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Retrato del hombre que convencía: relato de Mario Wainfeld sobre Néstor Kirchner

En el recorrido que Mario Wainfeld hace sobre Néstor Kirchner durante sus distintas funciones, incluida la de presidente, destacan la descripción de su carisma, las entrevistas y la intención (del libro) de discutir sobre las políticas públicas del kirchnerismo.

“En este trabajo quise poner algo menos y algo más. Menos, en el sentido que no quiere refutar al macrismo que está en su desarrollo aunque muchas cosas que están escritas en el texto tienen que ver con eso. Al mismo tiempo, el libro tiene la ambición de ser más, de ser un libro que en dos años se pueda leer y volver a reflexionar nuevamente. Que alguien se interese por ver cómo fue el conflicto de «La 125», cómo fue la votación de la Ley de Matrimonio Igualitario, de la Ley de Asignación Universal por Hijo, la reestatización del sistema de jubilaciones. Quiénes votaron a favor y quiénes en contra, qué se discutió, qué pensaba la mayoría”, afirmó Mario Wainfeld en la presentación de su libro Kirchner, el hombre que supo (Siglo XXI), el pasado miércoles 9 de noviembre en una colmada sala del sindicato de Luz y Fuerza de Rosario, y donde estuvo acompañado por los políticos Juan Giani y Agustín Rossi y la periodista Alicia Simeoni.

Expresión de un movimiento

En dicha presentación, el autor delineó los objetivos de su texto, realizó comentarios sobre sus entrevistas con Kirchner y reflexionó sobre los alcances que tiene el movimiento político que lleva por nombre kirchnerismo. En ese sentido, Wainfeld afirmó: “El movimiento nacional y popular que el kirchnerismo expresó, y creo que expresa en gran medida, merece la oportunidad de discutir su lugar cuando se lo quiere silenciar y sacar de la historia y enviar a los pasillos miserables del serpentario de Comodoro Py. Hoy se quiere reducir el kirchnerismo a una página del Código Penal. Hoy se quiere decir que todo lo que ocurrió en Argentina se subsume en los tribunales de Comodoro Py y en la ecuación de ciertos episodios de corrupción, que pudo haberlos, y nada más. Con el primer peronismo pasó algo similar y ocurre así para con Lula en Brasil y en otros lugares”, expresó Wainfeld. Según el periodista de Página /12, en este momento se está haciendo una operación política que busca sacar al kirchnerismo de la arena política de una forma antidemocrática. “Negar al adversario la posibilidad de hacer política es esencialmente antidemocrático. Porque en definitiva vos podés pensar y decir, aunque yo piense distinto, que su gobierno fue pésimo, que se hizo todo mal, que se malgastó el patrimonio público, que el gasto social fue alocado. Se puede decir eso pero sin sacar al adversario de la arena política acusándolo de corrupto porque con los corruptos no se discute, se los extraña de la política. Y esta es la operación que se está haciendo”, afirmó el autor.

Fenómeno editorial

Wainfeld bromeó sobre el fenómeno editorial que resultó su publicación que ya agotó una primera edición y parece generar la misma suerte en su segunda. Al mismo tiempo, mostró su satisfacción al expresar: “Hay una cantidad impresionante de personas que lo están leyendo, que lo regalan. Estaba en una Feria del Libro en Hurlingham y vienen un padre y un hijo. El chico de entre 20 y 30 años me pide que se lo firme para José. El hombre me pide que se lo dedique a Brian. Y yo le dije al señor que era más o menos de mi edad que él no se podía llamar Brian porque en su época no había esos nombres. Bueno, la cuestión era que se lo estaban regalando cruzados de padre a hijo y de hijo a padre”, relató el periodista señalando uno de los fenómenos que había generado el kirchnerismo y agregó: “Me conmovió la situación y me parece que allí hay un planteo que quiere discutir racionalmente en base a datos y a hechos, quiere dar una discusión sobre las políticas públicas del kirchnerismo. Lo quiere hacer desde un lugar y una posición pero a la vez sin distorsionar y sin mentir. Ofreciendo un punto de vista, no la verdad revelada que no existe, sí la verdad relativa que siempre es controversial. Pero quiere hablar de algo entre todos”.

El presidente lungo

El texto de Wainfeld es un análisis político y a la vez una crónica de las distintas resoluciones de gobierno de Néstor Kirchner. Sin embargo, el libro bucea en la quintaesencia del líder y del carisma que lo acompañó para construir esa figura presidencial sui generis. Por eso, en su libro Wainfeld utilizó algunas escenas de su relación personal con el ex mandatario de los argentinos. “A mí me sorprendía que Kirchner fuera un lungo, muy afectuoso y muy torpe a la vez. Me sorprendía porque Kirchner hacía con las personas lo mismo que hacía con el bastón presidencial. A veces te saludaba con afecto, te abrazaba pero sin darse cuenta te metía el dedo en el ojo. Con él había discusiones tibias o fuertes pero siempre se terminaba con respeto. Y no sólo que terminaba ahí, sino que a los 15 días o al mes el entonces presidente de los argentinos me volvía a recibir, volvíamos a charlar y, a veces, me decía que era un cabeza dura, o que nosotros (los periodistas) no entendíamos tal cosa o tal otra. Pero nunca cortó el chorro de la información, nunca cortó la relación y nunca cortó ese lazo que teníamos”, contó Wainfeld.

El mejor presidente

Wainfeld relató una entrevista que tuvo con Néstor y Cristina Kirchner en la que él se sorprendió de la espontaneidad que tenía el santacruceño y de su postura desafiante. “En un momento, dirigiéndose a mí, definiendo el lugar en el que estaba cada cual, Néstor me dijo: «¿Y ahora qué dice el compañero crítico de mí?» Y él sabía lo que yo pensaba de él, y sabía lo que iba a decir. Pero le agradezco a la vida que me lo haya preguntado y habérselo podido decir cara a cara. Porque después de eso no lo vi tantas veces. Le dije que había sido el mejor presidente de la Argentina desde la primera presidencia de Perón. Y yo entreví, quiero pensar, que al hombre le gustó lo que yo dije. Entonces escribí en ese momento una breve síntesis de la historia de Kirchner”, expresó Wainfeld.

El día que Néstor murió

Wainfeld también contó las sensaciones que tuvo en el momento de la muerte de Kirchner y ese tema le sirvió para indagar en la mentada objetividad que muchos cacarean pero que pocos logran sostener. “El día que él murió, me vi sometido a una extraña sensación, la de hablar de él, que es triste pero tiene elementos catárticos. Me vi llorando en la radio porque me enteré de la noticia de su muerte al poco tiempo de haber sucedido. Ese día hablé en la radio con emoción pero uno también es un profesional y sopesa un poco lo que va a decir públicamente. Y por un minuto me interrogué sobre qué irían a decir desde el periodismo independiente, a lo que me respondí que me importaba un pito lo que dijeran porque son unos mentirosos, muchos de ellos no todos”, dijo Wainfeld poniendo énfasis en su perspectiva personal y agregó: “Ese día dije que se había muerto un compañero. Esa tarde escribí que muchas personas lo lloraban en el diario (por Página /12), y lo lloraba yo mismo, que lo quise más que lo que marcan los códigos razonables del estilo periodístico. Yo voy a defender como periodista ese punto porque hay muchos que se ríen y no lo dicen, muchos festejaron ese día y no lo dijeron. Y eso no tiene nada de objetividad, sino que es un escamoteo al lector o al oyente. En definitiva, cada cual habla desde su espacio y lo reconoce, y luego, a partir de eso se va generando una credibilidad en lo que va contando. Pero no a partir de negar su circunstancia o su realidad”.

Uno solo frente al toro

En el inicio de su libro, Wainfeld cita a J.F. Kennedy cuando utilizaba la tarea del torero como metáfora de la presidencial, en el sentido de que mucha gente mira y se preocupa pero sólo uno se enfrenta al toro. “Kirchner fue un gran presidente de la Argentina, fue un gran estadista que pensó que el Estado benefactor no era sólo un Estado que mejoraba el bolsillo, o la panza, o el hogar, o los derechos laborales y sociales a los trabajadores y a toda la ciudadanía. Sino que era un Estado de expresión de derechos. Un Estado benefactor donde cabían otros derechos además de los económicos y los sociales. Él lo entendía y por eso votó con tanta convicción la ley del Matrimonio Igualitario. Siempre se dice que fue la única ley que votó Kirchner”, relató Wainfeld.

El animal político

Wainfeld también destacó que Kirchner fue un animal político. “Hay que aclarar que Néstor no estuvo tanto tiempo (en su banca en el Congreso de la Nación) porque no alcanzó a estar un año como diputado. Lo que no se cuenta tanto es el nivel de participación que tuvo Néstor Kirchner, lo que habló con las organizaciones de la comunidad gay. Cómo se comprometió, porque poroteó voto por voto. Les decía a los otros congresales que si no les gustaba, se abstuvieran. Hablaba para convencer a los de su propio bloque en lo ideológico sin meterse en las cuestiones de conciencia porque eso lo respetaba mucho. De lo que tampoco se habló es que en ese momento, Kirchner había asumido como presidente de Unasur y, a pesar de la importancia de ese puesto, quería volver zumbando a discutir la ley del Matrimonio Igualitario. Esta era la esencia de su compromiso, de su hiperquinesis, de su vocación y de cómo combinaba todo y de cómo fue una vorágine a la hora de encarar sus políticas. Para tristeza y dolor, eso terminó en pocos años”, concluyó el periodista sobre la dinámica de actividades políticas del ex presidente.

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