El grupo de trabajo “Calidad de Aire y Mediciones Satelitales” de la Plataforma de Estudios Ambientales y Sostenibilidad de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) presentó un informe que muestra detalladamente el nivel de contaminación provocado por el humo proveniente de los incendios que se detectaron en la zona de los Humedales frente a Rosario. El mismo evidencia un incremento notable en la cantidad de partículas en el aire y, por consiguiente, el perjuicio a la salud de todos los habitantes de la zona.
El informe midió la calidad del aire desde el 22 de julio al 10 de agosto, durante las 24 horas del día. Esto se logró gracias a recursos propios aportados por la UNR y la participación activa de investigadores de la institución: Adriana Ilpiña, Rubén Piacentini, Raúl Bolmaro, Gamaliel López-Padilla, Montserrat Dávalos y Karen López-Cárdenas.
Para el monitoreo de la calidad del aire se utilizaron como referencia las mediciones de PM 2,5 y PM10. Este tipo de mediciones ponen el foco en el análisis del tamaño de las partículas, y si la concentración de las mismas supera los índices establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), indica que el aire se encuentra contaminado.
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La UNR cuenta con un instrumento propio de medición ubicado en el centro de Rosario, a una cuadra del Teatro El Círculo. «Mide la concentración del material particulado, menor a 2,5 y a 10 micrones. Es decir, mide la misma variable pero en diferentes tamaños», señaló Adriana Ilpiña, Directora del grupo de trabajo.
El instrumento es portátil, se coloca en una terraza y mide minuto a minuto la concentración de la cantidad de partículas en el aire, lo que marca el nivel de calidad del mismo. Los investigadores lo utilizaron para analizar esta concentración a lo largo del tiempo, ya que esta herramienta permite realizar el monitorear las 24 horas. «Es importante porque la referencia a nivel mundial, tanto de la OMS como de otros países, se basa en un promedio de 24 horas. Cualquier persona que mida calidad del aire y quiera compararlo con una norma internacional, tiene que hacerlo bajo esos parámetros».
La investigadora aclaró que normalmente en Rosario, al ser una zona que no está rodeada de montañas y que posee una topografía que permite que circulen los vientos, las concentraciones de aerosoles o material particulado son bajas a lo largo del año. «Esto es porque tiene un pulmón natural, como es el Humedal de Río Paraná. Entonces cada vez que los vientos ingresan, limpian la polución propia de la ciudad. Lo que ocurrió con los incendios, es que los índices se elevaron mucho. Esto significa que dependemos de la dirección de los vientos porque son los que arrastran el material particulado a Rosario».
Esto significa que si hay muchos focos de incendio y los vientos soplan en dirección este, todo el humo y la polución es arrastrado a la zona urbana. «Hay que tener en cuenta que muchas veces no es necesario que los incendios estén bien enfrente de Rosario, por ejemplo, el 22 de julio los mismos estaban ocurriendo a la altura de Villa Constitución y San Nicolás, y gracias a los vientos del sudeste, la polución llegó a nuestra ciudad».
La OMS ha establecido que la contaminación del aire conlleva efectos en la salud incluso en concentraciones muy bajas; de hecho, no se ha podido identificar ningún umbral por debajo del cual no se hayan observado daños para la salud. Por consiguiente, los límites que recomiendan sus directrices pretenden delimitar las concentraciones más bajas posibles.
Cabe destacar que los últimos días, los habitantes de la ciudad de Rosario han estado expuestos a niveles de contaminación extremadamente altos, lo que amenaza la capacidad de recuperación pulmonar y cardiaca de las personas. «Hay momentos puntuales, donde los valores excedían 17 veces más del límite establecido por la OMS, lo cual habla del gran problema que trae aparejado a la salud de la población. Hay que tener en cuenta que este es un valor puntual, pero hay momentos del día que tenemos concentraciones muy elevadas y a lo largo del día bajan. En promedio de las 24 horas, a lo mejor no parece tanto, pero no quiere decir que el impacto de la salud no sea grave porque estamos sometidos a altas concentraciones en períodos muy cortos de tiempo».
Por esa razón, los investigadores consideran que hay que ponerle mucha atención a esos cortos intervalos donde se recibe ese muy aire contaminado. «Es como si estuviéramos un rato en una cámara de gas con una alta concentración, y durante el resto del día no tuviéramos nada de contaminación. O sea, tenemos un choque muy alto y de pronto se limpia, pero la capacidad de recuperación del cuerpo no es la misma que la de la naturaleza», indicó la especialista.
Por todo lo desarrollado anteriormente, el grave impacto en la salud no debe subestimarse independientemente del periodo de exposición. «Hubo varios días que el promedio diario establecido por la OMS fue superado con creces. Por ejemplo, el día 8 de agosto el PM2.5 fue el doble del límite, lo que marca el peligro en materia de salud al que estamos expuestos».