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Roban banco con una nota

Los ladrones presentaron al gerente un papel escrito en el que le pedían que entregara $350 mil para no lastimar a nadie. Terminaron por llevarse $70 mil de las cajas. Estuvieron en la sucursal sólo 6 minutos.

Dos ladrones robaron ayer, sin disparar un solo tiro, unos 70 mil pesos de la sucursal del barrio porteño de Almagro del Banco Supervielle, luego de ingresar por una puerta de servicio y entrevistarse con el gerente, a quien le exhibieron una nota en la que le advertían que se trataba de un asalto y que siguiera sus instrucciones.

Fuentes policiales informaron a Télam que el hecho sucedió a las 8.52 de ayer en la sucursal situada en Diaz Vélez 3916, en el barrio porteño de Almagro, donde los delincuentes pretendieron llevarse 350 mil pesos que creían que iban a entregarse en el banco y, como aún no estaban disponibles, optaron por robar el dinero de las cajas.

Un vocero de la pesquisa detalló que el episodio comenzó ocho minutos antes de que el banco abriera las puertas al público, cuando en el acceso principal que da a la calle Díaz Vélez había varios jubilados que hacían cola para cobrar sus haberes.

Además, según explicaron las fuentes, había policías de la seccional 9ª que cubren el ingreso a la sucursal, en la vía pública.

En estas circunstancias, dos hombres –uno vestido con ropa similar a la policial y otro con traje y corbata– se  aproximaron a la puerta de servicio de la entidad que da a la calle Medrano y le dijeron a un vigilador privado que iban a ver al gerente, a quien llamaron por su nombre de pila.

Según los voceros, el vigilador, que hacía sólo 10 días trabajaba allí cubriendo una vacante, le avisó por un interno al gerente que dos personas lo buscaban.

El bancario, que según los voceros tiene una oficina vidriada que da a la calle, miró hacia afuera y le dijo que los dejara pasar.

Una vez en el despacho del gerente, los dos hombres sacaron de un maletín una hoja escrita y se la exhibieron.

Los informantes explicaron que se trataba de un listado de instrucciones a seguir, que constaba de siete puntos, entre los que le advertían, entre otras cosas, que se trataba de un asalto y que se quedara tranquilo si no quería salir lastimado o que alguien resultara herido.

En el mismo escrito, los delincuentes le manifestaban sus intenciones de llevarse una suma de dinero –cerca de 350 mil pesos– que sabían que iban a entregarse en esa sucursal.

Si bien inicialmente las fuentes dijeron que los asaltantes, al parecer, querían llevarse dinero que un camión de caudales había dejado en los cajeros, voceros de la pesquisa aclararon que en realidad tenían información sobre el ingreso al banco de otra cantidad de plata.

El gerente les explicó que ese dinero aún no había sido entregado y que si querían obtenerlo debían esperar cerca de 40 o 45 minutos, lo que significaba que para entonces estarían abiertas las puertas al público y habría un mayor movimiento de policías.

Los asaltantes optaron entonces por apoderarse del dinero que había en las cajas de atención al público, para lo cual le ordenaron primero al gerente que llamara al personal de seguridad privada que estaba en la puerta de servicio y que hiciera salir de la torrecilla al vigilante que custodia el interior de la entidad.

El gerente acató las órdenes y los vigiladores fueron reducidos y desarmados por los ladrones, que se apoderaron de unos 70 mil pesos de las cajas, que guardaron en un maletín para luego huir a pie, dos minutos antes de que el banco abriera sus puertas a los clientes.

Enterados del hecho, policías de la seccional 9ª que custodiaban la entrada principal irradiaron un alerta y varias patrullas montaron un operativo en la zona en busca de los delincuentes, que al cierre de esta edición permanecían prófugos.

Los investigadores procuraban obtener de las cámaras de seguridad del banco las imágenes de los delincuentes, que actuaron a cara descubierta y sólo uno de ellos estaba armado.

Las fuentes dijeron que se investiga, además, una serie de irregularidades cometidas por el personal de seguridad del banco, entre ellas dejar pasar a dos personas sin ningún tipo de control al interior del banco y antes del horario de apertura.

Además, resaltaron los pesquisas, se investiga por qué el vigilador que estaba en la torrecilla –ubicada en el interior del banco– acató la orden de salir de ella cuando es algo que está expresamente prohibido, ya que justamente su permanencia allí es lo que permite alertar ala Policíade un robo mediante la activación de una alarma.

El gerente de la sucursal declaraba sobre lo sucedido, y su testimonio era considerado clave para los pesquisas que procuran dar con los delincuentes.

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