Sebastián Driussi, volante ofensivo de River, continuará internado en un centro asistencial de la ciudad de Buenos Aires, a raíz de «fuertes dolores de cabeza» que obligaron a su derivación desde el Monumental, cuando ni siquiera pudo participar del entrenamiento que efectuó el equipo de Marcelo Gallardo.
El juvenil proseguirá siendo monitoreado en el Sanatorio Los Arcos, del barrio de Palermo, a partir de que se mantiene un agudo cuadro de cefalitis.
Al juvenil, integrante del seleccionado Sub 20 de la Argentina que disputará el Mundial de Nueva Zelanda, se le practicó un análisis de sangre que dieron «resultados positivos», según confió una fuente médica de la entidad de Núñez.
«Se le hicieron una tomografía computada y un encefalograma» informó el vocero que explicó que el jugador también padece trastornos «gastrointestinales». Los médicos Pedro Hansing, está a cargo del plantel, y Luis Seveso, también trabaja en el club, acompañan a Driussi (quien anoche concurrió al hospital Ramos Mejía para tratarse de dolores de cabeza) en el centro asistencial.
Si bien todavía no fue determinado el diagnóstico se presume que el malestar que aqueja a Driussi está vinculado a la situación que se vivió en la noche del jueves en la Bombonera, en la revancha copera entre Boca y River, por la Libertadores.
Ese encuentro tuvo que ser suspendido a la finalización del primer tiempo, debido a que jugadores visitantes, fueron alcanzados por una bomba de gas compuesta por un elemento tóxico y no pudieron seguir jugando.
Los afectados inicialmente fueron Matías Kranevitter, Leonel Vangioni, Ramiro Funes Mori y Leonardo Ponzio.