Rosario Central ingresa en una semana importante a la hora de conformar el plantel para el próximo año. Dos de los refuerzos de jerarquía solicitados por Edgardo Bauza definirán su llegada o no, aunque en ambos casos las posibilidades son distintas.
Por un lado está Fabián Rinadudo. El volante de Gimnasia era un deseo del Patón desde su llegada en junio, pero no pudo ser en el mercado de pases pasado, y la dirigencia confía que ahora se concrete.
“Sólo faltan algunos detalles”, confían desde Arroyito. La operación rondaría el millón de dólares, una cifra alta para un jugador de 31 años, pero Bauza considera que puede ser muy importante.
El otro refuerzo que esperan en Central es Jarlan Barrera. El volante ofensivo colombiano fue uno de los primeros apuntados por Bauza y el Director Deportivo Mauro Cetto junto a un abogado del club habían conseguido un precontrato, ya que su vínculo con Junior recién finalizaba el 31 de diciembre.
Pero el entorno de Barrera no se manejó con prolijidad y apareció otro contrato con Tigres de México, lo que generó enojo en Arroyito, y muchas dudas.
Y esas dudas se incrementaron con las declaraciones de Barrera esta semana en Colombia. El jugador fue muy claro: “La próxima semana definiré si voy a jugar a Central o Tigres”. Y en ese análisis, el jugador expuso que analizará lo deportivo, pero también cuál es el mejor lugar para que viva su familia.
Obviamente si Barrera decide ir a Tigres, la dirigencia de Central seguramente lo demandará por el contrato firmado que ya fue corroborado como genuino ante peritos calígrafos en Capital Federal, aunque en esa constatación se comprobó que también era genuina la firma en el vínculo preliminar con Tigres.
En caso de una negativa de Barrera, la dirigencia apuntará a otros nombres de volantes ofensivos, aunque por ahora no trascendieron nombres ya que en Arroyito confían en que el colombiano cumpla con lo pactado.