Sentido de pertenencia. Es la única razón para que jugadores del relieve de Gabriel Heinze, Ignacio Scocco y Maximiliano Rodríguez hayan decidido regresar al club que los vio nacer futbolísticamente estando en plena vigencia en el viejo continente.
Decidieron pegar la vuelta a la ciudad en un momento complicado de la institución del Parque. Cuando la Lepra, tras dos torneos malos de la mano de Javier Torrente y Diego Cagna, comenzaba a mirar con miedo la tabla de abajo, la del descenso.
El caso del Gringo es muy particular. Debutó en 1997 y con un manojo de partidos en la primera división fue transferido a Valladolid de España durante la presidencia de Eduardo López. Sus buenos rendimientos lo catapultaron a Sporting Lisboa en la temporada siguiente. Jugó en el campeonato luso hasta 2001, donde fue fichado por el París Saint Germain francés. Su alto nivel en el torneo galo le permitió llegar a un grande de Europa. Manchester United (Inglaterra) lo contrató en 2004 y jugó allí tres temporadas, hasta que otro grande del viejo continente, el Real Madrid español, lo compró. En 2009 retornó a Francia, en esta oportunidad para jugar en Olympique Marsella. En la temporada 2011-1012 tuvo su último desafío europeo. Roma puso los ojos en el defensor de Crespo y se lo llevó para el Calcio italiano. A mediados de 2012 decidió volver, tentado por la presencia de Gerardo Martino.
Lo de la Fiera fue diferente en el comienzo. Debutó muy joven en 1999 pero disputó tres temporadas en el conjunto rojinegro antes de ser transferido. En 2002 llegó a Espanyol de Barcelona. Tras tres temporadas en el conjunto periquito, donde se convirtió en un referente, fichó por Atlético Madrid. Permaneció en la capital española cuatro años y medio. En enero de 2010 desembarcó en la Premier League. Fichó por el Liverpool de Rafa Benítez, donde permaneció hasta mediados de 2012.
Nacho tuvo la oportunidad de conseguir un título en el club de sus amores antes de emprender su carrera fuera de la Argentina. Debutó en 2004 de la mano de Américo Rubén Gallego, y en esa misma temporada se consagró campeón con la camiseta rojinegra. En 2006 fue transferido al fútbol de México. Primero jugó en Pumas y luego en Toluca. En 2008 llegó al viejo continente. Fue contratado por AEK de Atenas, donde disputó tres temporadas. Luego, en 2011, probó suerte en el desconocido y millonario campeonato de Emiratos Árabes Unidos, en el Al Ain, antes de emprender el regreso a casa.
Los tres tomaron la complicada decisión de retornar a Newell’s cuando el equipo más lo necesitaba. Cuando no se peleaban campeonatos ni se disputaban torneos internacionales. Un año después de su regreso, el destino les permitió entrar en la historia grande del club del Parque. Arriesgaron mucho al pegar la vuelta. Tenían mucho para perder y poco para ganar. El esfuerzo los premió con un título.