Dos de las personas que el sábado pasado salieron de Bariloche para entregar juguetes en parajes de la zona debieron pasar dos noches encerrados en su camioneta hasta ser rescatados, mientras que una mujer y su hijo tuvieron que caminar kilómetros a la deriva con 70 centímetros de nieve hasta conseguir ayuda, informaron este martes fuentes del operativo de rescate.
«Nos imaginábamos lo peor, evidentemente no era su hora», le dijo a Télam Orlando Báez, jefe del Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales, el SPLIF de Bariloche.
Báez fue uno de los que tuvo a su cargo el operativo del que participaron más de 60 personas que durante dos días intentaron encontrar a Alicia Magdalena Ocampo, su hijo Juan Ignacio Gallardo de 18 años, Hugo Trejo y Adolfo Pignon.
Los cuatro habían partido el sábado a las 7 de la mañana para repartir juguetes en parajes de la zona. Debían regresar ese mismo día a la noche, pero el domingo a la mañana Báez recibió el primer pedido de auxilio por parte del padre de Gallardo. Nada se sabía de las cuatro personas, sólo que ni siquiera habían llegado a destino.
Báez contó que con más de 70 centímetros de nieve «resulta fácil perder el camino y desorientarse porque se pierde el rastro de la ruta y también se confunde con las huellas que van hacia las estancias».
Así, los cuatro quedaron varados en la zona de Chacay Huarruca, en un paraje de la estepa rionegrina ubicada al sur de Pilcaniyeu, por la ruta provincial 80.
La primera noche la pasaron allí. Sin comida ni agua, el domingo Ocampo y su hijo decidieron salir a buscar ayuda. Báez calcula que deben haber caminado unos cinco kilómetros en medio de la nada hasta que lograron pedir ayuda al encargado de la Estancia Montoso. Allí pasaron la noche hasta que recién pudieron comunicarse el lunes a las 19 y ser rescatados cerca de la medianoche.
«Imaginábamos el peor escenario; nos llevó bastante tiempo poder encontrarlos», dijo Báez sobre el operativo en el que participaron también la Policía Rural de Río Negro, Protección Civil y Gendarmería.
«La gente tiene buenas intenciones, pero a veces no se da cuenta que es peligroso salir en pleno invierno, no hay nada y es fácil perderse. Tampoco dan aviso para que nosotros estemos atentos si pasa algo», se lamentó Báez.