El mediocampista de Boca Juan Román Riquelme sufrió un pequeño desgarro en la cara posterior del muslo izquierdo, que podría marginarlo del partido de ida frente a Corinthians por la Copa Libertadores e incluso del Superclásico, previsto para el domingo 5 de mayo.
Riquelme abandonó este domingo el estadio «La Bombonera» antes de la finalización del encuentro frente a Belgrano para realizarse estudios por la molestia muscular que obligó a su reemplazo a los 29 minutos del primer tiempo.
El resultado de los exámenes dejó en evidencia que sufrió un desgarro de tres milímetros, lo que enciende una luz de alarma ya que este jugador volvió a la actividad justamente para colaborar en el rescate futbolístico del equipo, que ya en verano mostraba dificultades en su funcionamiento.
Este lunes comenzaba el tratamiento intensivo de recuperación, con vistas de que pueda estar disponible el miércoles 1 de mayo en el cotejo de ida frente al campeón defensor de la Copa Libertadores de América, Corinthians, por los octavos de final del certamen 2013.
Cuatro días después se jugará el Superclásico del fútbol argentino, también en el estadio de la ribera, por la duodécima fecha del Torneo de Fútbol Final.
La campaña de Boca es pobre en el certamen local y el equipo no termina de conformar con su rendimiento en la Copa.
Otra cara de la realidad futbolística de Boca está dada por los serios incidentes que se produjeron ayer en la desconcentración de los plateístas.
El público boquense se enojó por haber sido retenido media hora después de la finalización del encuentro con Belgrano, por disposiciones de seguridad.
La medida había sido difundida con insistencia por el departamento de prensa de Boca, pero los asociados evidentemente no la aceptaron.
Antes, los plateístas se habían enfrentado con «El Jugador Número Doce», porque taparon sus cánticos insultantes para los futbolistas.
Desde la tribuna, los «barras» dedicaron gestos amenazantes a los plateístas, según pudo ser comprobado desde el palco de prensa.
