Los hermanos José “Chenga” Gómez y Gonzalo Gómez fueron condenados ayer a 22 años de prisión al ser encontrados culpables de retención y ocultamiento agravado para el ejercicio de la prostitución en perjuicio de Marita Verón, la joven desaparecida en 2002 en Tucumán, según dispuso ayer el tribunal encargado de revisar el fallo que los había absuelto. Los hermanos Gómez recibieron las penas más altas al ser encontrados culpables de la desaparición de Marita, mientras que Daniela Milhein y Alejandro González deberán cumplir una pena de 18 años por considerárselos coautores del hecho.
Los otros seis imputados fueron condenados como partícipes necesarios del delito y en esa lista figuran Carlos Luna, Pascual Andrada, ambos recibieron 17 años de prisión; Azucena Márquez, 15 años; Humberto Derobertis, 12 años; y Paola Gaitán y Mariana Bustos, 10.
La sentencia fue dictada por los camaristas Emilio Páez de la Torre, Dante Ibáñez y Juana Juárez, quienes conformaron el nuevo tribunal luego de que la Suprema Corte de Justicia de Tucumán revirtiera el fallo absolutorio de los jueces Alberto Piedrabuena, Emilio Herrera Molina y Eduardo Romero Lascano. El tribunal decidió que todos los condenados esperarán la sentencia firme cumpliendo prisión preventiva, excepto Gaitán, quien cumplirá prisión domiciliaria por 15 días.
Los fundamentos de la resolución se darán a conocer durante una audiencia programada para el 24 de abril próximo.
Susana Trimarco, madre de Marita Verón, dijo ayer sentirse “conforme” con las condenas a los culpables del secuestro y desaparición de su hija, aunque aclaró que “esperaba mucho más” y adelantó que seguirá adelante con su lucha porque el objetivo principal sigue siendo “saber dónde está”.
Los abogados querellantes habían pedido la condena máxima de 25 años de prisión para los hermanos Gómez, Milhein y González, algo que también hicieron los fiscales, mientras que para los otros imputados reclamaron 24 años y seis meses de prisión. “Conseguimos algo después de tanta lucha y encontramos un poco de paz para mi hija, además de justicia para esas otras chicas a las que estos delincuentes les hicieron tanto daño”, señaló Trimarco. “Aquí cerramos una etapa, pero empezamos otra que tiene como finalidad saber dónde está Marita”, indicó la titular de la Fundación “María de los Ángeles”.
Marita Verón desapareció el 3 abril de 2002, cuando tenía 23 años, y desde ese día Trimarco comenzó su búsqueda, tarea que se transformó en un ícono de la lucha contra la trata de personas. Tras ese intenso trabajo, logró que 13 acusados del secuestro llegaran a juicio oral, pero a fines de 2012 el tribunal integrado por los jueces Alberto Piedrabuena, Emilio Herrera Molina y Eduardo Romero Lascano absolvió a los imputados. Los abogados de Trimarco apelaron la sentencia y la Corte Suprema de la Justicia de la provincia modificó el fallo, condenó a 10 de los 13 imputados (absolvió a los hermanos María Jesús y Victor Rivero, mientras que Irma Medina falleció) y dispuso que un nuevo tribunal defina la pena para cada uno de ellos. Trimarco se dedica, a través de la Fundación que lleva el nombre de su hija, a asistir a mujeres que fueron víctimas de la trata y a sus hijos.
«Algo de justicia»
La madre de Marita Verón, Susana Trimarco, consideró ayer: “Algo de justicia hemos conseguido” con las condenadas dictadas contra diez imputados por la desaparición de su hija, aunque señaló que en realidad “esperaba mucho más”. “La verdad es que estamos contentos, algo de justicia hemos conseguido, por Marita y por todos las chicas que sufrieron. Esperaba mucho más pero estoy conforme. No quiere decir que voy a dejar de seguir luchando. Vamos a seguir hasta el día que sepamos qué hicieron con Marita. Ese es el objetivo nuestro”, dijo Trimarco. También expresó su respeto al tribunal que condenó a los imputados, “algo que debieron haber hecho los otros jueces en 2012”, que los habían absuelto, y agradeció el apoyo recibido por la presidenta Cristina Kirchner “desde su condición de gobernante” y de “madre”.
