El Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel fue víctima de un robo en su propia casa el jueves por la tarde en San Isidro. Varios sujetos aprovecharon que el nieto de Pérez Esquivel, un joven de 18 años, sacaba la basura para entrar a la vivienda y lo redujeron. En su interior lo mantuvieron de rehén esperando la llegada del Nobel de la Paz y su esposa. Cuando arribaron en su auto, hicieron bajar a la mujer del vehículo y la amarraron en una habitación.
Se llevaron gran cantidad de objetos de valor, condecoraciones de Estados Unidos, Bolivia, Japón, República Dominicana, además de joyas, dinero, entre dólares y pesos, y teléfonos celulares, declaró Adolfo en diálogo con la prensa.
También expresó que «eran gente muy organizada». «Tenían el pelo muy recortado, podrían ser policías, puede ser un mensaje para mí era gente muy organizada», dijo Pérez Esquivel.
El dirigente relató que «la casa estaba marcada, el día anterior se metió una mujer violentamente en casa» y observó la vivienda.
Dijo que la desconocida llegó con una boleta correspondiente a una propiedad situada en otra cuadra: «Mi nieto le indicó dónde tenía que ir, pero se fue para el otro lado», añadió.
Relató que los tres asaltantes eran «gente que hablaba bien, educada», hombres de «alrededor de 30 años»: «Unos tenían el rostro cubierto, pero otro me decía que no los mire».
Pérez Esquivel indicó que «decían que tenían armas pero no las exhibieron, tenían guantes, fue un operativo bien organizado» y si bien advirtió que el trato fue «correcto», explicó que lo maniataron junto a su mujer e hijo.
Pérez Esquivel confirmó que recibió una comunicación del ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, luego de que denunciara el hecho.
«Cuando se fueron nos dejaron atados», puntualizó el Premio Nobel de la Paz, quien precisó que «no hubo agresión física, sí nos zamarrearon».