En enero de 2014 Michel Ramón Campero fue asesinado de un balazo en la espalda durante una persecución policial en Granadero Baigorria. Según la versión policial, el pibe, de 18 años, sustrajo junto a un compinche la moto de un policía. Tras el robo, el uniformado que se encontraba de franco buscó a su padre –también policía– y salieron a buscarlos. Tras perseguirlos a los tiros terminaron con la vida de Campero, quien tenía una pistola de juguete. El caso tuvo varias resoluciones. Primero, ambos uniformados fueron absueltos, decisión que fue revocada por la Cámara Penal. Luego, en septiembre pasado, la jueza Delia Paleari dictó el sobreseimiento para el menor de los imputados mientras que procesó al padre por homicidio en exceso de legítima defensa. Esa resolución fue apelada nuevamente por la Querella, a cargo de Centro de Asistencia Judicial, y por la Fiscalía, con diferentes criterios. La Fiscalía se limitó a cuestionar el sobreseimiento. Ahora, otra vez debe resolver la Cámara.
La noche del 6 de enero de 2014 el policía Omar Jesús Del Lago circulaba por Granadero Baigorria y a paso de hombre en su moto. Iba junto a su pequeño hijo mientras su mujer caminaba empujando un cochecito. En un momento apareció una motocicleta con dos ocupantes y tras amenazar al niño se llevaron la moto de Del Lago Tras el robo el policía, que estaba de franco, pidió ayuda a su padre Omar Guillermo Del Lago y ambos uniformados salieron en un vehículo tras los pasos de los ladrones. Al llegar a calle 1 y 4 de la vecina localidad ubicaron a los presuntos asaltantes, quienes iban cada uno en una moto y al verlos les dispararon (siempre según la versión policial), a lo que ambos empleados de la fuerza respondieron con balas de plomo. Una de las motocicletas derrapó y su conductor cayó pero los uniformados siguieron tras el joven que conducía la moto robada, que terminó estrellada contra un colectivo de la línea 103.
En una primera resolución, el Juzgado de Instrucción 2ª sobreseyó a ambos policías al sostener que hubo una voz de alto y un disparo al aire para persuadir y los asaltantes respondieron con dos tiros, tras lo cual se produjo una segunda secuencia de disparos donde uno de los motociclistas cayó. Finalmente Michel Campero a bordo de la motocicleta robada se estrelló contra un colectivo y al querer levantarse Omar Guillermo Del Lago le efectuó un último disparo persuasivo, refirió el policía en su declaración.
Según el fallo dictado por la jueza Alejandra Rodenas hubo voz de alto y un disparo al aire. Y como respuesta los uniformados recibieron dos disparos y luego se produjo un nuevo intercambio de tiros. En una de estas dos balaceras la víctima recibió el disparo letal aunque no se pudo determinar quién fue el autor. Rodenas sostuvo que no hubo dolo homicida y sobreseyó a los policías.
La decisión fue apelada y el vocal Carlos Carbone revocó la decisión y dispuso su reenvío a otro juzgado. La causa cayó en manos de la jueza de Instrucción Delia Paleari que resolvió sobreseer al policía menor y procesar a su padre por el delito de homicidio agravado en exceso de legítima defensa.
La jueza sostuvo, como su par Rodenas, que no hubo dolo homicida por parte de los Del Lago Refirió que en el caso los imputados no comenzaron la agresión, sólo la repelieron y realizó una particular interpretación de la resolución de Cámara. Sostuvo que el vocal argumentó que es un complejo caso y, si bien se advierte al inicio un legítimo accionar de quien sufre el robo al intentar espontáneamente impedir la consumación del delito, fueron los asaltantes quienes iniciaron la agresión repelida por los policías.
Según la jueza la Cámara Penal admitió la existencia de una legítima defensa y concluyó que hubo un exceso en la misma. La investigación concluyó que el balazo mortal se produjo entre la primera y segunda secuencia de disparos. El tiro ingresó por la espalda y Campero continuó como pudo su huida hasta chocar contra un colectivo.
Para la jueza la única bala que le extraen a la víctima del cuerpo –que no es la causante de la muerte– se cotejó con las armas de los policías y se determinó que el proyectil salió de la pistola de Del Lago padre; por ello absolvió al hijo. En cuanto al mayor de los acusados refirió que salió en defensa de su hijo y se excedió en el tramo final de la persecución empleando un medio superior al de Campero, ya que se comprobó que el chico de 18 años tenía un arma de juguete.
Esta decisión fue apelada por el abogado querellante Valentín Hereñú del Centro de Asistencia a la Víctima (CAJ), mientras que también la fiscal Cristina Herrera cuestionó el sobreseimiento de Omar Jesús Del Lago por lo que el caso nuevamente será revisado por la Cámara de Apelaciones.