Después de la primera victoria del año Héctor Rivoira transita una de las semanas más tranquilas desde que asumió como entrenador canalla. El Chulo es consciente que aún tienen mucho camino por recorrer para llegar al objetivo, pero sabe que el triunfo del sábado ante Belgrano le dio un respiro de aire fresco para lo que vendrá.
“Cuando ganás se ve todo desde otra óptica, no para nosotros. Este es un equipo que genera situaciones y tiene volumen de juego. Yo sigo pensando como en el principio”, sentenció Rivoira en su primera respuesta. Y más tarde agregó: “Es injusto que este equipo tenga este puntaje”.
Al ser consultado sobre el rendimiento de los futbolistas, el Chulo expresó: “Hay que morir con los jugadores”.
A la hora de hablar del encuentro ante el Pirata, el Chulo remarcó: “En general el equipo estuvo muy bien. Fuimos sólidos en defensa, ya que Belgrano casi no nos inquietó. Después nos aferramos al 2 a 1 por las ansias que teníamos de ganar”.
Más allá de la victoria conseguida ante el conjunto cordobés, Rivoira comentó: “Tenemos la misma convicción que antes”.
—¿Qué tan tranquilo estás después de haber conseguido la primera victoria?
—Cuando se gana las caras son diferentes. Para nosotros es muy importante empezar a pagar la deuda que tenemos con los hinchas. Sabemos que sufren a la par nuestra. Además es importante por la autoestima.
—¿Te jugabas la continuidad en el partido del sábado?
—Los medios instalaron que yo podía hacer algo. Yo tengo el apoyo constante de la comisión y esto termina en junio. Sinceramente yo no pensé en nada. Yo quería ver el contagio de los jugadores y de la gente. Con los hinchas me siento bien, siento cariño por parte de los hinchas. No me pongo a pensar si perdíamos. La verdad es que pienso todo lo contrario. La respuesta de los jugadores es fundamental y hay que morir con ellos. No me siento insultado por la gente.
—¿Mirás a cuántos puntos están de los equipos de arriba?
—Nosotros tenemos que mirar lo nuestro. No sirve de nada mirar a los demás si nosotros no ganamos. Acá hay que ganar y nada más. Si ganás se potencian un montón de cosas. El equipo tiene una buena proyección y hay que seguir sumando, esa es la única manera.
—En el partido del sábado se vio que terminaron muchos jugadores acalambrados. ¿Es difícil jugar con este nivel de tensión?
—Hay mucha ansiedad. Es tanto lo que queremos darle a la gente y a nosotros mismos que a veces eso te juega en contra. Y eso hace que tengamos un desgaste mayor. Estoy orgulloso de ellos porque dejan hasta la última gota de sudor en la cancha.
