Deportivo Riestra logró el ascenso a la B Nacional por primera vez en su historia y Comunicaciones dejó una enseñanza a toda la sociedad futbolera con su comportamiento antes, durante y después de la final del Reducido de la B Metropolitana, que se completó este jueves a puertas cerradas en la cancha de Defensores de Belgrano, tras la suspensión por incidentes a falta de cinco minutos, el domingo pasado en el Bajo Flores.
En un tiempo de tres minutos y otro de dos, el juego arbitrado por Paulo Vigliano se completó sin alteraciones en el marcador, con el mismo 2-0 que se registraba en favor de Riestra cuando se desató el escándalo y la vergüenza cuatro días atrás.
En la reanudación, Comunicaciones necesitaba marcar un tanto para forzar la definición a la tanda de los penales, debido a su triunfo 1-0 en el partido de ida, jugado el domingo 23 en el estadio de Deportivo Español.
El equipo de Alejandro Orfila buscó con desesperación ese gol pero no tuvo opciones claras en el fugaz partido, pese a colocar tres veces la pelota en el área rival durante el primer tiempo y disponer de un tiro de esquina en el segundo.
No hubo milagro pero, lejos de un estado de furia, los futbolistas del club de Agronomía asumieron el final de la historia con una altura admirable, acaso inspirados por el mensaje de Marcelo Bielsa que mostraron en una bandera antes del pitazo inicial.
«El juego fue creado para superar al rival valiéndose de la belleza de los elementos que tiene el propio juego, y no para sobrepasar su reglamento, buscando sacar ventajas para superar al rival», fue la enseñanza rescatada por el plantel del Cartero en respuesta a las trampas que mancharon la definición de la B Metropolitana.
Es que el domingo, cuando Riestra conseguía el ascenso pero sufría el asedio de su rival, el futbolista Leandro Freyre, que no había sido convocado, ingresó al campo de juego encapuchado, con vestimenta el club, con la clara intención de interrumpir el partido, que fue suspendido minutos después cuando allegados e hinchas locales se sumaron a la invasión.
Un día después, con imágenes fotográficas aéreas, se comprobó que Riestra había agrandado las área de su cancha para sacar rédito en la final revancha, en la que debía remontar el 0-1 del primer partido.
«Esperemos que alguna vez las cosas cambien, nosotros las hicimos bien, como se deben hacer. No invadimos, no agrandamos las áreas y no sacamos ventaja», se diferenció Lucas Banegas, defensor y capitán de Comunicaciones.
El plantel del Cartero llegó al estadio de Defensores de Belgrano envuelto en algarabía, dispuesto a liberarse de toda la contaminación de este partido, con la esperanza de lograr la epopeya. No la alcanzó, pero asimiló la situación sin revanchismo.
Los jugadores saludaron a sus rivales en la mitad de la cancha y después los despidieron con aplausos, en un gesto por demás loable.
Los futbolistas de Riestra festejaron el ascenso con mucha discreción y se concentraron en los méritos acumulados durante la temporada, al margen de lo sucedido el domingo en su propio estadio.
Es que el logro deportivo, merecido o no, adquirió un sabor agridulce después de la dura sanción que la aplicó el Tribunal de Disciplina de la AFA el martes pasado. Porque en su primera participación en la B Nacional, de la próxima temporada, deberá remontar un descuento de 20 puntos y jugar durante las primeras diez fechas fuera de su cancha.