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En Santo Tomé

Ricos delincuentes: acaudalado empresario le robaba a sus vecinos del country Altos de la Ribera

Una de las víctimas colocó cámaras en el interior de su vivienda y lo atraparon. El detenido, perteneciente a una compañía conocida en todo el país, había acusado antes a un jardinero por otro hurto, y también a residentes del barrio cerrado. Tras la primera denuncia en su contra, apareció otra


Cercados y con vigilancia, los barrios cerrados pretenden ser el refugio de los adinerados que pueden costear una propiedad y los onerosos servicios de seguridad del predio. Pero todas las medidas son inútiles cuando el ladrón es un residente. Es lo que se descubrió en el country Altos de la Ribera, al norte de la cuidad de Santo Tomé, cerca del ingreso a la capital santafesina. Un acaudalado empresario quedó detenido luego de que una de sus víctimas colocara cámaras de video en el interior de su vivienda al notar faltantes sucesivos de dinero, joyas y otras pertenencias. Así lo identificaron. Después, se conocieron otros pormenores: el apresado había acusado tiempo atrás a un jardinero por los hurtos en el predio, y antes hizo lo propio con otros propietarios del complejo.

La saga que terminó con el sorpresivo descubrimiento se inició hace poco más de un mes. Un vecino del country, de 80 años y dueño de una distribuidora, notó sucesivos faltantes de dinero y objetos de valor en su vivienda. Día tras día. Luego de descartar posibles confusiones u olvidos propios de la edad, junto a sus hijos decidió instalar cámaras de seguridad camufladas dentro de la propiedad. Así pudo identificar al empresario Lucas N., su vecino integrante de una compañía conocida a nivel nacional, como quien ingresaba cuando no había nadie para llevarse pertenencias. Lo siguiente fue exponer el hecho en un Centro Territorial de Denuncias.

 

“Pensábamos que le estaba pasando algo, por su edad. Hasta lo llevamos a un neurólogo, porque le dábamos las cosas y a los tres días ya no estaban”, relató Gabriel Gómez, hijo de la víctima. En un principio, no miraban las grabaciones, dijo, por falta de tiempo. “Hasta que revisamos las cámaras y vimos lo que vimos. Nos queríamos morir. Teníamos al choro más grande de Santa Fe adentro de la casa”, describió el estupor.

En su denuncia, la familia informó el robo de 20 millones de pesos, 15.000 dólares, anillos y relojes de oro, además de bebidas. Según Gabriel, Lucas N., que vive en la propiedad lindera, esperaba que su padre saliera para entrar y llevarse “todo lo que quería, incluso la recaudación de nuestro negocio”.

Luego del aporte de las imágenes y el testimonio de la víctima, la fiscal Rosana Marcolín ordenó el allanamiento de la casa del acusado y su detención, concretada este miércoles. En el domicilio, de acuerdo a las primeras informaciones, sólo encontraron tres botellas de vino alta gama que en principio son parte de lo robado. Los efectivos policiales lo abordaron cuando estaba por ingresar a su vivienda, no ofreció resistencia y franqueó el ingreso mediante la huella digital en la cerradura electrónica.

Tras la primera denuncia, otro vecino se presentó ante la policía para denunciar el robo de dinero en efectivo y joyas que guardaba en un ropero de su casa. Y ante la pregunta sobre sospechas, respondió: “Solo puedo decir que vi en ocasiones a un hombre llamado Lucas N. en mi vereda, que vive a dos cuadras de mi casa”.

 

Un vecino indeseable

El presidente de la Sociedad Anónima Country Altos de la Ribera, Martín Riveros, narró una seguidilla de hechos que tienen al detenido como protagonista. “Hace tres meses que en la administración del barrio recibimos mails de vecinos que aseguran que les faltó dinero en sus casas”, contó a la radio Aire de Santa Fe.

Admitió que el caso pone en entredicho la presunción de que los delincuentes quedan afuera, y las medidas de seguridad diseñadas bajo ese supuesto. “Uno va a un barrio cerrado porque tiene miedo de la inseguridad, tiene miedo de que lo asalten. Y resulta que la hipótesis de conflicto no estaba afuera. Cada vez que teníamos un problema de este tipo, hablábamos con la seguridad y nos preguntábamos por dónde podían haber entrado los ladrones”, repasó. “Poníamos más luces, más rejas, más alambres. Pero el ladrón no entraba por ahí”, reconoció.

En torno a los mismos preconceptos, Riveros apuntó que hay un jardinero detenido porque el mismo empresario acusado de los recientes robos lo había señalado como quien había robado dinero en una de las viviendas del country. “La víctima del robo le creyó a este empresario porque son amigos”, agregó el administrador.

Y hay más. Riveros recordó que en 2021, el mismo Lucas N. denunció que ladrones habían ingresado a su casa, y por eso señaló a todos los vecinos del country como culpables. El año pasado, para sumar a sus antecedentes, lo acusaron de haber amenazado con un arma de fuego a un vecino, en una de las calles del barrio, por una discusión menor.

 

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