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“El río no perdona y cuando sube, arrasa con todo”. Las fotos son una muestra de ello en La creciente, la exposición artística de Carlos Larrosa que se inaugura esta noche a las 20, en el hall de Maipú 835. La misma estará disponible hasta el 14 de junio y cuenta con 30 cuadros que revelan la vida en las islas entrerrianas, o como pide aclarar su autor: “Humedales, se llaman humedales”.
Larrosa adelantó a El Ciudadano que su obra consiste en revelar por medio de las imágenes en blanco y negro que ocupan el hall central del edificio de calle Maipú “la solidaridad y necesidades de los que habitan las islas frente a Rosario”.
“Estas fotos fueron realizadas durante la última crecida del Paraná, hace unos meses y con ellas muestro cómo sufrieron este aumento no sólo a nivel físico, con sus casas aisladas por el agua, sino también los sentimientos encontrados y descubiertos en cada toma”, comentó.
En cada foto se podrá ver la arquitectura, la estructura de estos hogares sobre el agua y la situación que debieron atravesar el último verano. “En cada imagen también se podrán ver la solidaridad y los lazos consolidados a nivel familiar y entre vecinos”, dijo el fotógrafo.
Larrosa explicó que estas viviendas “se encuentran a dos metros o tres sobre el nivel del agua, pero cuando el río crece, quedan aisladas una de la otra, y las 24 horas del día, los siete días de la semana, terminan encerrados entre sus cuatro paredes, sin saber qué hacer, cómo salir, o dónde ir”.
“La solidaridad entre ellos es inmensa, se consolidan los lazos entre la gente. El agua si bien los aísla, los une intensamente”, dijo.
Larrosa vivió por dos años en la isla y de aquellos días quedaron amigos que cada tanto visita y hoy son un reflejo de la realidad de los humedales ante la crecida. “Ellos me contaron su experiencia, y yo tengo la propia. Acá debe quedar en claro que el río no perdona, el desastre que realiza con su creciente es muy grande”, sostuvo.
A su vez, comentó que ante la crecida muchas familias se desintegran, aunque sea por un tiempo, cortando así la cultura del pescador artesanal, eje de las islas.
“He conocido familias que pudieron venir a Rosario y pasar unos días con sus allegados hasta que el río se volvió un poco penetrable. Sin embargo, sus hijos adolescentes la mayoría de las veces han decidido quedarse en la ciudad, y eso es no sólo un golpe fuerte para las familias de isleños que deben renunciar a la cercanía de un ser muy querido, sino también a la cultura de la pesca artesanal, que se va extinguiendo con el tiempo”, advirtió.
Este artista, que aconseja “acariciar el río cada tanto”, explicó que el poder de la fotografía es revelar una realidad que el otro, por más cerca que la tenga, no la divisa.
“Mi trabajo consiste, básicamente, en mostrar aquellas cosas que uno ve cotidianamente pero no las registra, no las observa. Al estar inmersos en esta rutina del consumismo nos encontramos corriendo de un lado al otro, por motivos equis y sin saber por qué”, señaló.
De hecho, el trabajo de Larrosa ya tuvo sus muestras artísticas en el que los protagonistas han sido sobre los esténciles, en el Museo de Arte Contemporáneo (Macro), y otro sobre molduras, “aquellas caras en los edificios y casas antiguas que conviven con nosotros en la ciudad y no conocemos”.
En cuanto al motivo que lleva a trabajar esta temática para la muestra que comienza esta noche, Carlos Larrosa manifestó que “estas islas no son islas, son humedales. Tenemos que saber que estos territorios son pulmones para la ciudad y hay que cuidarlos”. En tanto, confesó que sus visitas a los humedales en frente no sólo tienen que ver con los años pasados allí ni con los amigos cosechados en la zona, también con el factor de que “cuando el río te toca no te suelta nunca más”, según expresó.
Por su parte, desde su visión profesional y artística, señala que quien tenga una cámara de fotos en mano, profesional o no, debe buscar el “ángulo, la mirada del alma”.
“Podés tener una de las cámaras más viejas del mundo, como una Kodak Fiesta de los años 60, o la última digital y no tener una buena foto. Cuando disparás la foto hay que hacerlo desde el alma, buscando una mirada a destacar. Ahí tenés «la» foto”, aseguró.