Roberto Sukerman viene de cuatro años plenos de gestión. Después de la ajustada derrota en las elecciones de 2019 para la intendencia de Rosario, participó de la gestión de Omar Perotti, primero como ministro de Trabajo en plena pandemia y luego como ministro de Gobierno. Se fue por diferencias con el gobernador y su destino fue la jefatura de Gabinete del Ministerio de Trabajo de Nación. En estos últimos años recorrió la geografía santafesina y nacional y hasta escribió un libro. Hace pocos días materializó un acuerdo para que él desde el peronismo y Juan Monteverde desde Ciudad Futura presenten una propuesta electoral en común. Entusiasmado con el armado, también advierte a quienes se quieran sumar: «No es una cuestión de «ah, che, quiero ser candidato a intendente, voy al espacio que conformaron Sukerman y Monteverde». No, ¿qué traes? No te vengas a comer el asado de garrón». En los últimos días fue noticia también por unas pintadas antisemitas en su contra, con lo que comenzó el diálogo con El Ciudadano: «Lo que traté es comunicar no puntualmente lo mío, sino tratar de que sobre esa anécdota se pudiera hacer una análisis más general. Y mucho más constructivo que alguna cuestión autorreferencial».
—¿Cuál es ese análisis?
—Ese análisis es que hay todo un discurso de odio fomentado por determinados medios, determinados sectores políticos. De hecho, el intento de magnicidio de la ex presidenta, de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner tiene que ver con eso.
—Se van corriendo los límites, ¿no?
—Sí, absolutamente, por eso me conmovieron particularmente las palabras de (la ex vicegobernadora) Griselda Tessio en la presentación del Frente Soberanía, donde están distintos sectores progresistas que no quieren estar en el frente de frentes. El audio empieza hablando de los discursos de odio, de estos sectores que hoy están teniendo predicamento en la población, de Milei y de otros sectores que aparentemente se quieren aliar, como es el macrismo, que están ahí coqueteando. Y de ahí pasó a solidarizarse con lo que a mí me pasó, y la verdad es que fueron palabras que me emocionaron, aparte viniendo de una persona con la cual yo nunca estuve. Obviamente que uno valora las palabras de las personas con las que uno está, pero por supuesto que valora aún más la palabra de una persona como Griselda Tessio, por su trayectoria, por venir de un espacio político distinto, por lo que ella significa, y por no conocerla personalmente, la verdad es que me llenó de satisfacción.
—¿Cómo fue el armado de este nuevo frente con Ciudad Futura?
—Nosotros nos propusimos con Juan (Monteverde) y con Ciudad Futura poder concretar este espacio con un camino que veníamos recorriendo desde el 2018, cuando arrancamos con lo que se llamó “Diálogos Abiertos”, donde también había otros sectores del peronismo, algunos sectores disidentes del socialismo, y el sector de Carlos Del Frade. En el 2019 estuvimos a punto de poder hacer un acuerdo, no se dio y esa división de votos benefició a (Pablo) Javkin, porque yo saqué el 33 por ciento, perdí por un punto y medio, y Monteverde sacó 15. Con el 10% de lo que sacó Juan podría haber ganado la elección. Por un lado, indudablemente, pasó el tiempo y nos damos cuenta que tenemos más coincidencias que diferencias. Las diferencias pueden ser cómo tienen que ser los caminos para llegar a determinados lugares. Pero no difieren mucho los lugares a los cuales queremos llegar, en el sentido de los objetivos que tenemos para la ciudad: un modelo totalmente distinto de ciudad que tenemos y se dio en estos 40 años, más allá de que hubo claramente, más allá de que hubo con Cavallero, con Binner, y hasta en algún momento con Lifschitz, cosas que uno valora y que reconoce y que reivindica, más allá de las diferencias. Así como uno puede valorar esas gestiones también, con el transcurso del tiempo y determinadas decisiones que se tomaron, también somos muy críticos. Y nosotros no es que armamos un frente anti, como entendemos que en realidad es el frente de frentes. Nosotros armamos un frente con ideas, con propuestas. Con Juan hemos sido concejales, hemos sido candidatos a intendente, ninguna otra cosa hicimos, más allá de que a mí me tocó cumplir otras funciones en otros ámbitos. Siempre fuimos candidatos en la ciudad, y tenemos proyectos para la ciudad, trabajos, investigaciones, y tenemos recorrido, trabajo territorial, una visión común de lo que está pasando. Y no es que dijimos: “Vamos a unirnos nosotros porque se unen ellos”. En realidad es la consolidación de algo que viene dándose con el transcurso del tiempo.
—¿Puede haber más candidatos en este frente que armaron?
—Sí, por supuesto que puede haber más candidatos. Lo que yo creo es que no es una cuestión de candidaturas. Es una cuestión de una construcción. El tema no es ver si alguien quiere ser candidato a intendente. El tema es ver qué trae ese candidato o esa candidata a intendente. Es decir, a nosotros nos costó mucho llegar a este acuerdo, tiempo, trabajo de nuestros equipos. Y tampoco queremos hacer lo que hacen los otros, una ensalada para sumar. Nosotros realmente queremos que el que gane la interna gane la intendencia y sea un gobierno de coalición, un gobierno donde puedan fluir y concretarse las mejores ideas de los distintos espacios. No es una cuestión de: “Ah, che, quiero ser candidato a intendente, voy al espacio que conformaron Sukerman y Monteverde”. No, ¿qué traes? No te vengas a comer el asado de garrón. Si te vas a sentar en la mesa, trae el vino, el postre. Alguien que venga a enriquecer lo que nosotros venimos enriqueciendo. No que ya está el asado servido, vengo, me siento y como. Me parece que estamos planteando una cosa seria, una propuesta superadora, es un acuerdo inédito para la ciudad. No queremos que sea una avivada de alguien que diga: “Che, yo me sumo ahí al fueguito”. Si no que diga: “Yo vengo con estos proyectos, vengo a hacer este aporte, para sumarme a esto”. Justamente queremos abrir, ampliar, no cerrar.
—Hasta ahora están sólo ustedes.
—Hasta ahora estamos nosotros dos, con una clara vocación, insisto, que tiene que ver con una trayectoria. No es que un día nos despertamos y dijimos: “Ah, yo quiero ser candidato a intendente”. Está claro que nosotros de alguna manera estamos transmitiendo un mensaje a otros que creen que ser intendente de Rosario es la segunda opción, es un premio consuelo, o a los que creen que los problemas de Rosario no se solucionan desde Rosario. El que venga, que venga con muchas ganas de aportar a este espacio, un espacio maduro, serio, responsable, que tiene la aspiración genuina de conformar una cosa nueva en la ciudad.
—La expectativa electoral que tiene este frente, integrado por el peronismo, no es la misma expectativa electoral que por estas horas tiene el peronismo en otros distritos.
—Sí, también tiene que ver con quiénes podemos protagonizar este tipo de acuerdos, y quienes protagonizamos esta representación política en cada lugar. Yo, por un lado, llamo a todos los dirigentes del campo nacional y popular a abrir la cabeza, el corazón y los brazos, y hacer esta unidad hasta que duela, una unidad con distintos sectores del campo nacional y popular, porque estoy convencido de que nosotros tenemos propuestas que benefician a la población, en detrimento de otras propuestas políticas que van a ser muy dolorosas y muy graves para el país y para la población. Por un lado, lo que tiene que suceder es que el FdT, por ejemplo a nivel nacional, debe encontrar una lógica de acuerdo. Primero dentro de la propia coalición de gobierno. Esto es urgente, en realidad esto ya tendría que haber pasado.
Yo soy muy crítico de cómo el FdT llevó adelante las diferencias. Esto de las peleas a cielo abierto. Esto de que parece una serie con capítulos de distintas peleas. Esto no le ha hecho bien al gobierno ni le va a hacer bien a una estrategia electoral para el 2023. Ojalá que se encuentren los mecanismos para soldar, coser, para suturar las diferencias y generar consensos y síntesis. Que tengamos la mejor estrategia electoral, que se deberían dar en unas Paso, acordadas dentro de esa estrategia, para potenciar el FdT y poder dar una oferta variada desde lo electoral. Pero por otro lado también abriendo a sectores del campo nacional y popular, a sectores progresistas, de sectores que claramente no quieren que estos referentes de una Bullrich, de un Larreta, de un Milei, gobiernen la Argentina de diciembre en adelante, y que una vez más tengamos que retroceder como nos pasó con el macrismo, con el menemismo, con la dictadura militar, que el país y el pueblo argentino sufrió graves consecuencias.
Si hoy los propaladores del odio, en su discurso y en el accionar que quieren llevar adelante, tienen este nivel de virulencia, y a cara lavada -porque hay que reconocerlo, no nos están engañando, si dicen esto y están actuando de esta manera hoy, imagínense lo que serían con poder. Entonces, creo que es la hora de unirnos, no que sea un frente «anti la derecha», sino que sea un frente que pueda solucionar los problemas que hasta ahora no hemos podido solucionar. Porque también tenemos que hacer una autocrítica, pero más allá de esa autocrítica, tenemos que, en un debate sincero, poder transmitirle al pueblo argentino, que nosotros somos la mejor opción nuevamente para solucionar los problemas que la Argentina tiene.
—Es complejo, ¿no? Se sufre mucho la inflación.
—Hoy muchos sectores de la población no llegan a fin de mes. Pero con Larreta, con Bullrich o con Milei, no es que no van a llegar a fin de mes, se van a quedar sin trabajo. A nosotros como peronistas nos duele que a 80 años del 43, cuando Perón creó la Secretaría de Trabajo y Previsión, y llevó adelante una revolución en los derechos sociales, en los derechos de los trabajadores, a nosotros nos duele que tengamos hoy una realidad donde a sectores importantes de la población no le alcance la plata, o que tengamos trabajadores registrados por debajo de la línea de la pobreza, o un porcentaje alto de trabajadores informales, etcétera. Hoy en realidad tenemos buenos niveles de empleo con malas condiciones laborales, bueno, yo creo que solamente esto se puede mejorar con un modelo de desarrollo de generación de empleo y de inclusión social. Queda absolutamente claro que hoy los únicos que podemos llevar adelante esas políticas somos nosotros.
Lo que te están hablando los otros es que el Estado no invierta, que el Estado no gaste, y eso implica que no haya gas en los hospitales, que no haya tiza en las escuelas, que no haya obra pública, quieren dolarizar la economía, es decir que en lugar de usar pesos usemos dólares. Y nosotros tenemos que decirle al trabajador que no es uno a uno, no es que le van a dar lo mismo que hoy tiene, no es que si gana 100 mil pesos le van a dar 100 mil dólares. Nosotros tenemos interpelar a los trabajadores y trabajadores, y a los que están en situación de vulnerabilidad, diciéndoles: “Miren, nuestras ideas son éstas, esto es lo que hicimos, esto es lo que pudimos hacer, tuvimos todas estas dificultades, queremos volver a lo mejor del peronismo, al Perón que hizo todas estas transformaciones, volver a todo lo bueno que pudieron hacer Néstor y Cristina, y que cometimos errores, nos peleamos entre nosotros pero claramente seguimos siendo la mejor opción para el pueblo argentino».
—En la última elección estuviste a punto de ganar, dentro de un peronismo al que siempre le costó mucho la ciudad de Rosario. ¿Con qué versión de Sukerman nos vamos a encontrar?
—No es el mismo Sukerman. No me gustaría decir que es un Sukerman mejor, porque no me parece la calificación que uno tiene que hacer, y menos de uno mismo. Es un Sukerman más maduro, es un Sukerman con más experiencia. Alguien al quien estos cuatro años no le fueron en vano, yo renuncié al Concejo Municipal cuando perdí las elecciones, cuando me quedaban dos años de concejal, para asumir como ministro de Trabajo de un gobierno, donde el peronismo volvía al gobierno de la provincia después de 12 años. Me parecía bueno asumir esa responsabilidad.
Asumí como ministro de Trabajo, y vino la pandemia, y me tocó implementar los protocolos de vuelta al trabajo, y me tocó hacer un gran trabajo de contención entre trabajadores y empleadores, para que no haya despidos, me recorrí toda la provincia varias veces. Lo cual para alguien que, entre comillas, no había salido de Rosario, porque había llevado siempre su vida más que nada en Rosario, realmente fue una experiencia maravillosa. Fruto de esas experiencias decidí escribir un libro, que se llama «Santa Fe 4.0, Construyendo un desarrollo productivo y sustentable», que presenté el año pasado en toda la provincia.
Después de ser ministro de Trabajo durante la pandemia, el gobernador me dio la obligación de ser ministro de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos. Y donde también fue una excelente experiencia. Por diferencias, yo decidí irme del gobierno de la provincia. Y decidí volver al ámbito del trabajo. Y el año pasado asumí como jefe de Gabinete del Ministerio de Trabajo de la Nación y recorrí 18 provincias distintas en 7 meses, lo cual también fue una experiencia maravillosa, recorrer cada una de las economías regionales, estar en cada lugar. Y además de todo eso seguí estudiando, y estudié una especialización en Gestión Pública por Resultados, que es una especialización de un posgrado de Ciencias Económicas de la UBA.
Porque además creo que nosotros tenemos que hacer gestiones con resultados, con indicadores que se puedan medir, que la sociedad pueda controlar. Esto significó conocer empresarios y dirigentes empresariales de todo el país y además la gestión nacional de este último año y pico. Bueno, vaya si el Sukerman del 2019 es una versión mejorada en el 2023. La acumulación de experiencias en distintos niveles del Estado, en otras carteras, recorriendo la provincia, recorriendo el país, estudiando, y los vínculos que uno pudo generar. Claramente si yo me consideraba capacitado en 2019, ahora aún más para el desafío del 2023.