A fines de 2015 un grupo de militantes lanzó La Tetera, una revista de diversidad y disidencia sexual en formato papel. Desde que los primeros tres números vieron la calle la publicación gratuita no busca bajar línea sobre el colectivo LGTBI sino contar sus historias y las discusiones que lo atraviesan. “Queremos escribir nuestra propia historia y participar del debate político contra el ajuste neoliberal porque no somos una isla” describen sus integrantes. El nombre de la revista viene de la jerga gay de los 70, cuando se popularizaron lugares clandestinos de encuentro sexual. La denominación llegaba desde Estados Unidos donde baño es toilette room, se abrevia “t-room” y suena igual que “tea room”, es decir, salón de té en inglés. Las teteras argentinas fueron una castellanización de ese término y eran espacios donde también se intercambiaba información relevante para un colectivo que durante la dictadura fue prohibido y perseguido. De ese cruce entre el encuentro y la militancia surgió la publicación rosarina que el mes pasado lanzó su página web (latetera.com.ar). Este miércoles invitan a la presentación del libro de cuentos infantiles “Crianzas. Historias para crecer en toda la diversidad”, de Susy Shock. Será a las 18.30 en el Centro de Formación Profesional del Sindicato de Prensa Rosario (Santiago 146 bis).
La idea de hacer un fanzine de este tipo surgió a fines de 2015 de un grupo de militantes del Movimiento Evita que llamó a otros activistas para que fuesen parte. Las primeras reuniones fueron en un momento que los definiría ideológica y políticamente. Con el balotaje primero y el triunfo de Cambiemos después, supieron que la disidencia en una revista de este tipo era sexual y anti-ajuste. Bajo esta premisa surgió la convocatoria a periodistas, escritores, diseñadores y editores. «Todos estamos en contra del gobierno de Mauricio Macri y creemos que la diversidad tiene que ocupar ese lugar. No podés estar al lado de la derecha siendo puto, torta, trava o trans. El neoliberalismo excluye a los marginados y la diferencia sexual siempre fue excluida”, explican a dos años de esa definición los integrantes de La Tetera. Son Gabriel Menichelli, Leandro Barticevic, Julián Fernández, Martín Paoltroni, Laura Hintze, Karla Ojeda y Debora Froucine. El primer ejemplar en papel salió el 10 de abril de 2016.
La elección del nombre es para ellos una definición política. “La revista no es un baño público pero es un lugar de encuentro y de resistencia. Las teteras son lugares prohibidos, no es legal garchar en baños o en parques. Que existan es defender la libertad de nuestros cuerpos. Y cuando vivimos un contexto de recrudecimiento de la violencia hacia la diversidad sexual y de vulneración de derechos no es tiempo de ser políticamente correctos”, contaron a este diario.
Hablarle a pares
“Si bien la revista la pueden leer todos y todas, desde un primer momento hay una intención de hablarle a pares. Queríamos que los colectivos de diversidad tuviesen un producto propio de consumo. Por eso usamos palabras que son de esta cultura y nos salimos de un lenguaje formal”, contaron. Por eso era importante que las autoras y los autores de los textos fuesen también integrantes de esos colectivos. “Si vamos a hablar de las problemáticas de las personas trans, es importante que sean ellas mismas las que escriban o que nos guíen en la escritura. Lo mismo con los temas lésbicos o con cualquier colectivo”, dijo uno de los editores.
Las tres ediciones en papel fueron gratuitas y en un formato chico de fanzine, con la intención de que fuesen fáciles de guardar y de leer en cualquier lado. Se repartieron en barrios, centros culturales y políticos, teteras, zonas de trabajo sexual y en manifestaciones y marchas junto con preservativos.
Para sus autores la elección del papel respondió también al fetiche de colección. “Nos gustaba la posibilidad de guardarlo, atesorarlo y que años después pueda volver a circular como el registro de una época”, confesaron.
Tetera online
Con el lanzamiento de latetera.com.ar apareció la posibilidad de cubrir temas que los sensibilizaban de la agenda pública. Uno de ejemplos más claros se dio con el transvesticidio de Pamela Tabares, asesinada el 25 de julio en un camino rural de Pérez. La cobertura desde la nueva página de La Tetera no sólo incluyó todas las voces sino que fue el espacio para que las travestis tuviesen un espacio de opinión. El foco estuvo puesto en visibilizar que el colectivo trans es uno de los más postergados, discriminados y marginados de la sociedad.
“La web nos da la libertad de subir más textos y de dar nuestra perspectiva de los temas que están en agenda. Pero también podemos salir de la coyuntura y encontrar historias. Como parte de los colectivos tenemos contacto con otras realidades y con relatos que pueden dar cuenta de temas que fueron noticia en la ciudad desde otro lugar”, explicaron.
La página tiene varias secciones. Una de ellas está dedicada a información útil: cómo pueden acceder las trans a los implantes mamarios; cómo actuar ante una discriminación, donde hacerse un test de VIH; qué dice la nueva ley de identidad de género.
Susy Shock presenta su último libro en Rosario
Esta semana La Tetera presenta a Susy Shock con su último libro “Crianzas. Historias para crecer en toda la diversidad”, una serie de relatos donde recrea escenas de la vida cotidiana a partir del diálogo entre una tía travesti llamada Susy y su sobrino Uriel en el conurbano bonaerense. La cita será este miércoles a las 18.30 en el Centro de Formación Profesional del Sindicato de Prensa Rosario (Santiago 146 bis).
Con un claro posicionamiento político en contra de todo tipo de discriminación sexual, racial, de clase y religiosa, la publicación funciona a la vez como un material pedagógico para aprender, por ejemplo, cómo tratar y nombrar a una persona trans, el amor entre personas del mismo sexo, la figura controversial de los curas, y los juegos. Contiene notas entre los cuentos que amplían algunas definiciones de la militancia LGTBI como la Ley de Identidad de Género, Matrimonio Igualitario, Ni Una Menos y Orgullo, así como también expresiones ligadas a la militancia popular y de base.
En el inicio, escribe Susy Shock: “Van estas palabras para las travitas, para lxs niñxs trans… que ojalá les hagamos, de una buena vez, los postres, los abrazos y las canciones de cuna necesarios para que vuelen sus alas”
El libro cuenta con dos prólogos: uno a cargo de la histórica activista trans Marlene Wayar, y otro a cargo de la editora Claudia Acuña. También se incluye una suerte de epílogo a cargo de la autora que es una carta para su maestra de la primaria, la señorita Dolores, y las ilustraciones están a cargo de Anahí Bazán Jara, hija de Susy.
“Crianzas…” apareció por primera vez en 2014 como un micro radial emitido por la Cooperativa de comunicación La Vaca, con 28 emisiones de tres minutos de difusión libre y gratuita.