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Resistencia del colectivo LGTBI+ en el Brasil de Bolsonaro

El ultraderechista presidente del vecino país impulsa una serie de decretazos que dejan en evidencia su compromiso para combatir “la ideología de género” puso en estado de alerta al activismo LGBTI+, que une bajo la consigna “se viene fuerte” a mujeres, afrodescendientes, indígenas y trabajadores

Juan Pablo Di Lenarda Pierini / Especial para El Ciudadano

Jair Bolsonaro, el ultraderechista presidente de Brasil que tras recibir la banda presidencial el pasado martes impulsa una polémica serie de decretazos que dejan en evidencia su compromiso para combatir “la ideología de género”, puso en estado de alerta al activismo LGBTI+, que une bajo la consigna “se viene fuerte” a mujeres, afrodescendientes, indígenas y trabajadores.

El ex capitán del ejército perteneciente al Partido Social Liberal, firmó su primer decreto que excluye todas las referencias LGBTI+ destinadas a la promoción de Derechos Humanos, políticas públicas y directrices hacia ese colectivo.

Activistas brasileños aseguran que el programa “escuela sin partido” ha llegado a las áreas de educación y salud obligando a los docentes a no desarrollar las clases con perspectiva de género e incluso temen la eliminación de políticas públicas, contención y medicación hacia las personas que conviven con VIH – SIDA.

Vicent Goular (26) estudiante de psicología, varón trans, miembro del área de comunicación, salud y sexualidad de «SOMOS» – ONG de Porto Alegre que realiza acciones interdisciplinarias teniendo como base los derechos humanos, haciendo énfasis en derechos sexuales y reproductivos a partir de las áreas de educación, salud, comunicación y arte – declaró a este medio que perdió el miedo, que la discriminación, estigmatización y violencia que cargó en su vida es la que hoy lo potenció para resistir y luchar. Además aclaró:

«Las cartillas y manuales importantes para la información de los ciudadanos y profesionales de la salud fueron todas removidas del Ministerio de Salud, lo que es bastante grave. El decreto firmado por la presidenta Dilma en su mandato, que dice acerca del uso del nombre social de personas trans y travestis en la esfera pública también cayó” y  agregó “todo esto está destruyendo el derecho a la ciudadanía de personas trans, un derecho que nunca ha sido efectivo. Estamos cada vez más al margen, con nuestras vidas explotadas y desvalorizadas”.

La medida provisoria 870/19 establece modificaciones en la estructura del orden ministerial e incluye el nuevo ministerio de La Mujer, de La Familia y de los Derechos Humanos encabezado por la pastora Damares Alves.

«Vamos a unir al pueblo, valorizar la familia, respetar las religiones y nuestras tradiciones judeocristianas, combatir la ideología de género, conservando nuestros valores. Brasil volverá a ser un país libre de las amarras ideológicas» dijo tras asumir Damares, y concluyó con el lema de campaña del partido: «Brasil por encima de todo, Dios por encima de todos”, mientras era aplaudida de pie por diferentes funcionarios, líderes religiosos y grupos anti-derechos.

Durante los gobiernos de Lula Da Silva y Dilma Rousseff, el ex Ministerio de Derechos Humanos –actualmente dividido en Ministerios de La Mujer, familia y Derechos Humanos – tenía como principal función “asesorar directa e inmediatamente al Presidente de la República en la formulación de políticas y directrices dirigidas a la promoción de los derechos de la ciudadanía, de los niños, adolescentes, personas mayores, la población de lesbianas, Gay, Bisexuales y Transexuales– LGBT y las minorías”, tal como lo establece el párrafo de la Ley 10683 del 28 de mayo de 2003, año en el cual también se legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo.

“En Brasil vivimos con una cierta fragilidad sobre nuestros derechos, porque son decisiones judiciales dictadas por un tribunal, y los pocos derechos que tenemos los podemos perder” dijo Gabriel Galli Periodista y Co-Fundador de Grupo Freeda – colectivo de género y diversidad sexual – y agregó “Bolsonaro no es solo la derecha en el poder, tenemos un presidente que tiene estrategias fascistas para el ejercicio del poder”.
Brasil no es solo el país de América Latina con más agresiones y muertes hacia travestis y transexuales, sino del mundo, “si los datos fueran oficiales los números aún serían más abrumadores” aclaró el periodista brasileño.

Esta embestida reaccionaria demuestra el avance de las políticas conservadoras y religiosas en nuestra región, impidiendo la consolidación de una América Latina libre e igualitaria en donde el estigma, la discriminación y los crimines de odio hacia la comunidad de gays, lesbianas, bisexuales, travestis, trans e intersex aumentan la vulnerabilidad e invisibilidad sin el acompañamiento de políticas consolidadas en perspectiva de género y diversidad.

Este decreto refleja el pensamiento reaccionario de un sector de la sociedad brasileña que tras vivir 14 años de progresismo acompañado de políticas públicas para aquellos sectores que siempre han sido excluidos y vulnerados, hoy se pongan en duda. Por más que muchas conquistas hayan sido impulsadas por el pueblo, no hay que olvidar que Brasil carga con décadas de poder en manos de la iglesia católica, un territorio colonizado por europeos, y grandes poblaciones nativas diezmadas y esclavizadas.

Hoy la iglesia evangélica se ha ramificado por toda América Latina, y avanza cada vez más para unir sus intereses con los de la élite, con la burguesía brasileña, los bancos, el capital y el poder de las personas más privilegiadas.  Incluso avanzan sobre los sectores más pobres y vulnerados prometiendo mejoras en sus vidas.

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