Una tal Larissa Riquelme apareció un día entre los hinchas de Paraguay, en las inmediaciones de un estadio sudafricano en el último mundial de fútbol, alentando al equipo guaraní con su celular asomando entre sus pechos. Esa imagen recorrió el mundo.
La imagen de esa morocha exhuberante absolutamente desconocida pero de prominente escote comenzó a dar vueltas alrededor del mundo. El tiempo, la fama inmediata, el dinero y los negocios hicieron el resto. Su cara y sus curvas se hiceron famosas en todo el planeta.
Hoy, esa morocha es la imagen de importantes empresas de celulares en Paraguay, México, Colombia y Bolivia, firmó un contrato de cien mil dólares por dos años como exclusiva de Playboy, y además fue tentada por Marcelo Tinelli para participar del Bailando 2011.
Pero aún así las oportunidades no terminan, tiene muchas otras, y algunas, claro, no son de su preferencia. Así lo hizo saber en una entrevista de la revista Viva, en la cuál admitió:
“Me ofrecieron hacer pornografía pero dije que no. Fue en Estados Unidos. Les dije: ‘Amigos, pornografía no es lo mío’. A Estados Unidos queremos ir para el lado de Hollywood, no para el porno. Quiero llegar como actriz”, disparó la modelo. Aunque será un camino más complicado.
¿Llegará? Es la pregunta que se hace todo el mundo.