La Cámara Penal revocó la absolución de un joven y lo condenó a 17 años de cárcel por el crimen de Jonatan Rosales y la tentativa de homicidio de Brisa Ojeda. El ataque contra las víctimas se produjo en junio de 2016 en la zona sur cuando fueron baleados mientras circulaban en moto con su pequeña hija. Brisa logró sobrevivir y se convirtió en un testigo clave. La muchacha contó que el móvil del ataque fue que su pareja se negó a matar a Matías «Cuatrerito» Franceschetti. Por el caso detuvieron a Ariel «Tubi» Segovia que orquestó desde la cárcel una intimidación a Brisa para evitar que participara en una rueda de reconocimiento y terminó con el crimen de su hermana, de 16 años. Tubi fue asesinado en la cárcel a traición y sólo llegó a juicio Elías Emanuel «Zapatito» Benegas, de 25 años, quien fue absuelto en septiembre pasado. Pero los camaristas que revisaron la sentencia entendieron que no se valoró correctamente el testimonio de Brisa, quien identificó a los dos atacantes.
Jonatan Rosales, de 25 años, circulaba en moto la noche del 26 de junio de 2016 rumbo a su casa. Llevaba como acompañante a su pareja Brisa Ojeda, de entonces 18, y su beba de ocho meses. Tomaron calle Ombú, pasaron por bulevar Oroño y a la altura de Paraguay y Piedras se dieron cuenta que los seguía un automóvil. Rosales tomó por Padre Giaccone y a la altura de 1300 –entre Paraguay y Corrientes – el auto los chocó.
Las víctimas cayeron a una zanja y en esas circunstancias el acompañante del conductor del auto disparó al menos en cinco oportunidades. Jonatan recibió varios proyectiles en el abdomen, piernas y tórax y murió en el lugar. La pequeña resultó ilesa y Brisa quedó herida por un plomo en la pierna.
Desde un primer momento, la joven contó que conocía a los agresores. Eran amigos de su pareja y cuando había partido de fútbol donde Newell´s era local coordinaban para llevar gente a la cancha. Brisa explicó que todo había cambiado tres meses antes del crimen cuando Tubi le pidió a Rosales que matara al Cuatrerito Franchetti, quién había asumido la jefatura del paralavanchas leproso y su pareja se negó. Al Cuatrerito ejecutaron a balazos frente a la puerta 6 del estadio de Newell´s a principios de junio de 2016 y por el hecho hay dos condenados.
Tubi
Por el crimen de Jonatan Rosales, fueron detenidos e imputados Zapatito Benegas, arrestado en septiembre de 2016 cuando fue a la cancha de Newell´s a ver un un partido contra Atlético de Tucumán.
Mientras que Tubi Segovia, quedó tras las rejas cuando llegó herido al hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), a principios de octubre de 2016 tras un ataque en Avellaneda y Mosconi. Una versión policial refirió que ofreció un millón de pesos a los pesquisas para lo dejaran ir.
Tubi asociado con el clan de Alexis Caminos y archienemigo de Lautaro «Lamparita» Funes, fue asesinado en la cárcel de Coronda a traición por sus propios compañeros en abril de 2018.
En cambio Zapatito llegó a juicio oral y en septiembre de 2019 fue absuelto el 20 de septiembre pasado por los jueces de primera instancia Facundo Rodrigo Becerra, Ismael Manfrín y Juan Carlos Curto.
El fallo fue apelado y revisado por los camaristas Gustavo Salvador, Carolina Hernández y Gabriela Sansó. El tribunal de segunda instancia focalizó su análisis en el testimonio de la única testigo presencial y víctima del hecho: Brisa Ojeda. Explicaron que si bien el tribunal de juicio consideró creíble el testimonio de Brisa lo desestimó al momento de la individualización de los atacantes. Para los camaristas lo más criticable fueron los argumentos con los que se desechó la sindicación principalmente por la falta de luz en el lugar.
Brisa contó que al llegar a Paraguay y Piedras vio venir el auto por Paraguay cuyo conductor hizo una maniobra para doblar pero luego le fue encima.
En ese momento dijo que vio a los ocupantes del auto y sostuvo que los conocía. Aseguró que los vio porque la ventanilla del acompañante estaba baja y las luces de la moto la ayudaron. La joven agregó que en el auto estaban: Tubi Segovia en el volante y Zapatito en el asiento del acompañante. El auto hizo marcha atrás y les dio paso pero hicieron media cuadra y los chocaron.
Para los camaristas, el análisis de la prueba no podía escapar al contexto de violencia y de conocimiento previo entre víctimas y victimarios “que, vale remarcar, en la actualidad resultan cada vez más comunes y en donde se pone el acento no sólo en lo relativo a disputas de bandas, grupos o sectores, sino también a la desconfianza que se genera en la autoridad prevencional y que influye directamente a la hora de considerarla depositaria fiel de las primeras impresiones que se recaban de un hecho ilícito, tal como lo refiriera la víctima que aconteció en el caso”, fueron las consideraciones de los camaristas que plasmaron en el fallo.
“Tiene vital importancia puesto que la teoría del caso del Acusador se sustentó en que, independientemente de las condiciones ambientales en donde se desarrolló la persecución y el posterior hecho de ataque a tiros, las circunstancias de conocimiento previo entre víctima y victimarios, como así también sabedores aquellos del rencor que éstos últimos les tenían por cuestiones de disputas de bandas, hacían factible que Rosales y Ojeda presumieran de un eventual intento de ataque como el que se perpetró en su perjuicio, lo que conllevaba puntualmente a una probable previsión de que aconteciera lo que finalmente sucedió”, continuaron los vocales.
Para los jueces de Segunda Instancia, el testimonio de Brisa no puede valorarse por fuera de ese contexto y su falta de ponderación generó un “efecto derrame” en el resto de la prueba. El tribunal recordó que Brisa declaró en juicio que no había dicho nada a los uniformados en el hospital porque Tubi trabajaba con la Policía. “Ellos (por Tubi y Zapatito) les pagaban”, aseguró.
El crimen de Lorena
Los vocales rememoraron que Brisa sufrió un segundo atentado contra su vida en diciembre de 2016 cuando un grupo de tiratiros llegó a su casa en Vera Mujica al 2900 y tras llamarla, asesinaron a su hermana Lorena, ya que había sido la que se asomó para ver quién era.
La investigación por ese homicidio determinó que Tubi Segovia, al enterarse de una rueda de reconocimiento a la que sería sometido organizó por vía telefónica y desde la cárcel, un “apriete” contra Brisa que terminó con el crimen de Lorena. La chica agonizó 36 días en el Heca hasta que finalmente murió por las heridas recibidas.
El abogado de Tubi, Marcos Cella fue condenado por un acuerdo abreviado por una participación secundaria en el homicidio tras suspender la medida sabiendo que su cliente prepararía actos intimidatorios hacia Brisa para evitar su participación en la medida.
Por el crimen de Lorena fueron condenados Cristian Mario González y Fernando Andrés «Andy» Caminos. También fue imputado Adrián «Cable» Solís por un aporte secundario en el hecho.
Los camaristas entendieron que fue crucial el testimonio de Brisa e hicieron una lectura global de la evidencia, por lo que resolvieron revocar la absolución y condenar a 17 años de cárcel a Elías Emanuel «Zapatito» Benegas por el delito de homicidio y tentativa de homicidio, ambos agravados por el uso de arma de fuego y portación.
Interna de la barra leprosa: absuelven a Zapatito por el crimen de Rosales