizado «para ser encuadrado en las supuestas faltas atribuidas».
Pese al planteo del represor, Ritondo rechazó esta solicitud al igual que otras similares hechas por otros ex policías condenados por hechos cometidos durante la última dictadura cívico militar.
«En el año 2017 tomamos la decisión de exonerar a Miguel Etchecolatz. En el Ministerio de Seguridad provincial recibimos su solicitud para retornar a la Policía de la Provincia, solicitud que ya fue rechazada», precisó el titular de la cartera bonaerense a través de su cuenta de Twitter.
En marzo pasado, Etchecolatz fue trasladado nuevamente al Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza luego de pasar un tiempo con prisión domiciliaria en su casa del barrio Bosque Peralta Ramos, en la ciudad de Mar del Plata.
El ex policía había accedido a ese beneficio en diciembre del 2017, pero la Justicia revocó la medida, en medio de protestas por parte de los vecinos de esa zona.
Fue jefe de Investigaciones de la Bonaerense durante el gobierno de facto de Ramón Camps y se lo señala como el director de 21 campos de detención clandestinos.
Tras el retorno de la democracia, el represor fue condenado en seis ocasiones por múltiples delitos de lesa humanidad, entre ellos por robo de bebés, secuestros, torturas, asesinatos y desapariciones.