El hombre se encontraba atrapado sin comida ni bebida junto a otros tres cuerpos entre las ruinas de una habitación, en el distrito de Gongabu, en el norte de la capital.
El superviviente fue sacado de allí por un equipo de la policía nepalí y de rescatistas franceses, quienes tuvieron que taladrar el hormigón y cortar una viga para liberarlo. Un segundo hombre pudo hablar con el equipo de salvamento pero murió antes de que se le pudiera rescatar.
Según Naciones Unidas, se pudo rescatar a 14 personas con vida desde que se produjo el sismo de magnitud 7,8 en la escala de Richter, que ya dejó entre 4.700 y 5 mil víctimas mortales. De ellos, 1.448 murieron en la capital, Katmandú.
Cada vez hay más críticas al gobierno por la falta de suministros. Ya se produjeron algunas disputas por el agua potable, informó la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha). «El reparto desigual eleva el riesgo de enfrentamiento entre los afectados», afirmó el organismo.
Por otro lado, el aeropuerto -que se encuentra sobresaturado- tuvo que cerrarse debido a grietas en la pista de aterrizaje, informaron periodistas locales. Al parecer las grietas se repararon rápidamente. En los últimos días varios aviones con equipos y material de ayuda tuvieron que dar la vuelta ante el colapso del aeropuerto.
Miles de personas están pasando las noches a la intemperie por miedo a que se produzcan réplicas. Los rumores corren como un reguero de pólvora y un joven aseguraba haber escuchado que la próxima réplica sería de magnitud 15.
Tanto el gobierno como los equipos de ayuda pidieron a través de las redes sociales que no se difundan rumores falsos.