El sector automotriz se encuentra en una disyuntiva difícil de solucionar. La producción y ensamble de vehículos recupera el ritmo ascendente, pero la escasez de dólares amenaza con ponerle un freno a la recuperación. Desactivar este problema es otro de los conflictos que atraviesa la interna en el Frente de Todos.
Los datos exponen que el fuerte del sector está en las ventas al exterior. Según el último reporte (abril) de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), la industria automotriz exportó un 73% más que en el mismo mes de 2021.
En simultáneo, el sector concesionario registra un abastecimiento por debajo de lo que percibió el mes anterior y apenas por encima respecto al mismo período del año pasado. Desde las concesionaras advierten que este escenario condujo a un fenómeno en el que la demanda supera la oferta, ocasionando demoras en las entregas al público.
Hace algunos días, desde Adefa firmaron un comunicado en conjunto con el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor, dirigido al Banco Central de la República Argentina (BCRA) pidiendo una solución ante las problemáticas que atraviesan a partir de la comunicación A 7466, una decisión que significó mayores dificultades para importar insumos.
En ese sentido advirtieron sobre la necesidad de encontrar una solución inmediata al tema, ya que de continuar las restricciones de acceso de dólares para el sector, se vería comprometida la producción. Mencionaron la posibilidad de “paradas de producción, suspensión del personal de toda la cadena productiva (aproximadamente unos 80 mil), como así también un impacto negativo muy significativo en las exportaciones”.
Escasez de dólares
El caso expone con claridad las dificultades que genera en el tejido productivo la escasez de dólares. A través de la Comunicación A7466, publicada a principios de marzo, el Banco Central dispuso, entre otras cuestiones, que quienes tenían acceso al mercado de cambios a los 90 días de la oficialización del despacho de importación, ahora lo tendrían recién a los 180 días.
Otra modificación sensible, tiene que ver con los montos asignados para cada importador. La disposición les permite menos que el equivalente al valor FOB de sus importaciones en el año 2021 más el 5% de dicho valor, o bien, menos del equivalente al valor FOB de 2020, más el 70% de dicho valor.
La medida pretende, por un lado, demorar la salida de dólares con la extensión de plazo a proveedores, y por otro lado tener un mayor control sobre el volumen de divisas que utiliza el sector para su abastecimiento. Claro que la nueva dinámica, que viene a profundizar las restricciones que ya existían, genera dolores de cabeza para un rubro que demanda constantemente de insumo importado para darle continuidad a su línea productiva.
“Algunos están fallando”
Pero las decisiones no solo generaron malestar en el sector, es que también es motivo de diferencias dentro del gobierno. La medida defendida por el presidente del BCRA, Miguel Pesce, choca de frente con los planes del ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas, quien apoya de manera continua a la industria automotriz, incluso con visitas a plantas productivas junto al presidente Alberto Fernández y expone constantemente sus datos positivos.
Incluso a este contrapunto se suma a un llamado de atención de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien durante un discurso en Chaco, hace pocos días, marcó sus diferencias con Pesce y Kulfas y se refirió a las dificultades que atraviesa la economía argentina.
En ese contexto, deslizó: “Si uno ha decidido un modelo de exportación con bajos salarios, tenemos que tener dólares en el Banco Central. Ahora, si soy de exportación y producción, si además tengo bajos salarios y además me faltan dólares, hay que revisar algunas cosas porque algo, alguien o algunos están fallando”.
Cuello de botella
La política productiva también parece ser materia de discusión hacia el interior del Frente de Todos. Lo que ocurre en el sector automotriz es un caso testigo de las limitaciones que puede afrontar la industria en medio de un proceso de recuperación.
Consultados por El Ciudadano, desde la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), prefirieron no hacer declaraciones respecto al comunicado que enviaron al director del Banco Central. Solo deslizaron que se encuentran en negociaciones con interlocutores de la máxima autoridad monetaria para flexibilizar las restricciones.
Desde el área productiva nacional reconocen que harán las gestiones posibles para desactivar el conflicto, aunque aseguran que, debido a la delicada situación que presentan las reservas en el Central, en el mejor de los casos se podrá acordar flexibilizaciones de carácter excepcional, solo para determinados sectores.
En diálogo con este diario, el secretario de Industria de Santa Fe, Claudio Mossuz, reconoció que el tema genera preocupación en el sector productivo, en medio de un período de franca recuperación.
“La falta de dólares es el reclamo que más estamos escuchando cuando visitamos empresas, estimamos que es coyuntural, y lamentablemente tiene que ver con las tensiones del crecimiento. En el primer trimestre tuvimos récord de exportaciones pero también de importaciones”, sostuvo el funcionario provincial.
Los últimos datos publicados por la Federación de Industriales de Santa Fe (Fisfe) mostraron que el actual nivel de actividad es el más alto de los últimos tres años y que el sector automotriz y metalúrgico estuvieron al frente de ese comportamiento.
En este sentido, Mossuz sostuvo: “Hay un real crecimiento de la industria que demanda mayor cantidad de divisas. Lo que solicitamos es que se sostenga el abastecimiento de insumos. Estamos tratando de gestionar la ayuda necesaria a través de la Secretaría de Industria”.
Más demanda que oferta
La falta de dólares no solo compromete la importación de insumos para la fabricación, sino también en este caso particular, la de vehículos terminados. Parte de este fenómeno se refleja en la falta de stock que sufren las concesionarias y que reclaman los consumidores. Para este caso cabe aclarar también, que existe un fenómeno global de faltante de semiconductores.
Esto genera también un cuello de botella para la recuperación de la demanda. Entre 2018 y 2019, la cantidad de patentamientos cayó casi a la mitad al calor de la crisis económica durante el ocaso macrista (de 805.000 unidades a 461.900). Como si fuera poco, los números profundizaron la caída en 2020, año del inicio de la pandemia (343.900). Ya en 2021 el sector volvió a mejorar los datos después de muchos años y superó los 384.000 patentamientos.
Pero desde el sector concesionario advierten que mejorar estos datos también depende de la evolución de la restricción externa. Es que actualmente el problema no radica en la falta de demanda, sino de oferta.
En diálogo con El Ciudadano, Armin Reutemann, titular de concesionarios Volkswagen en Rosario, detalló que actualmente la demanda es “un 50% superior a la oferta”, motivo por el cual quienes avanzan en la compra de un 0KM tienen meses de espera hasta recibir las llaves.
“Se está tratando de equilibrar la balanza comercial. Hay problemas con la logística de piezas. En Argentina hay una demanda que no está satisfecha, hay un atraso importante, en realidad una demanda que supera la oferta”, concluyó Reutemann.