Ayer por la tarde se congregaron alrededor de 100 personas en la esquina de bulevar Oroño y Jujuy para repudiar el episodio de discriminación que sufrió el lunes pasado en el Club de la Milanesa el escritor y periodista Fabricio Simeoni, a quien espetaron que con su silla de ruedas “estorbaba”. Concejales, funcionarios municipales y la subsecretaria de Inclusión, Silvia Tróccoli, entre otros, dijeron presente.
Para el escritor, la dialéctica es de la única manera en que se puede abrir el debate y remite a que es lo menos violento del mundo.
“Todo esto que pasa tiene que ver con la impronta, y cuando la causa escapa de mí, deja de ser mía, y es de otro, es más que interesante cuando se plantea a nivel antropológico y social. Esto es un acontecimiento que reúne a gente amiga, que tienen cosas en común, que buscan, que tal vez sufrieron alguna cuestión análoga y se aúnan criterios que tengan que ver con lo antagónico, que no necesariamente tengan que ser de un sector”, explicó Simeoni.
“No voy a tomar en lo personal medidas legales. Desde el momento en que el dueño del local me pide disculpas, para mí la causa desde lo personal está terminada”, remarcó.