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Reproches entre la Rosada y Macri aceleraron campaña

Macri quedó, por motivos propios y voluntad ajena, en el centro de las críticas.

Ni el saldo final de víctimas fatales tras las inundaciones que impactaron anteayer sobre la Capital Federal (y buena parte del conurbano bonaerense norte y oeste) quedó afuera de las pujas entre el gobierno nacional y el macrismo. Fue, como pocas veces, una guerra de declaraciones que pareció más un anticipo de la campaña electoral que un operativo por la catástrofe climática que complicó la vida de 350.000 personas, como cuantificó el propio Mauricio Macri, produjo muertos y pérdidas millonarias para particulares y comerciantes de las zonas de Villa Pueyrredón, Agronomía, Villa Ortúzar, Villa Urquiza, Núñez, Belgrano y el muy golpeado Saavedra.

Las chicanas políticas comenzaron no bien se conocieron los efectos desastrosos de una lluvia que arrojó 155 milímetros en dos horas, récord que en lo inmediato sólo muestra antecedentes en 2001, cuando Aníbal Ibarra soportó en su administración porteña unos 144 milímetros en un lapso similar.

Arrancó el ex jefe de Gobierno porteño asegurando que Macri se encontraba de vacaciones en Trancoso, Brasil, y su gobierno no estaba haciéndose cargo de la situación como hubiera correspondido.

Julio de Vido, mientras Diego Santilli ya caminaba por la ciudad mostrando el chaleco fosforescente que Macri les hace poner a todos sus funcionarios en momentos de crisis, le dio forma de comunicado oficial de su Ministerio: “Otra vez la imprevisión y falta de gestión del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires nos lleva a lamentar víctimas fatales y deja a 450 mil vecinos sin luz”, se dijo allí; “lo que pasó fue anunciado 20 horas antes por el Servicio Meteorológico Nacional, a pesar de lo cual no existió ningún tipo de revisión de los sumideros ni se desplegó personal de forma preventiva”.

A esa altura el macrismo ligaba críticas de vecinos a las que se subía sin disimulo alguno el kirchnerismo y Guillermo Montenegro (también con el chaleco) anunciaba conferencia de prensa de Macri no bien existiera un evaluación definitiva del daño provocado por el agua. Lo ayudaba en ese momento María Eugenia Vidal con una frase demasiado conocida: “Es una lluvia para la cual ningún sistema hidráulico puede estar preparado”.

Si faltaba algo para completar la escena, quedó a cargo de Sergio Berni que, seguido de la Policía Federal (y con su propio uniforme de batalla), desembarcó en una de las zonas mas impactadas por la lluvia: el Barrio Mitre, detrás del Shopping DOT, que tiene un reclamo especial por el tema inundaciones. A esos vecinos les dijo lo que esperaban escuchar: “Es negocio hacer obras por el TC2000, pero no instalar dos bombas de achique para los vecinos”.

Desde ese momento los canales de televisión, según el que se tratara, alternaron las imágenes de la Policía Metropolitana llevando en andas a ancianas evacuadas de sus casas en Saavedra, con las de la Federal asistiendo niños en el Barrio Mitre.

De no haber existido alrededor la imagen dantesca de las inundaciones en la ciudad –que horas después de haber parado de llover no bajaban de un metro de anegamiento en esa zona–, el show político hubiera resultado hasta interesante. Pero a esa hora se reportaban ya un intento de saqueo en un supermercado Coto de Mataderos, el ataque a carnicerías de la zona y, como si fuera poco, la diferencia de cálculo en las víctimas fatales entre el gobierno nacional y el Same.

Por la tarde Macri apareció: “No voy a mentir, voy a decir la verdad y es que esta lluvia es la más importante desde 1906”, dijo desde la sede del gobierno porteño. Le recordó al kirchnerismo, entonces, su vocación por tomar financiamiento para llevar adelante las obras en la ciudad y la negativa de la Casa Rosada a firmarle el aval.

“La lluvia que cayó sobre la ciudad más la que aportó la cuenca del arroyo Medrano hicieron colapsar barrios que nunca habían colapsado. Hay que decir la verdad, esto se va a resolver cuando hagamos la obra del Medrano”, dijo.

El jefe porteño respondió al declaracionismo oficial del día, acusando: “No me parece nada bien que una vez más dirigentes del gobierno nacional se pongan a hacer politiquería” y sentenció sobre la saturación de agua en el Medrano: “Esa obra está licitada desde hace más de 4 años y todos saben que no recibimos la autorización para el financiamiento”.

Por si quedaban dudas sobre la dureza del momento, el jefe porteño le cedió entonces la palabra a Alberto Crescenti, jefe del Same.

Claramente enojado, reportó uno a uno los casos de víctimas fatales, las edades, lugares y circunstancias, aclarando que sólo después de las autopsias habría un pronunciamiento final. Para entonces la suma daba cinco fallecidos, más un sexto caso de una mujer “retirada del Barrio Mitre” y sobre la que no existía otra información. Ese caso había quedado bajo la órbita de Berni, quien para ese momento reportaba un saldo final de ocho muertos.

Antes de retirarse Macri confirmó: “He dado la orden al equipo de emergencia de que no se vaya ninguno a dormir hasta asistir a todos aquellos que necesiten nuestro apoyo”

Ofreció también asistencia financiera para los damnificados: “Hay una ley de subsidios prevista que está vigente y se va a volver a aplicar. Van a poder arrimarse al Banco Ciudad para paliar este tema, aunque en algunos casos lamentablemente no alcance, porque las pérdidas son muchas”, dijo.

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