Integrantes del gabinete nacional cuestionaron hoy la movilización convocada por Camioneros contra el gobierno y consideraron que «hay una señal clara de presionar a la Justicia» por las causas abiertas que tiene el líder de ese gremio, Hugo Moyano.
El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, aseguró que el Ejecutivo «no persigue» a Moyano «ni a nadie», y dijo que eso es «un cambio respecto de lo que sucedía» en la gestión anterior.
«Nosotros no le marcamos los tiempos a la Justicia. Hay un cambio cultural por el cual todos tenemos que rendir cuentas ante la ley, desde el presidente hasta cualquier ciudadano incluido Moyano», sostuvo Frigerio.
En declaraciones a la prensa, el funcionario opinó que «la sociedad no quiere marchas ni paros» y «necesita que a este Gobierno le vaya bien para que le vaya bien a la Argentina».
«A nuestro juicio hay una señal clara de presionar a la Justicia. En este contexto es difícil sentarse a trabajar para tratar de mejorar la situación de los trabajadores como hacemos con el resto de la dirigencia sindical que no apoya esta movilización y el paro», agregó Frigerio.
Por su parte, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, sostuvo que la movilización «no tiene un sentido muy claro» porque «parte de las consignas tienen que ver con los problemas del empleo» y, según dijo, «hace 16 meses viene generándose un crecimiento» en este sector.
«Cuando uno mira que el resto de la dirigencia gremial, social y demás, siente que esas consignas no son las que los representan y más bien tienen que ver con cuestiones personales, vemos que es una movilización que tiene más un tinte político, un tinte de cuestiones personales, que de la cuestión social o la cuestión laboral», evaluó.
Para Triaca, los reclamos que plantearon los manifestantes «no son cuestiones que hoy están con una agenda de debate» e insistió en que el Gobierno «tiene siempre la predisposición del diálogo».
A su turno, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, señaló que con la movilización se intentó «imponer una expresión de fuerza que es inconsistente con lo que vive el país».
«Hay una marcha y un trastorno para mucha gente. Por otro lado, la imagen que generamos al exterior. Si te preguntan por qué es la marcha, todos dirán cosas diferentes y lo más grave es que la expresión de fuerza que se quiere imponer es inconsistente con lo que vive el país, un país que crece, genera trabajo, empieza las obras y las termina», resaltó.
En declaraciones a radio La Red, el funcionario nacional precisó que «pradójicamente» uno de los sectores que más beneficios le está reportando el crecimiento de la actividad económica es el de transporte de carga, donde la mayor parte recae en el rubro camionero.
«Esta es una Argentina en la que, aún con los disensos, la construimos entre todos juntos. No la del patoterismo, la prepotencia, que en la que en 2015 mayoritariamente los argentinos dijeron que ya no la quieren más», agregó Dietrich.
En la Casa Rosada insistieron este miércoles en que «marchar y generar una situación de enfrentamiento» con el oficialismo «le pone presión a los jueces», quienes así pierden «margen para disponer medidas» en las causas contra el referente sindical.
En diálogo con NA, un integrante del Gabinete evaluó que ante ese panorama los magistrados que llevan adelante las denuncias que pesan sobre el ex secretario general de la CGT «seguramente se tomarán unas semanas o meses para seguir realizando medidas de pruebas» en los expedientes.