Además Messi, que convirtió a los 11, 36 y 37, se afirmó en la cúpula de la tabla de goleadores de la liga española con 22 tantos.
Así el argentino se robó todo el show de la victoria del Barcelona gracias a esos tres golazos que sirvieron para destrabar un partido complicado.
La única jugada de peligro a favor del Barcelona en el primer tiempo fue protagonizada por Messi, cuando el «Pulga» le robó el balón a Angel Dealbert y definió apenas desviado en el mano a mano contra César.
Ya en el complemento salieron a la luz dos factores que torcieron la suerte del partido: Guardiola ordenó el ingreso de Thierry Henry y apareció toda la magia de la estrella argentina para quebrar la paridad.
Fue entonces cuando a los 11 minutos de la parte complementaria Messi controló el balón en tres cuartos de cancha, dejó en el camino a Banega y Bruno, para después dejar desairado a Dealbert dentro del área con un enganche de zurda y definir con calidad ante la salida de César.
Así como sucedió la semana anterior contra Almería, el rosarino apagó el fuego de la incertidumbre futbolística azulgrana con la supremacía técnica que lo caracteriza.
Y llegó el último cuarto de hora y el show de Messi llegó a su punto máximo. Lio aumentó la cuenta al recibir un balón por la derecha y tal su costumbre, enganchar hacia el medio y definir combado, a media altura, contra el segundo palo.
Y apenas 60 segundos después completó su obra maestra con el tercer pase consecutivo que recibió de Henry y finalizó en la red valenciana.
A los 88’ Guardiola dispuso su reemplazo para que el Nou Camp lo despidiera ovacionándolo y regalándole reverencias para el auténtico Rey del fútbol mundial.
Así Barcelona cumplió con su trabajo y Messi volvió a justificar su reinado en el fútbol de la liga española y, de acuerdo con los premios recibidos a fines del año pasado, también del mundo entero.